Ha pasado ya medio mes desde que el plan de rescate a hipotecados en problemas se puso en marcha, pero los potenciales beneficiarios apenas están acudiendo a los bancos para acogerse a estas ayudas. Según explican a este periódico varias fuentes financieras, no se están notando cambios en el comportamiento de los clientes a la hora de solicitar reestructuraciones y cambios de hipotecas variables a fijas.

El Gobierno y la banca pactaron el pasado mes de noviembre un plan de medidas para echar un cable a aquellas familias con hipotecas variables que estén experimentando problemas para hacer frente a las cuotas por la rápida subida del Euríbor en un contexto de alta inflación, en el que también se están elevando otros costes de financiación por el incremento de los tipos de interés.

En el mismo se incluyen diferentes medidas, como carencias y reducción del interés, alargamiento de los plazos y congelación de las cuotas. Además, durante 2023 no se cobrarán comisiones por amortización anticipada, una iniciativa que pretende facilitar a los clientes que cambien su hipoteca de variable a fija para evitar futuras volatilidades del Euríbor.

Motivos

Pese a que estas medidas están disponibles para los clientes de los bancos con mayor cuota de mercado del país -la gran mayoría del sector ha suscrito el acuerdo con el Gobierno voluntariamente-, lejos de acudir en masa para pedir medidas de reestructuración, los clientes solo están remitiendo peticiones de manera "residual", como confirman varias fuentes financieras.

En cuanto a los cambios de tipos de interés de las hipotecas, hay que tener en cuenta que los préstamos fijos se han encarecido considerablemente durante los últimos meses. Esto quiere decir que cuando un cliente acude a un banco a cambiar su hipoteca de tipo variable a fijo, el interés que se le ofrece es elevado.

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Los clientes, como es lógico, ya no van a lograr que el banco les cambie el tipo de interés de la hipoteca a uno fijo bajo, dado que en el mercado se están comercializando estas hipotecas incluso por encima del 5%.

Entre los motivos que se esconden tras este limitado interés por las nuevas medidas se encuentra también el hecho de que la morosidad de las hipotecas está en niveles muy bajos. De acuerdo con los datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), la dudosidad de estos préstamos se situaba en el 2,5% en el tercer trimestre del año pasado (último dato disponible), un nivel no visto desde mediados de 2011.

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Además, el empleo por ahora está aguantando, lo que se traduce en que las familias, aunque deben hacer frente a un fuerte aumento de los precios, aún no están entrando en un problema financiero grave. Y es que, como dicen en el sector, las hipotecas son lo último que se deja de pagar.

Algo a lo que se suma el hecho de que no todos los que tienen una hipoteca variable han sufrido un encarecimiento de la misma intensidad. Algunos han tenido que revisarlas a mediados del pasado año, cuando la subida no era tan fuerte, mientras que otros no han tenido que revisarlas aún desde que el Euríbor se desbocó.

La demanda de hipotecas, también residual

En cuanto a las nuevas contrataciones de hipotecas, lo cierto es que el mercado lleva meses ralentizándose, principalmente por el encarecimiento de estos préstamos debido al efecto de las subidas de los tipos de interés, que están desincentivando la compra de vivienda.

En el mes de octubre, según los datos del Banco de Españala nueva producción de hipotecas creció un 12,4%, lo que supone el avance más pequeño registrado desde enero de 2021.

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Cuando comenzó a recuperarse la actividad económica también lo hizo la concesión de hipotecas, hasta llegar a crecer un 60,1% en mayo. En octubre, sin embargo, este avance apenas superó el 12%, por debajo de los registros de los meses inmediatamente anteriores, en los que ya se apreciaba una ralentización.

"La demanda [de hipotecas] cae significativamente y va a caer bastante", augura una fuente financiera, que achaca esta dinámica a la subida de los tipos de interés, que están ya en el 2,5%.

En los próximos meses, además, está previso que continúe el endurecimiento de la política monetaria en la zona euro, por lo que desde el sector prevén que se siga produciendo un aumento en las hipotecas a tipo fijo.