Los 12 meses que llevamos de pandemia han servido para que colectivos de la sociedad que antes no estaban digitalizados o lo estaban muy poco se introduzcan en el consumo online y, por tanto, en los medios de pago digitales. Es el caso de los mayores y de las pymes. Aunque, respecto a las pequeñas empresas, es un nicho demasiado grande en España donde todavía “hay un riesgo de brecha digital”.
Lo han advertido varios de los participantes en el Observatorio de las Finanzas, un encuentro organizado por EL ESPAÑOL con motivo del primer aniversario del relanzamiento de Invertia que reúne estos días a los principales actores del sector financiero.
“La digitalización está pillando fuera de juego a muchas pymes, que ven como los grandes jugadores son los creadores de su propia tecnología. Por eso necesitan socios externos que les pongan en el mundo de los grandes con las mismas herramientas que los grandes”, ha asegurado Miguel Ángel Prieto Morales, director de Soluciones de Minsait Payments, una compañía de Indra.
“O se ayuda a competir a la pequeña empresa, o lo va a pasar mal”, vislumbra el directivo de Minsait. En este sentido, el experto propone ideas “imaginativas” como las agrupaciones o el pago por uso, no tanto las inversiones en capex. El primer paso que han dado las pymes ha sido adaptarse al TPV virtual, algo que pocos meses antes ni siquiera pensaban que necesitaban.
Pese a todo, se puede decir que la Covid ha sido un acelerador a marchas forzadas del consumidor digital y de toda aquella infraestructura que le da servicio. Según Anna Puigoriol, directora de Service Solutions de Banco Sabadell, “la pandemia ha incorporado al mundo digital a unos sectores de población que, de forma natural, no hubieran entrado o lo hubieran hecho muy lentamente”.
Elegibilidad, control y seguridad
Cabe recordar que en abril, el peor mes del virus en nuestro país, se redujo en un 70% las retiradas de dinero y las compras en efectivo, con datos del Sabadell.
“Hemos ampliado usuarios”, reconoce Puigoriol. Sin embargo, puntualiza, “el gran volumen sigue estando en el consumidor digital que ya teníamos prepandemia”. Estos perfiles buscan, en su opinión, “elegibilidad, control y seguridad” en los medios de pago que utilizan en su día a día.
Lo que es una verdad a voces es que “el consumidor ya no diferencia entre el consumo físico y el consumo digital”, ha expuesto Miguel Ángel Cuesta, director de PayPal Iberia. La plataforma cerró el 2020 con 337 millones de usuarios activos en el mundo, de los cuales seis millones estaban en España, y registró un aumento del 31% en los pagos digitales internacionales.
“Nunca antes PayPal había lanzados tantos productos al mercado como ha hecho durante el 2020”, ha reconocido Cuesta. Entre sus servicios estrella, está PayPal Commerce Platform, una solución única para pagos digitales con tarjeta. “Nuestro objetivo es facilitar a los consumidores que compren de la forma que quieran comprar y que tengan en un mismo sitio seguro sus credenciales para comprar tanto en el mundo online como en el mundo físico”, ha explicado.
Sin pines ni contraseñas
La seguridad en los pagos digitales se antoja como el pilar sobre el que construir el futuro. “Toda clave estática es vulnerable en el tiempo”, pero esto tiene solución. Gabriela Giannattasio, directora de Desarrollo de Negocios para Europa de Veritran, está convencida de que “van a desaparecer los pines y las contraseñas gracias a la biometría y la tokenización”.
La biometría se apoya en los rasgos de una persona, mientras que en la tokenización se reemplazan los datos vulnerables por “una credencial temporal y puntual, que solo sirve para esa transacción en ese momento”. Todo con el fin de hacer más seguros -y ágiles- los pagos digitales, según ha manifestado Veritran, ya que el olvido y usurpación de contraseñas es más habitual de lo que parece.
En general, las compañías que están rediseñando constantemente la infraestructura de los pagos digitales “proponemos soluciones que escalen mucho, que se desplieguen en un breve lapso de tiempo ancladas a la nube”, ha dicho Prieto Morales, de Minsait Payments.