Bruselas avisa de un aumento de la morosidad en la banca española a partir de 2022, una vez hayan expirado las moratorias de créditos e hipotecas aprobadas para amortiguar el impacto de la crisis de la Covid-19. Dado que el sector financiero español tiene una de las ratios de capital más bajas de la UE, este posible deteriorio de la calidad de sus activos requiere una "vigilancia estrecha", según afirman los 'hombres de negro' de la Comisión y del Banco Cental Europeo (BCE) en su último informe sobre la ejecución del rescate bancario que recibió España de la UE en 2012.
Los bancos españoles entraron en la pandemia "en mucha mejor forma que en anteriores episodios de crisis, beneficiándose de una mejor calidad de activos, capitalización y posición de liquidez". Además, "las medidas adoptadas por las autoridades para apoyar a las empresas y los hogares han ayudado a mitigar el impacto de la crisis en el sector bancario", sostienen los inspectores europeos.
Las moratorias a los deudores (tanto las aprobadas por ley como las concedidas de forma voluntaria por los bancos) y los avales del ICO a los préstamos "han evitado el deterioro de los activos y han facilitado el flujo del crédito a la economía", prosigue el informe. De hecho, la actividad crediticia se ha apoyado principalmente en la expansión de los créditos a empresas no financiaras respaldados por garantías públicas.
La capitalización del sector bancario español ha mejorado apenas "marginalmente" durante la crisis gracias a las medidas de flexibilidad adoptadas por los reguladores. Finalmente, la rentabilidad del sector sigue sufriendo debido al aumento de las provisiones por créditos dudosos, los ajustes extraordinarios realizados por algunas entidades y la caída de ingresos por intereses.
Según los últimos datos publicados por el Banco de España, el volumen total de créditos con moratoria ascendía a 56.500 millones de euros a finales de marzo de 2021. Eso ha permitido que la tasa de morosidad haya caído del 4,8% registrado a finales de 2019 antes de la pandemia al 4,6% a finales de 2020. "Aunque no se espera un efecto precipicio significativo cuando las moratorias expiren, es probable que se produzca un deterioro más marcado de la calidad de los activos en 2022", apuntan los 'hombres de negro'.
"Los bancos españoles continúan teniendo una de las ratios de capital más bajas en la UE. Esto justifica una vigilancia estrecha considerando el probable deterioro de la calidad de los activos tras la retirada progresiva de las medidas de alivio a los deudores", prosigue el informe.
Los problemas de la Sareb
La Comisión y el BCE destacan no obstante que durante los últimos meses ha proseguido la consolidación del sector a pesar de todas estas dificultades. La fusión de Bankia y Caixabank ha recibido todas las autorizaciones requeridas y Unicaja y Liberbank han aprobado también unir fuerzas. Aunque en el pasado los 'hombres de negro' han apremiado al Gobierno español a vender su participación en Bankia cuanto antes, ahora no ponen ninguna objeción a que su salida se retrase hasta diciembre de 2023.
El informe de los inspectores se hace eco de las dificultades que atraviesa la Sareb, el banco malo que gestiona el ladrillo tóxico de la anterior crisis. "Debido a la importante disminución de ingresos por la pandemia, la Sareb ha continuado registrando pérdidas y ha erosionado todavía más su reducida base de capital", apunta el texto. Su reclasificación como parte del sector público ha provocado un aumento de 3 puntos en la deuda pública de España y una desviación adicional de un punto en el déficit de 2020.
España todavía tiene pendientes de devolver 23.700 millones del rescate bancario, cuyo importe total asciende a 41.300 millones. Los 'hombres de negro' no ven de momento riesgo de impago. "Las recientes subastas de deuda han mostrado que los inversores siguen confiando en la economía española y en su deuda pública pese al brote del Covid-19".
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