El CEO de ING en España, Ignacio Juliá, cree que el sector bancario debe evolucionar y lograr que sus clientes paguen por los servicios ofertados. "Cada banco tendrá que decidir cuál es su política", pero lo que está claro es que "en todas las industrias se ofrecen servicios y cuando se consumen se suele pagar por ellos", ha dicho.
Unas palabras que llegan semanas antes de que se implemente el cobro de 10 euros a todos aquellos clientes de la Cuenta Naranja que no tengan su nómina domiciliada. Ahora bien, la entidad no se plantea por ahora seguir incrementando el cobro por servicios (las llamadas comisiones).
Juliá ha hecho estas reflexiones durante la presentación de resultados del ejercicio 2020 en el que la entidad naranja ha logrado un beneficio neto de 85 millones de euros, un descenso de casi el 40% respecto al año anterior.
Nuevos clientes
Todo en un contexto muy marcado por la Covid-19 y en el que los ingresos caen un 4% hasta los 696 millones de euros. Esto permite que la rentabilidad (ROE) se sitúe en el 7% frente al 13,1% del ejercicio anterior.
Un año que ha considerado de récord para la entidad, dado que ha ganado una media de 50.000 clientes trimestrales. Esto hace que el banco cuente con más de cuatro millones de personas entre su clientela, de los que 2,5 millones están en la Cuenta Naranja.
La entidad cuenta con 21.800 millones en activos en balance. Además, el 83% de los préstamos son tramitados digitalmente. Esto es fruto, ha explicado el CEO de ING, de la digitalización de la entidad financiera.
Según los datos de ING, el 98% son digitales y el 40% solo usan el móvil para su relación con el banco. De hecho, el 25% de las interacciones con el cliente ya están personalizadas para que sean relevantes para él.