Hace apenas un mes y medio que la banca española presentaba sus cuentas al mercado con un mensaje claro a los inversores: pese a la caída del beneficio, se mantendrán los dividendos.
El sector lleva mucho tiempo dando prioridad al accionista frente a las constantes advertencias del Banco Central Europeo (BCE) y del Banco de España (BdE) sobre la necesidad de ser prudentes en las políticas de retribución ante un entorno cada vez más complejo provocado, sobre todo, por los tipos negativos que tanto ahogan el margen de intereses de las entidades.
En 2019, el beneficio de los ocho bancos cotizados (Santander, BBVA, CaixaBank, Bankinter, Bankia, Sabadell, Unicaja y Liberbank) cayó un 18,5% hasta los 13.875 millones de euros.
Y, pese a ello, la banca en bloque defendió sus estrategias con el dividendo en un momento en el que, además, los inversores empezaban a sufrir bruscas caídas del sector en bolsa… que en las últimas semanas se han profundizado dejando en los huesos la cotización de estos valores.
El temido impacto económico de la crisis del coronavirus vuelve a poner en el foco la capacidad de las entidades para mantener su generosidad con los accionistas.
Sobre todo porque, a pesar de la artillería disparada por los bancos centrales de todo el mundo, la situación macro que se espera hace prever una profunda desaceleración económica.
El propio BCE volvió a advertir el viernes, tras anunciar mayor flexibilidad en los requisitos de provisiones, de que "si bien no estamos exigiendo que los bancos suspendan o reduzcan las distribuciones de dividendos o las recompras de acciones, esperamos que tomen decisiones prudentes a la luz del deterioro de las perspectivas económicas".
Es evidente que las políticas acomodaticias de los organismos monetarios serán mucho más largas en el tiempo de lo esperado. Y eso impactará directamente en los beneficios del sector, que confía, al menos, en mantener a salvo sus ratios de capital y de solvencia.
“Si los bancos ya se enfrentaban a un entorno retador, la disrupción del COVID-19 en la economía generará importantes impactos en los ingresos y coste del riesgo de crédito de las entidades”, indica Fernando de la Mora, director de Alvarez & Marsal para España y Portugal.
Entorno complejo
Banco Santander ha sido el primero en reconocer que, en el mejor de los escenarios con una recuperación rápida de la economía en forma de ‘V’, esta crisis restará un 5% a su beneficio en 2020. Los expertos coinciden en que la rebaja de previsiones se extenderá a todo el sector, poniendo en jaque no solo los objetivos de beneficio establecidos en los planes estratégicos de las entidades, sino también su capacidad para mantener los dividendos.
Fue precisamente el banco cántabro el que, el pasado año, sorprendió al echar atrás su promesa de repartir todo su dividendo en efectivo. Pero en su informe anual, la entidad dejaba la puerta abierta incluso a un pago extra si cerraban 2012 con un ratio de capital por encima del 12%, desde el 11,65% actual.
La entidad mantiene su objetivo de capital, pero si la crisis es más profunda de lo esperado, tendrían que estudiar su política de retribución al accionista.
“Es más que probable que una de las consecuencias del coronavirus sea el recorte de dividendos, que las entidades tendrían que publicar en hechos relevantes”; indica Gisela Turazzini, CEO de la firma Blackbird Bank.
Los analistas consideran que, para el caso concreto de la banca, “todo dependerá de la duración de la crisis y del apoyo que reciban del Estado, pero si la situación incrementa la mora, la banca se verá obligada a provisionar y a ampliar capital”, advierten.
Cumplen con el regulador
El mismo mensaje repiten los analistas de Renta 4 Banco, que advierten del riesgo de que algunas entidades no cuenten con la holgura suficiente para hacer frente a determinadas situaciones sin dañar su solvencia. “Aunque sus ratios cumplen con las exigencias de los reguladores, siguen estando por debajo de la media europea”, recuerdan.
Los expertos de BlackBird apuntan a que después de la falta de actividad y la revisión en las previsiones de las compañías, “la siguiente consecuencia lógica sería el recorte de los dividendos”.
Pero todo dependerá del tiempo que se extienda la crisis sanitaria. “Los datos definirán la magnitud de la tragedia y consideramos que, hoy por hoy, Bankinter, Santander y BBVA son las únicas que están preparadas para poder amortiguar un golpe moderado, aunque creemos que finalmente todas deberán reducir su remuneración”.
Las entidades también podrían modificar su política de dividendos, como ya han hecho algunas entidades recientemente. Es el caso de Banco Sabadell, que llevó a cabo su último pago mediante una recompra de acciones, eliminando su remuneración 100% en efectivo por primera vez. Los expertos no descartan que ese movimiento “puntual” se extienda a los pagos de este año.
De hecho, los analistas de Bank of America ya aseguraban recientemente que otras entidades como Bankia podrían optar por el camino de la recompra de acciones para hacer frente al pago del dividendo, en vez de realizar un pago extraordinario con el exceso de capital.