Año 2013. El Banco de España restringía el pago del dividendo en efectivo de los bancos al 25% del beneficio consolidado, favoreciendo un reparto en acciones que, después, las entidades fueron desterrando para volver a la retribución en ‘cash’ para sus accionistas. Seis años después, el sector parece aún lejos de mejorar sus beneficios y, aunque las entidades mantienen sus ratios de solvencia en línea con los requisitos regulatorios, las señales apuntan a que el escenario de tipos de interés negativos seguirá presionando a la baja la generación orgánica de capital de algunas entidades.
El Banco de España lleva tiempo solicitando al sector que sea más “discretas” con su política de dividendos, mientras que el Banco Central Europeo (BCE) insistió la pasada semana en que el exceso de capital debe destinarse al crédito más que a la retribución al accionista. Ante estas ‘advertencias’ los grandes banqueros del país lo tienen claro: “Recortar el dividendo supondría mandar un mensaje negativo al mercado en un momento muy delicado”, reconoce un directivo de una gestora de fondos nacional.
"No solo los tipos negativos: Basilea IV o una sentencia negativa por el IRPH pueden presionar los dividendos del sector"
En sus presentaciones públicas, los directivos mantienen su compromiso con los accionistas. Pero el ‘run run’ en los pasillos demuestra cierta preocupación con los dividendos a largo plazo. Y no solo porque el escenario de los tipos de interés en mínimos y el euríbor en negativo se prolongue más tiempo de lo esperado, sino también por la llegada de nuevos requisitos de capital con Basilea IV en 2022. La gran duda es si la banca será capaz de mantener sus pagos en efectivo y el ‘pay out’ (porcentaje del beneficio que se destina al dividendo) para cubrir el previsible déficit de capital exigido.
“El sector tendrá que buscar nuevas fórmulas de generación de beneficios que sustenten dichas políticas de retribución si quieren cumplir con los requerimientos de capital exigidos por el BCE”, explica Victoria Torre desde SelfBank. Frente a quienes piensan que un recorte en el dividendo dañaría la cotización del sector en bolsa, otras fuentes consultadas indican que la alta rentabilidad que presenta el sector dejaría margen para rebajar la retribución sin que eso suponga una huida de los inversores. Según datos recopilados por Bloomberg, Bankia y CaixaBank presentan una rentabilidad por dividendo del entorno del 6%, Banco Santander del 5,5%, BBVA del 5,2% y Bankinter del 4,6%.
MUEVEN FICHA
Las entidades ya han empezado a mover ficha para hacer frente al pago de dividendos sin ‘dañar’ su capital, tal y como ha quedado reflejado en las últimas presentaciones de resultados trimestrales. El consejero delegado de Banco Sabadell, Jaume Guardiola, dejó claro que la entidad mantendrá su próximo dividendo a cuenta de 0,02 euros, pero que lo abonaría con acciones de autocartera frente a la política ‘cien por cien’ en efectivo que mantenía hasta ahora.
El banquero explicó que esta nueva fórmula de pago es algo “temporal” y que no supondrá dilución para el accionista pues, a diferencia del ‘scrip dividend’ (donde se da a elegir entre el cobro en acciones o en efectivo) no será necesario emitir nuevos títulos al mercado. En concreto, y para el cálculo de las acciones que percibirán los accionistas, se usará la cotización marcada por el banco entre el 11 y el 17 de diciembre, con un máximo de 90 millones de títulos en el reparto, pagando el resto en efectivo si fuera necesario.
UNA SOLUCIÓN 'HÍBRIDA'
Banco Santander también podría emplear esta fórmula híbrida para el segundo y último abono del dividendo con cargo a 2019 que se pagará en mayo de 2020. La entidad aún no ha despejado las dudas sobre cómo retribuirá a sus más de cuatro millones de accionistas en ese momento, después de que a principios de año se ‘echase para atrás’ en su promesa de abonar toda su retribución en efectivo.
De momento, el banco cántabro baraja varias opciones: pagar ese segundo dividendo en ‘formato scrip’ o bajo una fórmula híbrida similar a la del Sabadell. El ‘scrip dividend’ tiene la ventaja de que reduce la salida de caja al ‘pagador’, pero diluye al accionista al necesitar una ampliación de capital para poder realizar el pago. Y eso, unido a la pobre evolución en bolsa del sector, podría restar atractivo a esta vía de retribución.
Las dudas del mercado son mayores en el caso de Bankia, que a finales de julio se vio obligada a rebajar su estimación de alcanzar un beneficio de 1.300 millones de euros en 2020, generando incertidumbre sobre su capacidad para pagar el ‘megadividendo’ de 2.500 millones de euros comprometido en su Plan Estratégico. Desde la entidad mantienen su compromiso con los accionistas, pero el consejero delegado, José Sevilla, también ha abierto la puerta a una posible recompra de acciones en vez de pagar un dividendo extraordinario con el exceso de capital.
LOS RETOS QUE VIENEN
“Aún quedan acontecimientos importantes y Bankia no van a concretar nada sobre el futuro de su dividendo hasta que se despejen esas dudas”, explica Nuria Álvarez, analista de Renta 4 Banco, en referencia a la sentencia por el IRPH que se conocerá, previsiblemente, antes de que termine el año. “No descartamos que si hay una sentencia desfavorable y se juntan otras circunstancias, como la caída del crédito, la entidad aplace su compromiso de dividendo”, insiste la experta.
Además, fuentes del sector indican a que esa sería una mejor opción que, por ejemplo, realizar los pagos con un ‘scrip dividend’. “No tendría mucho sentido cuando Bankia utiliza el dividendo, precisamente, como fórmula para devolver las ayudas públicas recibidas”, explican desde una gestora nacional.
Los expertos de SelfBank tampoco descartan que BBVA o Caixabank -que en febrero anunció un único pago en efectivo para este año- vuelvan a utilizar el pago en acciones “si la solidez del negocio bancario no mejora en los próximos años”, apostando también por la vía de la recompra “que utilizan otras empresas del Ibex 35 y que supone un apoyo a la demanda del valor en el mercado bursátil”, explican.
En el mismo sentido se manifiesta Gisela Turazzini CEO de BlackBird, que considera que la fórmula del ‘scrip dividend’ será el recurso más utilizado por el sector en los próximos años de beneficios ‘limitados’. “Es cierto que la banca sigue presentando resultados positivos, pero no lo hace por el crecimiento de la rentabilidad del negocio tradicional, sino por la transformación sectorial con el cierre de oficinas, reducción de plantillas, etc”, recuerda la analista.
A su juicio, “los bancos están muy baratos en bolsa y eso es positivo a largo plazo para cuando llegue la normalización de la política monetaria; a corto, parece insostenible el pago en efectivo de todo el dividendo para el sector”, sentencia.