BBVA cierra un año para el olvido con un beneficio de 1.305 millones de euros que implica una caída del 62,9% respecto a 2019. Pese a la mejora experimentada en el último trimestre, en el que la entidad remontó 1.320 millones de euros, el impacto de la pandemia se ha dejado sentir en resultados, con el ajuste negativo de 2.084 millones en el fondo de comercio de EEUU llevado a cabo en el primer trimestre.
En el cuarto trimestre sí se contabilizaron las plusvalías netas de 304 millones de euros por la venta del negocio de seguros de no vida en España a Allianz.
BBVA ha anunciado además que ya comunicado al Banco Central Europeo (BCE) su intención de aprobar un reparto en efectivo por importe de 0,059 euros brutos por acción a cargo de 2020 previsto para abril, siguiendo las recomendaciones del organismo monetario previstas hasta septiembre que establecen, en términos generales, una limitación del 15% sobre los beneficios de 2019 y 2020 para la retribución.
Asimismo, la entidad espera regresar en 2021 a su política de retribución al accionista, consistente en distribuir anualmente entre un 35% y un 40% de los beneficios obtenidos en cada ejercicio, íntegramente en efectivo, mediante dos distribuciones (previsiblemente en octubre y abril y sujeto a las aprobaciones pertinentes), cuando la recomendación sea revocada y no exista ninguna restricción ni limitación adicional.
Adicionalmente, tiene el objetivo de recomprar en torno al 10% de las acciones del Grupo a partir del tercer trimestre del año, tras el cierre de la venta de la filial en Estados Unidos que, como ya comunicó, aportará en su momento unos 8.500 millones de euros de capital, que BBVA destinará a crecer en sus mercados, tal vez mediante fusiones, y a incrementar la remuneración al accionista. De esa cifra total, la recompra consumirá unos 3.000 millones de euros, según ha explicado la entidad en la presentación de cuentas.
Preguntado sobre si esa recompra es una solución solo a corto plazo, Torres ha indicado que, al reducir el número de acciones en un 10% y mantener los beneficios, se incrementa el beneficio por acción y se puede pagar más retribución al accionista "ya para siempre". Además, ha insistido en que una operación así, a unos precios "tan bajos comparados con el valor de la acción", supone una oportunidad que genera un enorme valor para el accionista.
Pese a la fuerte caída del beneficio, es evidente que el año para BBVA ha ido de menos a más, algo que también se refleja en el margen de intereses de la entidad, que creció un 3,6% hasta los 16.801 millones de euros. En este sentido, los ingresos por comisiones aportaron 4.616 millones, aunque esta cifra sí fue un 0,4% inferior en términos interanuales. En conjunto, los ingresos recurrentes (margen de intereses más comisiones), aumentaron un 2,7% en el ejercicio.
Capital y mora
Los planes de contención de costes llevados a cabo por la entidad sí han permitido rebajar los gastos de explotación un 2,6% hasta 10.755 millones de euros. Estos recortes han conseguido limitar el menor impacto de los ingresos en la ratio de eficiencia (cuanto más bajo, mejor), hasta dejarlo en un 46,8%, por debajo incluso del 50% que los inversores consideran como óptimo para el sector. En concreto, la reducción ha sido de 342 puntos básicos por debajo del de 2019.
Otra de las métricas que más mira el mercado es la de la ratio de capital CET1 ‘fully-loaded’, que BBVA situó en el 11,73% a cierre del año, 21 puntos básicos por encima de la cifra registrada en septiembre.
En este sentido, la entidad recuerda que ha decidido elevar su objetivo de capital y situarlo en un rango de entre el 11,5% y el 12%, cifra que superarán tras la venta de la filial en EEUU.
Tras la anticipación de provisiones realizada en el primer semestre como consecuencia de la pandemia, el coste del riesgo siguió mejorando a lo largo del ejercicio. En el acumulado del año, se situó en el 1,51% (la parte más baja del rango esperado por el banco, entre 1,50% y 1,60%), frente al pico de 2,57% alcanzado en marzo.
A pesar de que todavía no hecho su aparición con todo su esplendor en el sector, la presión de los impagos derivados de la crisis sí se deja notar ya en BBVA, que despidió el año con una morosidad del 4%, por encima del 3,8% de 2019. La ratio de cobertura, eso sí, se sitúa en el 81%.