Lo avisaron los directivos bancarios. El sector financiero encararía en mayo el primer 'pico' de solicitudes de moratorias en hipotecas y préstamos al consumo aprobado por el Gobierno el 17 de marzo para aliviar la carga financiera de familias y empresas. Y así ha sido, con Santander y CaixaBank liderando la recepción de peticiones, con un total de medio millón desde que se puso en marcha la medida.
Solo la cifra conjunta de Santander y CaixaBank evidencia la ola que en estas últimas semanas ha vivido el sector. De hecho, en la ronda de presentación de resultados de las entidades del Ibex, durante la última de abril, los seis bancos cotizados en el selectivo español cifraban las solicitudes de moratorias totales en 381.300, sumando la legal aprobada por el Gobierno y la acordada por el propio sector, que amplía el plazo de diferimiento de los pagos y llega a colectivos que quedaban fuera del plan del Ejecutivo.
“Hemos pasado momentos en los que el ritmo de peticiones se acercaba a las 1.000 al día”, confirman desde una entidad financiera nacional, que confía en haber superado el pico, aunque se reconoce la incertidumbre en torno a la duración de la crisis hace muy difícil realizar estimaciones concretas.
Impacto en los ingresos
No es para menos. Según la última encuesta de población activa (EPA), el paro subió en 121.000 personas en el primer trimestre, lo que supone un 3,8% más que en el trimestre anterior, con una disminución de la ocupación en 285.600 puestos de trabajo y la destrucción de un 1,4% del empleo. Y eso que los datos apenas recogen el impacto del estado de alarma en las últimas semanas de marzo.
El shock económico provocado por el coronavirus también dejó a 60.700 hogares con todos sus miembros en paro, hasta superar el millón de familias en esta difícil situación. A estos datos hay que sumar los más de 3 millones de españoles afectados por un ERTE como consecuencia de la crisis, los autónomos en cese de actividad y los trabajadores de baja por enfermedad.
El entorno ha golpeado duramente la renta de las familias. Y es cierto que, como en 2008, “lo último que se deja de pagar es la hipoteca”. Pero dos meses sin ingresos derivados del estado de alarma, y la previsión de una reducción notable de los mismos respecto al escenario previo a la crisis, pesan ya demasiado en el bolsillo de los ahorradores.
Por eso, estas semanas de mayo han sido definitivas para solicitar las moratorias aprobadas por el Gobierno a mediados de marzo, y las consensuadas por las propias entidades para aquellos que no cumplan los requisitos establecidos por el Ejecutivo. Si desglosamos por entidades, CaixaBank es la entidad que más solicitudes ha recibido hasta ahora, con un total de 344.000 entre hipotecas y préstamos al consumo. A finales de abril, la cifra rondaba las 220.000 peticiones, con lo que en mayo las solicitudes han rondado las 114.000.
Santander y los medianos
Por su parte, y con datos actualizados por la entidad, Santander ha recibido 75.000 peticiones de moratorias hipotecarias y otras 85.000 en préstamos al consumo. Este total de 160.000 solicitudes refleja el enorme crecimiento de peticiones en las primeras semanas de mayo pues, según indicó la entidad en su presentación de cuentas del primer trimestre, celebrada el pasado 27 de abril, las peticiones rondaban por aquel entonces las 91.000 (45.000 en hipotecas y otras 46.000 en consumo).
Fuentes de Bankinter también confirman el crecimiento de las peticiones durante el mes de mayo. “Hasta ahora hemos recibido 7.500 solicitudes y hemos formalizado 5.700, en total de las moratorias del Real Decreto y de la carencia específica de la entidad para aplazar el pago del capital hasta cuatro meses prorrogable”, explican desde este banco. A 30 de abril, las solicitudes ascendían a 5.000 con 2.800 formalizadas.
Por su parte, Bankia también ha recibido una avalancha de solicitudes estas semanas de mayo. Según datos actualizados hasta el 25 de mayo, la entidad ha recibido 72.072 peticiones de moratorias, 33.688 correspondientes a hipotecas y otras 38.384 a consumo.
La tónica ha sido común en todo el sector, coincidiendo con las advertencias del Banco de España sobre que el deterioro del empleo y de las rentas de las familias afectará negativamente a este tipo de préstamos.
Los expertos y las propias entidades confían en que la situación de solvencia y liquidez con la que han entrado en la crisis sea suficiente para afrontar el esperado repunte de la morosidad. Pero son conscientes de que se avecinan tiempos inciertos en este sentido, sobre todo por las dudas en torno al ritmo de recuperación del empleo una vez termine el estado de alarma.
Según cálculos del Banco de España, la tasa de morosidad suele subir un 0,7% por la caída de un 1% del PIB. Si las previsiones apuntan a que la contracción económica podría alcanzar el 9,5%, el dato de créditos impagados más que duplicaría la ratio actual del 4,8%. El impacto final dependerá de cómo evolucione la salida de la crisis.