“Hay que poner toda la carne en el asador, da igual si el déficit se dispara, tenemos que evitar un shock poniendo sobre la mesa toda la capacidad de avales y la financiación necesaria”. Estas palabras de un directivo del sector bancario nacional ponen de manifiesto la preocupación con la que estos días se vigila el posible incremento de las tasas de impago derivado de la crisis del coronavirus.
Fuentes de la industria consultadas por Invertia reconocen su “enorme malestar” ante la posibilidad de que el parón económico que se prevé, junto con la esperada destrucción de puestos de trabajo, terminen por elevar el riesgo del crédito concedido a familias y empresas y, por tanto, también la morosidad.
Desde la industria miran con especial atención al segmento empresarial, que se enfrenta a un irremediable parón de los ingresos con el estado de alarma impuesto por el Gobierno.
El riesgo para la banca
Ante este enorme reto para un sector que, además, sufre desde hace tiempo el impacto de los tipos de depósito negativos, los expertos lo tienen claro: “la banca no va a trasladar a la economía real todo el paquete de medidas del Banco Central Europeo (BCE) si no hay un movimiento en firme del Gobierno”, explican desde una consultora nacional.
En el sector no lo dicen tan claro, pero su mensaje va en esa misma dirección, abogando por que la Administración lance avales estatales que blinden a las entidades ante esa posible avalancha de impagos.
“De momento contamos con las herramientas suficientes, hemos abierto líneas de financiación, pero si la situación se prolonga, como así parece que será, hará falta un plan de choque importante”, explican desde una entidad financiera.
Y, cuando hablan de un “plan de choque importante”, se refieren a medidas contundentes. A medidas nunca tomadas hasta ahora. “60.000 millones de euros es poco en esta crisis”, critican las fuentes consultadas, que recuerdan cómo “en 2008 se impulsaron ayudas de pago a proveedores con sistemas de garantía recíproca, avales de todo tipo, préstamos de liquidez, etc”.
En este sentido, consideran que el Gobierno, dentro de sus medidas económicas, debe aportar un plan de financiación, avales y garantías “muy volcado en pymes y autónomos”, en un modelo similar a la 'barra libre' que Alemania ha lanzado para las empresas de país.
En concreto, se han movilizado 500.000 millones de euros en garantías públicas que eviten ese temido colapaso. Además, Bruselas ya ha dado el visto bueno para que los gobiernos disparen el gasto.
¿Puede hacerlo España?
La banca es consciente de que "no todos los países pueden hacer lo que ha hecho Alemania", pero consideran que "en una situación de este calibre no debe importar que se rompan los límites del déficit", y menos con el apoyo del Eurogrupo.
Los expertos indican que una opción sería crear un fondo de rescate exclusivo o bien ofrecer financiación a través del Instituto de Crédito Oficial (ICO). Insisten, además, en que las medidas de los bancos centrales no servirán para nada si las entidades no transmiten ese dinero a la economía real, con el fin de proteger su propia superviviencia.
Desde los bancos la respuesta es unánime. “Estamos haciendo todo lo posible, con líneas de liquidez y facilitando al máximo las moratorias”, expresan. De hecho, los tres grandes bancos españoles, Santander, CaixaBank y BBVA, ya han puesto en marcha 70.000 millones de crédito a pymes y autónomos frente a la crisis del coronavirus.
En este escenario, los analistas consideran que lo más importante a medio plazo es garantizar el impulso de la demanda "para que cuando salgamos de esta crisis se produzca una recuperación en ‘V”. Pero para ello, también consideran clave ese plan de financiación sin precedentes por parte de la Administración.
Apoyo de bancos centrales
La misma idea manejan desde las instituciones internacionales. JP Morgan, por ejemplo, anticipa que los gobiernos contarán con el apoyo de las políticas monetarias a medida que los déficits se vayan ampliando. “Ahora, los gobiernos tienen que demostrar que están dispuestos a recoger el testigo” para aliviar la escasez de liquidez en las empresas.
Por el lado de las familias, desde el sector bancario se muestran más confiados. A pesar de que asociaciones de consumidores han pedido al Gobierno la moratoria en el pago de hipotecas e incluso de alquileres, la banca considera que su código de buenas prácticas ya otorga al sector las herramientas necesarias para realizar moratorias y suspender desahucios entre las familias más vulnerables.
¿El problema? Que puede que este colectivo se multiplique en las próximas semanas con el goteo constante de ERTEs y cierres de plantas industriales incapaces de mantener su productividad en una crisis sanitaria tan grave como la que asola al país.