La amenaza de que los ciudadanos tengan que pagar a los bancos para mantener sus depósitos y ahorros va a convertirse en una realidad para el 4% de los clientes de uno de los productos financieros más populares en España: la Cuenta Naranja de ING, con la que la entidad aterrizó en el mercado español hace 21 años.
ING ultima un cambio de estrategia en este país y, a partir de abril, esta cuenta de ahorro se comercializará como un producto exclusivo y asociado para quienes contraten una Cuenta Nómina.
Para los clientes que ya tengan la Cuenta Naranja contratada, pero que tienen su nómina en otra entidad, cambiarán las condiciones. Se dejará de remunerar y en el caso de que tengan saldos medios de más de 30.000 euros (sin nómina o ingresos recurrentes domiciliados) se cobrará una comisión, según confirman a Invertia fuentes del banco.
En concreto, estos clientes tendrán que elegir entre domiciliar su nómina para mantener la cuenta de forma gratuita o pagar 10 euros al mes y dejar de percibir la remuneración del 0,01% que actualmente ofrece este producto. Para los clientes con saldos inferiores a los 30.000 euros y sin nómina, las condiciones se mantienen sin coste, pero también se elimina la remuneración. Nada cambia para los clientes que ya tengan su nómina en el banco.
En total, la decision afectará a unos 171.000 clientes de los 3,3 millones de ahorradores que actualmente mantienen abierta una Cuenta Naranja en España. Es decir, a un 4% de su base. Por eso, desde la entidad explican que no se trata de un cambio de estrategia radical y que para el resto seguirán manteniendo su ADN de banco 'libre de comisiones'.
La idea es que esos clientes pasen a su Cuenta Nómina para evitar el cobro de comisiones, manteniendo la de ahorro como asociada. Una decisión que se produce después de que la entidad haya batido récord de captación de nuevos clientes de Cuenta Nómina en los últimos meses en los que la pandemia ha dado un impulso a la banca digital.
Según el último dato disponible, solo en septiembre sumó 32.700 clientes, lo que representa una cifra de captación un 66% superior a la del mismo mes de 2019.
Tanto en julio como en septiembre, la entidad registró récord mensual de nuevos clientes en este producto, destinado a las gestiones financieras diarias y que no tiene comisiones, ni condiciones. ING sigue ganando así relevancia como banco principal y ya tiene 2.459.040 clientes con Cuenta Nómina, un 7,5% más que a cierre del tercer trimestre de 2019.
Presión de tipos negativos
El banco se ha visto forzado a tomar esta decisión ante el temor -cada vez más certero- de que los tipos de interés en Europa permanezcan a cero o en negativo durante al menos una década.
Esta política monetaria que sirve para inyectar liquidez al sistema tiene un efecto colateral importante en el sector financiero, ya que para las entidades tiene un coste custodiar los depósitos de sus clientes. Es por ello por lo que en los últimos tiempos han sido muchas las entidades que han comenzado a cobrar algún tipo de comisión a las grandes cuentas de institucionales y empresas a cambio de custodiar su liquidez.
La sorpresa es que ING se decida a dar este paso, que es radicalmente contrario a la estrategia que ha seguido el banco desde que aterrizó en España. En el nuevo entorno de tipos, el banco quiere centrar esa política 'libre de comisiones' solo en los clientes más fieles a su marca.
Una estrategia que están siguiendo muchas entidades ante el difícil entorno, aunque centradas en este caso en el segmento de cuentas corrientes, donde conseguir clientes vinculados y, por lo tanto, más rentables, se ha convertido en la hoja de ruta del sector.
Nuevas políticas de comisiones
En los últimos meses, la mayoría ha endurecido las condiciones para acceder a las cuentas bancarias de forma gratuita. Por ejemplo, Banco Santander ha lanzado su nueva estrategia Santander One con la que los clientes no solo deben tener su nómina o pensión domiciliada para 'librarse' de las comisiones, sino también tres recibos, contratar un producto de financiación, de ahorro o de protección.
Los clientes que sólo tengan una nómina o solo uno de los productos ofertados, pagarán 10 euros al mes por el mantenimiento de la cuenta. Los que no cumplan con ningún requisito serán considerados clientes inactivos y abonarán 20 euros al mes (240 al año).
La política, con diferencias en los productos que hay que contratar, se repite en CaixaBank, donde aquellos que no cumplen los requisitos pueden llegar a pagar 60 euros cada tres meses (240 euros al año). BBVA, Bankia o Sabadell también aplican desde principios de año nuevos costes a sus clientes 'inactivos'.
El movimiento se produce en un momento en el que, según datos del Banco de España, el ahorro de los españoles ha crecido en torno a un 63% este año. Unas cifras que no se vieron ni siquiera en 2008 y cuyo problema de base es que no se trata de un ahorro productivo.
Es decir, no se destina a la inversión ni mucho menos al consumo, sino que se guarda por miedo a lo que pueda pasar, poniendo en jaque la recuperación en el medio plazo. De hecho, el ahorro está en máximos históricos con un 31,1% de la renta disponible, el valor más alto de la serie iniciada en 1999 y muy superior a lo que había en la anterior crisis económica.
Según datos de Inverco, las familias ya guardan cerca de un billón de euros en depósitos y efectivo. Un dinero que no renta absolutamente nada al cliente... y que tiene un enorme coste para los bancos. Por eso, las entidades buscan alternativas para profundizar su relación con el objetivo de convertirse en banco principal de sus clientes. La nómina será, a partir del próximo abril de 2021, la puerta de entrada para ING.