CaixaBank y Bankia caminan a velocidad de crucero hacia su fusión. Una vez que se apruebe la operación, uno de los puntos más espinosos a tratar será el necesario ajuste de plantilla. Aunque la propuesta en firme tardará más tiempo en llegar, los sindicatos esperan una primera guía del número de afectados para mediados de octubre, tras las juntas de accionistas para aprobar la operación.
Fuentes de los representantes de los trabajadores insisten en que “cuanto antes conozcamos el número inicial de afectados mejor, para preparar las posteriores negociaciones”. En este sentido, confían en que las entidades dejen ver sus cartas, como tarde, una vez se apruebe la fusión en las juntas que, si todo va según lo previsto, deberían celebrarse antes del 13 o 14 de octubre.
A partir de ahí, los sindicatos podrán hacerse una primera idea del plan de reestructuración que tienen en mente CaixaBank y Bankia y que, como suele ocurrir en estos procesos, verá rebajado el número de afectados previsto incluso antes del inicio formal de las negociaciones entre ambas partes, que puede tardar más tiempo en llegar.
Reducir a la mitad
Según las últimas cuentas semestrales de ambas entidades, Bankia cuenta con 2.267 oficinas y 15.947 empleados, mientras que las cifras en CaixaBank son de 4.460 y 35.589, respectivamente. En total, 6.727 oficinas y 51.534 empleados.
Para hacerse una idea de la dimensión, y tras los ajustes de los últimos años, Banco Santander cuenta en España con 3.222 oficinas y 27.261 empleados. Por su parte, CaixaBank tiene 3.797 oficinas ‘retail’ en el país, según sus últimas cuentas semestrales.
Es decir, para equipararse a los otros dos grandes bancos del país, la red de sucursales de la entidad resultante de la fusión debería reducirse a casi la mitad. Y la gran banca de inversión calcula que se podría asumir el coste de despedir a entre el 50% y el 75% de la plantilla de cada oficina que eche el cierre finalmente.
Sin embargo, lo que más preocupa a los sindicatos es lo que ocurrirá en servicios centrales, donde también se llevará a cabo buena parte del ajuste si finalmente la operación sale adelante.
Objetivo: un proceso que no sea traumático
Tanto CCOO como UGT ya han transmitido a la dirección de CaixaBank y de Bankia la necesidad de establecer un acuerdo laboral con "garantías para la plantilla", expresando que en el proceso deben primar figuras como las prejubilaciones y la voluntariedad de las bajas bajo condiciones favorables.
Los expertos de Afi calculan que los territorios con un mayor potencial de registrar cierres de sucursales y de generar sinergias son Madrid, la Comunidad Valenciana y Murcia, a los que la banca de inversión suma Barcelona. Los cálculos de firmas como Barclays han ido más allá, cifrando en 5.000 el número de trabajadores afectados, lo que implicaría un gasto de 1.100 millones de euros solo en la reestructuración de la red de oficinas.
Desde los sindicatos advierten de que estos cálculos siempre hay que 'cogerlos con pinzas', pero son conscientes de que el ajuste será duro.
Por su parte, confían en la experiencia pasada para avanzar en las negociaciones una vez quede abierto el proceso. Al fin y al cabo, CaixaBank ha realizado varios despidos colectivos en los últimos años. El último en el caso de Bankia fue el acometido tras la integración de BMN, con la salida de 2.000 trabajadores. Y tras diez meses de negociación.