El impuesto “excepcional y temporal” a la banca que Pedro Sánchez anunció ayer en el Debate del Estado de la Nación pegará un ‘bocado’ de casi el 19% a los beneficios estimados del sector para este año y de cerca del 16% para el ejercicio próximo, según los primeros análisis. Cajamar, Kutxabank, Ibercaja y Unicaja serían los bancos más perjudicados, mientras que Santander y BBVA saldrían más airosos.
El presidente del Gobierno avanzó un gravamen a las entidades bancarias con una duración de dos años -sobre los ejercicios de 2022 y 2023- para paliar los efectos económicos de la guerra en Ucrania, que han traído una inflación del 10,2%, y “proteger así a las clases medias y trabajadoras del país”, según defendió.
La estimación del Ejecutivo es que este nuevo impuesto a los bancos -a su negocio local en España, del que a priori quedarían exentas las aseguradoras- recaude en torno a 1.500 millones de euros al año. Sin embargo, no dio ningún detalle pormenorizado de cuánto será el porcentaje ni en base a qué criterios se repartirá la carga entre las distintas entidades.
Por eso, cobran especial relevancia los primeros análisis de las firmas de inversión, que son quienes orientan a los inversores sobre qué hacer con los valores cotizados en función de su futuro comportamiento. Una de las más rápidas en salir al paso ha sido Kepler Chavreaux.
El bróker bursátil estima unos beneficios netos del sector bancario español de 8.032 millones de euros para 2022 y de 9.479 millones en 2023. Por tanto, los 1.500 millones de euros del gravamen anticrisis supondrían un recorte sobre las ganancias del 18,7% y del 15,8%, respectivamente.
Cajamar perdería dos tercios del beneficio
Aunque los analistas de Kepler advierten que se trata de un “ejercicio rápido de aproximación” dado que no tienen detalles acerca de cómo el Gobierno planea implementar este nuevo impuesto.
En función de la cuota de mercado de la decena de bancos parametrizados, deducen que Cajamar sería la entidad cuyo beneficio neto más 'mordida' sufriría, de hasta un 63% este año y un 54% el que viene.
Le seguirían Kutxabank (35% y 30%) e Ibercaja (30% y 25%) entre los no cotizados en la bolsa, y luego estaría Unicaja (28% y 21%), el más tocado de entre los cotizados. Todos ellos provienen de las antiguas cajas rurales y de ahorro y todos tienen un negocio centrado exclusivamente en España.
Por el contrario, Santander y BBVA serían los menos damnificados gracias a su diversificación internacional en regiones como Latinoamérica, Estados Unidos, Reino Unido, resto de Europa o Turquía.
Santander y BBVA, tranquilos
Santander vería mermados sus beneficios netos en un 13% y en un 10% en su filial española, pero a nivel grupo la ‘estocada’ sería menos dolorosa, apenas del 2% en sendos años. En el caso de BBVA, su filial local se vería afectada en un 12% en 2022 y otro 12% en 2023, pero solo un 4,2% y un 4,4% en el agregado del grupo para esos ejercicios.
El ‘pellizco’ en los beneficios del resto de bancos sería, siempre según Kepler, del 16% y del 13% en CaixaBank; un 18% y un 14% en Banco Sabadell; el 18% y el 15% en Bankinter, y del 13% y del 11% en Abanca.
Por otro lado, JB Capital Markets estima que el impacto en capitalización sería del entorno del 3% de media, siendo algo mayor en la banca doméstica.
Como informó EL ESPAÑOL-Invertia al cierre de la sesión bursátil de ayer, el impuesto a la banca de Sánchez le costó a la parte del sector que cotiza en bolsa más de 5.300 millones de euros en poco más de cuatro horas. Su desplome fue del 6% en promedio, con CaixaBank, Unicaja y Sabadell a la cabeza de las pérdidas: 8,63%, 7,67% y 7,44%, respectivamente.
Dividendos y despidos
En opinión de Marisa Mazo, analista de GVC Gaesco Valores, “en principio, los bancos no se verán obligados a reducir el dividendo ni a hacer ningún tipo de ajuste de oficinas o plantillas”.
Por contra, Juan José Fernández-Figares, director de Análisis de Link Securities, aunque ve muy complicada la implementación del impuesto, sí está convencido de que “va a llevar a la banca a reducir estructura, lo que supondrá nuevos despidos y aumentar los ingresos por todo tipo de comisiones, lo que llevará al cliente a pagar parte de la ‘factura’, como suele ocurrir con estas medidas”.
A ojos de Ignacio Cantos, director de Inversiones y Renta Variable de atl Capital, el castigo bursátil a la banca visto ayer en el Ibex fue “excesivo”. “Una cosa es que el Gobierno les vaya a cobrar un impuesto, y otra cosa es que lo consiga”, deja entrever. Dependerá de la estructuración del gravamen, de las protestas de los bancos y, como anticipa el experto, de qué decidan los tribunales, porque ya se intuye su judicialización.
La decisión del Gobierno de coalición tampoco ayuda a vender la ‘marca España’ entre los inversores extranjeros. “Para el inversor internacional, en España podría haber dos sectores interesantes: el de las energías renovables y el de la banca doméstica. Si por primera vez en muchos años los tipos de interés dejan de hacer daño en tu cuenta de resultados [en referencia al sector bancario] y ya te están metiendo un impuesto, el mensaje que mandas al inversor internacional es muy malo”, alerta Gonzalo Sánchez, director de Inversiones de Gesconsult.
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