Economía abre el 'sandbox' a un TPV de pago con 'criptos' y a una firma de tokens en la que invirtió Santander
En la tercera edición de este laboratorio de pruebas regulatorio han sido admitidos provisionalmente tres proyectos.
28 junio, 2022 03:01Pistoletazo de salida a la tercera edición del sandbox financiero. El Ministerio de Asuntos Económicos ha dado su visto bueno para participar en esta cohorte a tres proyectos, entre ellos dos relacionados con la tecnología blockchain. El primero propone un TPV virtual para pagar con criptomonedas y el segundo corresponde a una firma en la que invirtió hace años Santander.
Más concretamente, el Tesoro ha emitido una evaluación previa favorable sobre tres de los proyectos que se presentaron a la tercera edición del sandbox financiero, un laboratorio de pruebas regulatorio que Economía abrió con el Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP).
Este espacio está configurado para que varias compañías puedan probar productos y servicios que utilizan nuevas tecnologías bajo el control de los supervisores, que se sirven de este sandbox para detectar qué aspectos podrían o deberían ser incorporados a la legislación.
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Por el momento, se han puesto en marcha tres convocatorias. Tanto los supervisores como el Tesoro trabajan aún en el desarollo de las pruebas de los proyectos presentados en las dos ediciones anteriores, a los que suman ahora los de esta tercera cohorte, que se convocó el pasado mes de diciembre.
El proceso de decisión no ha sido sencillo esta vez para el equipo del Tesoro. La complejidad de los proyectos candidatos llevó a la Secretaría General a ampliar el plazo de evaluación previa de los mismos hasta el pasado 12 de junio con el objetivo de poder estudiarlos correctamente.
TPV para 'cripto'
Finalmente han sido admitidos provisionalmente los proyectos presentados por Eurocoinpay (que estará bajo la supervisión del Banco de España), Securitize (CNMV) y Smart Real Estate Rating (Banco de España).
El primero de los proyectos es de la fintech Eurocoinpay, que ha diseñado una solución de pagos basada en el blockchain, entre otras tecnologías. Consiste en un TPV virtual que permite a los usuarios pagar en comercios físicos con criptomonedas (aunque también con euros) y, de igual modo, da la oportunidad a las empresas de recibir el abono en estas divisas (o en euros).
Según explican desde la compañía, los pagos efectuados a través de este particular datáfono se depositan en las empresas en un máximo de cinco segundos de forma segura y se registran en una red blockchain privada, así como en la red pública de IOTA. El pago en comercios físicos se realizaría con un dispositivo móvil a través de un código QR, un número de teléfono o un código alfanumérico.
El proyecto deberá pasar por el duro filtro del Banco de España, que en numerosas ocasiones se ha manifestado en contra del uso de criptomonedas como pago y como inversión.
El segundo de los proyectos también tiene que ver con la tecnología blockchain y corresponde a Securitize, una plataforma que emite, gestiona y vende activos digitales a través de blockchain. Fundada en 2017 en Estados Unidos, esta compañía ha acudido al sandbox para facilitar la negociación de valores tokenizados también en Europa. Hasta el momento, la firma ha creado una plataforma para que las empresas privadas obtengan capital, incluso de inversores individuales, con acciones emitidas a través de tokens digitales que se pueden negociar en el mercado.
Una iniciativa que ha despertado el interés de conocidos inversores. Santander fue uno de ellos en 2019, cuando invirtió en esta compañía, entonces emergente, a través de su fondo de capital riesgo InnoVentures. De acuerdo con la propia firma, entre sus inversores se encuentran también Morgan Stanley, Coinbase y Nomura, entre otros.
Próximos pasos
Ahora los supervisores deben velar por que el desarrollo de estos proyectos se realice adecuadamente y que las personas o empresas que los estén probando en el marco del sandbox no tengan ningún problema.
Los tres proyectos admitidos (muchos menos que en la primera edición, en la que fueron seleccionados 18 de 67, y en línea con la segunda, donde se aceptaron 4 de 13) tienen ahora un plazo de tres meses para suscribir un protocolo con el supervisor correspondiente.
Cuando se apruebe este protocolo, la firma deberá recabar el consentimiento informado de los participantes en el proyecto y, solo entonces, podrán comenzar las pruebas del proyecto piloto.