El BdE avisa: la deuda pública y las empresas más castigadas por la Covid pueden ser un problema para los bancos
Advierte de que la débil situación de las familias y las empresas vinculadas a los sectores más afectados representa una vulnerabilidad para el sistema.
5 noviembre, 2021 05:30Noticias relacionadas
El sector bancario está sorteando el potencial aumento de la morosidad que dejará tras de sí la pandemia gracias a las medidas de apoyo a las actividades empresariales más castigadas, pero su estabilidad futura depende de la evolución de tres de sus puntos débiles. Así lo cree el Banco de España, que incluye entre ellos a la deuda pública y la lenta llegada de la recuperación económica a los sectores más penalizados.
No en vano, la débil situación financiera en la que siguen encontrándose las familias y las empresas más afectadas por el shock económico que trajo la llegada de la Covid, principalmente los vinculados a los sectores de la hostelería y el transporte, representa una de las vulnerabilidades más importantes para la banca en estos momentos.
Se trata de sectores en los que "la recuperación es todavía incompleta" y que son los que más se han endeudado (y, por ende, en los que más está aumentando la morosidad), como afirma el Banco de España en su último Informe de Estabilidad Financiera, en el que señala también a la fabricación de automóviles como otra de las actividades a las que la recuperación no ha terminado de llegar aún.
"Deterioros latentes"
"Estos sectores concentran, asimismo, los mayores deterioros latentes de la cartera de préstamos bancarios", apunta en su informe la institución que gobierna Pablo Hernández de Cos.
En opinión del supervisor, no se están produciendo, al menos por ahora, "aumentos significativos" de las quiebras empresariales, pero esto es debido a que permanecen las medidas de apoyo gubernamentales y sectoriales, como las carencias de los llamados créditos ICO -aquellos concedidos durante la pandemia con aval del Estado-, que en su mayoría vencen a mediados de 2022. Es ese momento, precisamente, el que el sector marca como potencial fecha de inicio del gran repunte de la morosidad, que por el momento está contenida por el apoyo público.
En ese punto débil para la estabilidad financiera se enmarcan también los potenciales impagos de las familias vinculadas a estos sectores, los más afectados, y las de menor renta, que "se han beneficiado en menor medida de la recuperación y son más vulnerables".
Es por eso que, como alerta el Banco de España, "una recuperación de la actividad más lenta de lo esperado o el aumento de los costes de financiación podrían dar lugar a incrementos significativos del crédito dudoso en estos segmentos de hogares y empresas más vulnerables".
Deuda pública
El segundo de estos puntos débiles para la banca es la elevada deuda pública que se ha generado como consecuencia de las medidas de apoyo a la ciudadanía y las empresas, como los avales públicos para los créditos ICO o la asunción del coste de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE).
Ángel Estrada, director general de Estabilidad Financiera, Regulación y Resolución del Banco de España, explicaba al presentar este informe que es necesario mantener el apoyo público hasta que la recuperación sea sólida, pero que se requiere junto a ello un plan de consolidación fiscal "que permita reducir la deuda cuando la crisis esté sobrepasada".
"En ausencia de un plan de consolidación adecuado, el nivel de endeudamiento podría mantenerse en niveles elevados durante un periodo amplio", alerta el supervisor en su último Informe de Estabilidad Financiera.
Y es que el Banco de España ve un riesgo también en el cada vez más estrecho "nexo bancario-soberano". "Durante los años precedentes a la pandemia, el sector bancario español había ido reduciendo su exposición al soberano nacional. La crisis del Covid-19 ha interrumpido esta tendencia, aunque sin impulsar un incremento, como sucediera durante la crisis financiera global", advierte el supervisor.
Baja rentabilidad
La última de las vulnerabilidades más importantes para la banca en estos momentos se encuentra en su baja rentabilidad. Aunque el Banco de España reconoce que durante la pandemia el impacto de la crisis en la rentabilidad ha sido "contenido", advierte de que los "deterioros latentes" en las carteras de crédito del sector pueden minar sus ganancias a futuro.
Y es que "la crisis del Covid-19 no ha hecho más que confirmar la necesidad de abordar los desafíos estructurales que ya existían en el sector bancario". Entre ellos se encuentra, claro está, la generación de negocio rentable en la era de los tipos de interés negativos, con la aparición de la competencia de las bigtech, el aumento de los ciberriesgos y los potenciales efectos negativos de los riesgos climáticos, sobre los que existe aún mucha incertidumbre.
Es por eso que, ante la todavía persistente incertidumbre sobre la evolución de los créditos concedidos durante la pandemia, el Banco de España sigue apelando a la prudencia de los bancos y les conmina a seguir dotanto provisiones para protegerse ante los impagos o, al menos, a no liberarlas. Una estrategia que la mayoría del sector está siguiendo, aunque con alguna sonada excepción.