Una "rémora". Con esta palabra definía hace unos días José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, lo que ha significado la captación del pasivo para los bancos durante los últimos años. Productos como los depósitos, un clásico del ahorro de los españoles, o las cuentas remuneradas han dejado prácticamente de existir o han reducido su rentabilidad a cero ante un escenario de tipos de interés negativos que nació como una anomalía de corto plazo, pero que está durando ya seis años.
Es por eso por lo que la subida de los tipos de interés en la zona euro que ya adivinan los mercados, animados por el cambio de discurso del Banco Central Europeo (BCE), podría devolver al pasivo el atractivo que siempre tuvo. Durante años estos productos, especialmente los depósitos y las cuentas remuneradas, fueron muy rentables para los clientes, algo que utilizaba la banca como arma de captación.
Sin embargo, el escenario de tipos de interés negativos dio al traste con esta fórmula, hasta convertir a estos productos en prácticamente marginales en el catálogo de los bancos. Algunos han desaparecido directamente (como ocurrió, por ejemplo, con la famosa Cuenta 123 de Santander), mientras que otros han rebajado su rentabilidad a mínimos (caso de la Cuenta Naranja de ING). Y hubo quien prefirió darle una vuelta al concepto de depósito y utilizarlo como gancho para captar nuevos clientes de fondos de inversión. Es el caso, entre otros, de BBVA y Sabadell, como contó EL ESPAÑOL-Invertia.
Y es que, como decía el propio Goirigolzarri, en un escenario con los tipos de interés en positivo se producirá una "necesaria readaptación de la relación de la banca con sus clientes, tanto en el mundo empresarial como en el de las familias", pues el hecho de que la captación del pasivo se convirtiera en una "rémora" con el paso del tiempo "deberá ser parcialmente, al menos, revertido en el futuro".
"No hay que anticiparse porque seguimos con tipos negativos, pero iremos adaptándonos a cómo vayan evolucionando los tipos", apuntaba, por su parte, Ignacio Juliá, consejero delegado de ING España y Portugal, durante la presentación de resultados de la entidad hace unos días. Y es que este banco siempre se ha distinguido por su producto estrella de ahorro, la Cuenta Naranja, que llegó a remunerar los saldos con el 5%, tras lo cual ha ido rebajando este interés hasta el 0,01% TAE. Por el camino, la entidad también eliminó su Depósito Naranja en este mismo contexto.
Queda tiempo aún
Una vuelta de tuerca que va a tener lugar, pero que no va a ser inmediata. Para empezar, porque los tipos de interés siguen en negativo hasta nuevo aviso, aunque desde el BCE ya se dejó la puerta abierta a que comenzaran a subir este año y el mercado ya está apostando por junio como posible escenario de la primera subida de tipos en la zona euro desde 2011.
Y, además, aunque este calendario se materializara tal cual, los bancos preferirán esperar para que la vuelta a la remuneración del pasivo no se coma los ingresos que recibirán por la repreciación de productos como las hipotecas, que van a empezar a ser más rentables para la banca como consecuencia de la mejora del Euríbor. Unos ingresos que no van a llegar de golpe, pues las cuotas de todas las hipotecas variables que tienen concedidas las entidades irán actualizándose a su favor poco a poco (lo habitual es que la revisión de la hipoteca tenga lugar cada seis o doce meses).
"El traslado del repunte de la curva a los tipos de remuneración de los depósitos de una manera rápida y con fuerte competencia entre las entidades limitaría el efecto positivo de la subida de tipos en los márgenes bancarios, sobre todo en la medida en que el reprecio del pasivo se realice de una manera más rápida e intensa que en el caso de las operaciones de activo que, con carácter general, reprecian cada doce meses", explica Marta Alberni, consultora del área de Banca de Afi, a EL ESPAÑOL-Invertia.
Es por eso por lo que "no es previsible que las entidades lleven a cabo en los próximos meses una estrategia agresiva en productos de pasivo", de acuerdo con esta experta, que recuerda que a la subida de los tipos de interés la rodea aún "incertidumbre".
Algo en lo que coincide Santiago Carbó, director de Estudios Financieros de Funcas, para quien los tipos "siguen estando en terreno negativo y ahí estarán un tiempo, lo que dificulta ofrecer productos de alta remuneración".
En su opinión, "conforme los tipos suban, habrá interés en movilizar el ahorro", pues es necesario tener en cuenta "la inflación, que, literalmente, se come el ahorro inmovilizado". "No solo aumentará la competencia en depósitos, también en fondos de renta fija y variable. Sobre todo a medida que se perciba que la pandemia deja de ser un condicionante para la actividad económica", añade Carbó. Actualmente, los españoles mantienen unos 958.900 millones de euros depositados en los bancos.
Las hipotecas ya cambian
El cambio en la estrategia comercial de la banca por el giro en la política monetaria del BCE ya se está viendo en el mundo de las hipotecas... y eso que los tipos aún no han comenzado a crecer. Como contó EL ESPAÑOL-Invertia, las futuras subidas de los tipos de interés van a hacer que la banca pierda el interés en las hipotecas fijas y vuelvan a recobrarlo las variables, que dejaron de ser las favoritas del sector según iba el Euríbor adentrándose en terreno negativo, donde este mes cumple seis años.
Y es que, al igual que las progresivas caídas del Euríbor -que derivaron en su entrada en terreno negativo en febrero de 2016- llevaron a la banca a priorizar la concesión de hipotecas fijas sobre las variables, ahora va a ocurrir al contrario.
Bankinter ha dado ya el paso. Esta misma semana anunciaba no solamente una bajada de los intereses de sus hipotecas variables, sino también una subida de los de las fijas, confirmando el cambio de tendencia que anticipaba este periódico y que va a convertirse en la norma en los próximos meses. Habrá que esperar para ver con qué velocidad deja de ser una rémora, paralelamente, la captación del pasivo.
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