Las restricciones sanitarias impuestas por la pandemia han tenido un efecto colateral sobre el dinero de los ciudadanos. Ya sea por el miedo a lo que venga o por no poder hacer gasto en ciertos servicios, los españoles han aumentado considerablemente sus ahorros durante la pandemia, especialmente aquellos con mayores rentas, que suelen consumir más ocio y turismo.
En este contexto, los cinco bancos más grandes del país (CaixaBank, Santander, BBVA, Sabadell y Bankinter) vieron crecer los recursos captados de los clientes a través de los depósitos un 4,4% desde marzo del año pasado, cuando se inició la pandemia, hasta englobar más de un billón de euros en depósitos de sus clientes, un acelerón mayor al registrado otros años. Por ejemplo, entre marzo de 2019 y las mismas fechas del año pasado, la subida fue tan solo del 1,78%.
Al frente del mayor incremento en la captación de depósitos se situó Bankinter, que cerró el primer trimestre del año con 63.944 millones de la clientela, un 11,8% más que un año antes. Se trata del mayor avance de los grandes bancos en este último año, aunque es inferior al que la entidad registró entre marzo de 2019 y el mismo mes del año pasado (15%).
Con todo, se da la circunstancia de que en estos meses el banco ha cambiado las condiciones de su famosa Cuenta Nómina, que en un entorno de tipos bajos remunera saldos de hasta 5.000 euros durante dos años a quienes cumplen ciertas condiciones, algo que dista mucho de la oferta del resto de bancos del Ibex 35. Si antes era necesario domiciliar una nómina de 1.000 euros para acceder a este beneficio, desde hace ocho meses puede hacerse con unos ingresos de 800 euros mensuales.
Sin embargo, como es lógico, el mayor importe de depósitos de sus clientes en balance lo registró la nueva CaixaBank, contando con el negocio de Bankia, que los aumentó un 7% entre el primer trimestre del año pasado y el de este, mucho más que en las mismas fechas del año anterior, cuando el avance fue únicamente del 1,7%.
En cuanto al resto, Santander España los aumentó un 6,2% en el último año, hasta 249.279 millones, una diferencia considerable teniendo en cuenta que en el año inmediatamente anterior sufrió una caída del 9,9%.
Su consejero delegado, José Antonio Álvarez, ya explicó que la previsión del banco es que con la recuperación económica el ahorro que han acumulado los españoles se vaya liberando en forma de consumo. Así, estos depósitos acumulados se rebajarán, como lo hará también el coste que para las entidades tiene guardarlos debido a la penalización que impone el Banco Central Europeo (BCE) al exceso de liquidez de los bancos.
También Sabadell registró una subida, del 5,4%, hasta los 157.698 millones de euros. La filial española de BBVA, por su parte, cerró marzo con 196.590 millones en depósitos de los clientes, lo que implica una caída del 4,8% respecto al año anterior. Una evolución muy dispar respecto a la de las mismas fechas del año anterior, cuando aumentó esta variable un 13,6%.
Ahorro "forzoso" y "miedoso"
El mayor ahorro disponible en las cuentas del banco es fruto de dos comportamientos diferentes de los ciudadanos respecto a su dinero tras la llegada de la crisis sanitaria y, con ella, de la incertidumbre económica.
En primer lugar, los hogares se han visto obligados a no poder consumir todos los servicios a los que recurrían habitualmente al estar restringido el acceso al ocio y al transporte como consecuencia de la crisis sanitaria. El Banco de España ya puso cifras a este "ahorro forzoso" que, con datos al cierre de septiembre del pasado año, se sitúa en torno al 2,5% del Producto Interior Bruto (PIB).
Un gran importe que podría traducirse en consumo en los próximos meses. Desde BBVA Research estiman que, si todo ese ahorro forzoso se destinara al consumo, este podría acelerarse hasta un 8% este año. Se trata de dos puntos porcentuales por encima de la previsión de crecimiento del consumo privado al margen de este efecto, que es de un 6,1% en 2021 y un 6,8% en 2022.
A este ahorro "obligatorio" se suma el llamado "ahorro del miedo", que es el acumulado por los ciudadanos que temen que su situación económica sea peor que en la actualidad debido al deterioro económico general y las malas perspectivas.
Fruto de estas dos circunstancias, la tasa de ahorro en España se situó al cierre de 2020 en el 14,8%, lo que supone el mayor nivel registrado en la serie del INE, que se remonta a 1999, si bien todavía está a la cola en Europa.
Con todo, todo el ahorro generado desde la pandemia no ha ido a parar únicamente a las cuentas del banco, sino que los ciudadanos han diversificado su destino, recurriendo también a la inversión, bien a través de fondos de inversión o planes de pensiones o bien mediante la inversión en bolsa, que se ha disparado desde que llegó la Covid-19 y puso patas arriba los mercados.