El uso del efectivo por parte de los españoles va dejando cada vez más paso a los pagos electrónicos, que están creciendo a ritmos sin precedentes. Así lo reflejan los datos de uso de los datáfonos, según los cuales en el primer trimestre se realizaron un 28% más de operaciones con estos dispositivos. Y parece que podría alcanzarse un nuevo récord este año.
Más concretamente, en el primer trimestre del año se realizaron 1.611 millones de operaciones en los terminales de punto de venta (TPV) de los restaurantes, comercios y otros miles de establecimientos, de acuerdo con los últimos datos del Banco de España. Esta cifra es un 27,87% más alta que la registrada en las mismas fechas del año pasado.
Prácticamente en la misma proporción avanzó el importe global. Este se situó en 50.214 millones de euros, una cantidad que supone un 28,07% más que en el primer trimestre del ejercicio 2021. Salvo el pasado año, nunca se había registrado un crecimiento tan grande.
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Unas cifras que denotan, además, que este año podría alcanzarse un nuevo récord en el uso de los datáfonos. Si su utilización sigue creciendo durante los próximos trimestres a este ritmo se superarían los números del pasado año, que ya representaron máximos históricos.
En 2021 se sobrepasaron los 6.000 millones de operaciones en todo el año -seis veces más que veinte años antes- y los 195.246 millones de euros de importe agregado pagado a través de este sistema -cuatro veces más que en 2002-.
El efectivo
Por su parte, el uso del efectivo también crece, pero a una escala mucho menor. Las operaciones de retirada en cajeros se incrementaron un 7,34%, hasta 152 millones, con un aumento del 10,63% de los importes sacados de estas máquinas, que ascendieron a 26.733 millones. Este último importe supone siete veces menos que el pagado a través de los datáfonos en el mismo periodo.
Y eso que los cajeros son cada vez menos. Estas máquinas están experimentando un verdadero declive durante los últimos años debido, por una parte, a las fusiones entre bancos, que conllevan ingentes cierres de oficinas (y, con ellas, de los cajeros). Por otra, por el auge del dinero electrónico, que los hace menos necesarios.
De los datos del Banco de España se desprende que el parque de cajeros se redujo un 4,7% en el primer trimestre respecto a las mismas fechas del año pasado, hasta los 46.473. Un descenso que es superior, incluso, al que registró su instalación durante todo 2021, el año de los grandes procesos de reestructuración de la banca.
En los últimos veinte años, mientras las operaciones en TPV se multiplicaban por seis y los importes pagados lo hacían por cuatro, los cajeros instalados en territorio nacional han caído hasta ser ya menos que en 2002, cuando había 49.876.
Lo cierto es que la pandemia ha ayudado a acelerar la evolución creciente de los pagos electrónicos y el paso atrás del efectivo, pero se trata de una tendencia que ya estaba muy desarrollada antes de la llegada de la Covid-19, especialmente entre los jóvenes.