CaixaBank ha registrado un beneficio atribuido de 1.266 millones de euros hasta septiembre, lo que supone un 28,4% menos que en el mismo periodo del año pasado debido al impacto del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) pactado con los sindicatos en el segundo trimestre, con una afectación de 2.023 empleados y un gasto de 978 millones de euros.
Los inversores han reaccionado con órdenes de compra a estas cuentas y han aupado las acciones del banco catalán a contracorriente de su sector hasta los 2,565 euros, con avances del 2,76%.
Sin tener en cuenta el impacto de este acuerdo laboral, que en términos netos fue de 685 millones y que permite un ahorro de 200 millones anuales -32 millones en el tercer trimestre-, el banco presidido por Jordi Gual y cuyo consejero delegado es Gonzalo Gortázar habría ganado 1.951 millones de euros, un 10,4% más, y el ROTE ascendería hasta el 10,1% ha comunicado a la Comisión Nacional de Mercado de Valores (CNMV) este jueves.
En cuanto a la evolución del negocio bancario en estos nueve primeros meses, desataca la evolución de los ingresos básicos -core-, que representan un 94% del total y que logran en el trimestre su nivel más alto en la historia de CaixaBank por la buena evolución de la actividad comercial, alcanzando los 6.021 millones de euros en el año, un 2,9% más respecto al trimestre anterior.
Además, los gastos recurrentes descienden 1,3% en el trimestre tras las salidas indemnizadas de adhesión voluntaria, y el margen de intereses acumulado a septiembre, que refleja la evolución del negocio típicamente bancario, asciende a 3.720 millones, un 1,3% más respecto al mismo periodo de 2018, impactado principalmente por el incremento del volumen del crédito y los menores costes de financiación retail e institucional.
En cuanto al margen bruto, que mide la relación entre ingresos y costes financieros, cayó un 4,2% por la reducción de los resultados de entidades valoradas por el método de la participación (-52,6 %), como consecuencia de la no atribución de los resultados de Repsol y del banco angoleño BFA, mientras que sin considerar esta aportación en ambos ejercicios el margen bruto crecería un 1,2%.
Los ingresos por comisiones se sitúan en 1.904 millones de euros, un 1,7% menos respecto al mismo periodo de 2018, y dentro de esta partida las comisiones bancarias, valores y otros ascienden a 1.099 millones (-1,1%) en variación interanual.
En el negocio bancario y de seguros, el resultado de los primeros nueve meses de 2019 se sitúa en 787 millones, y el negocio de participaciones en su conjunto contribuye al grupo con un resultado de 307 millones.
EL VOLUMEN DE NEGOCIO SUBE UN 4,4%
En el plano comercial, CaixaBank ha aumentado su volumen de negocio un 4,4%, hasta los 609.012 millones, y los recursos de clientes ascienden a 381.136 millones, un 6,3% más.
Los activos bajo gestión crecen hasta los 99.677 millones (+6,1%), y el patrimonio gestionado en fondos de inversión, carteras y sicavs se sitúa en 67.133 millones (+4%) y los planes de pensiones alcanzan los 32.544 millones (+10,7%).
Por otro lado, el crédito bruto a la clientela se sitúa en 227.876 millones, lo que se traduce en un crecimiento del 1,4%, y la cartera sana crece un 2,1% en 2019.
La entidad sigue avanzando en la transformación de su red urbana con el reto de tener más de 600 oficinas Store en junio de 2020, actualmente son 416, y asevera su compromiso de mantener la red de oficinas rurales (más de 1.000 oficinas).
CAÍDA DE LA MOROSIDAD
La ratio de morosidad se reduce hasta el 4,1% (-61 puntos básicos en 2019), y los saldos dudosos descienden 1.242 millones en 2019 (-449 millones de euros en el trimestre), situándose en 9.953 millones.
La cartera de adjudicados netos disponibles para la venta en España asciende a 914 millones, la cartera de alquiler en el país se sitúa en 2.235 millones netos de provisiones, y el total de ventas de inmuebles en 2019 alcanza los 354 millones de euros.
Los activos líquidos totales se sitúan en 89.442 millones a 30 de septiembre de 2019, con un crecimiento de 9.912 millones en el año debido a la evolución positiva del gap comercial y a un volumen de nuevas emisiones superior a los vencimientos.