Así lo estiman los analistas de Goldman Sachs, que en un reciente informe calculan que el margen de intereses promedio de la banca de la zona euro crecería un 10%. En el caso de la española, algo menos.

Serían los bancos irlandeses los que más se beneficiarían de esta hipotética subida del precio del dinero, con un impulso del margen de intereses del 19%. Por detrás, los alemanes (13%), los británicos (12%), los españoles (9%), los noruegos (7%) y los suizos (5%).

La sensibilidad de cada banco, en todo caso, es independiente a su país de origen. Así, de acuerdo con las estimaciones de Goldman Sachs, Commerzbank y Allied Irish Banks serían las entidades más beneficiadas (+21% al margen de intereses).

Por detrás, los británicos NatWest Group (19%) y Lloyds (18%), el irlandés Bank of Ireland (17%), Deutsche Bank (11%), HSBC (10%), Standard Chartered (10%), Barclays (10%) y Danske Bank (9%). Aquí entrarían en juego los grandes bancos españoles, con Santander (9%) y BBVA (8%).

La vista puesta en julio

Unas previsiones que cada vez tienen más posibilidades de convertirse en realidad e, incluso, de ser superadas por los acontecimientos, habida cuenta de que el mercado ya tiene puesta la vista en julio para esa primera subida de los tipos de interés en la zona euro. Y tras la de ese mes aún quedarán otras tres reuniones de política monetaria este año.

No en vano, la propia Christine Lagarde, presidenta del BCE, anticipaba el lunes en un post publicado en la web del instituto emisor que las tasas podrían "despegar" ya en julio -la reunión del Consejo de Gobierno del BCE tendrá lugar el día 21- y que se podrían ver tipos en positivo en el tercer trimestre. Una previsión que coincide con la que ya tienen en algunos bancos, de acuerdo con fuentes financieras.

Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), durante una rueda de prensa. BCE BCE

Las entidades españolas esperan como agua de mayo esta decisión del BCE, pues son muy sensibles a estas subidas, principalmente debido al gran volumen de productos con vinculación directa al precio del dinero, como las hipotecas, que se referencian al Euríbor a doce meses.

Además, hay que recordar que las entidades afrontan el tipo de la facilidad de depósito, es decir, el interés que reciben por sus depósitos a un día en el banco central. Una tasa que actualmente es del -0,5% y que lleva en negativo desde junio de 2014. Con dos subidas de tipos este año, la tasa podría ser fácilmente de cero tras el verano.

Impulso progresivo

Con todo, aunque las subidas de tipos comiencen ya en julio, no se traducirán automáticamente en un mayor margen de intereses en este ejercicio. Para ello será necesario primero que los productos vinculados a los tipos se reprecien, como es el caso de las hipotecas, con sus revisiones anuales o semestrales de las cuotas. Es por eso por lo que la banca no recogerá los frutos del fin de su agonía hasta, probablemente, 2023. Y, como denotan las previsiones de Goldman, la espera habrá valido la pena.

Y eso que las cuentas de los bancos españoles ya se van a ver coyunturalmente impulsadas por la mejora que el Euríbor ha experimentado durante las últimas semanas, particularmente desde principios de año, cuando se aceleraron las noticias sobre que la primera subida de los tipos podría tener lugar ya este año debido a la inflación desbocada.

Más lo notarán cuando empiecen las subidas de tipos. Los nubarrones empiezan, por primera vez en mucho tiempo, a despejarse para la banca, que ya el lunes demostraba con fuertes ganancias en bolsa estas buenas noticias por parte de Lagarde.

Las entidades del Ibex 35 comenzaron el día pasando desapercibidas en el selectivo -e incluso alguna en el lado de las pérdidas-, pero lo terminaron casi liderando las ganancias. Sabadell se impulsó un 5,99%, Santander un 3,86%, CaixaBank un 3,75%, Bankinter un 3,31% y BBVA un 2,6%.