Bruselas

"Las recientes crisis muestran que a pesar de todos los refuerzos en las posiciones de liquidez y capital de los bancos y la mejora en la regulación y la supervisión, todavía pueden producirse quiebras y falta de confianza. Debemos permanecer vigilantes y no ser complacientes". Este es el llamamiento que lanza el presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), José Manuel Campa, en respuesta a la quiebra del Silicon Valley Bank y el rescate de Credit Suisse.

Para reforzar la confianza en las entidades comunitarias, Campa ha pedido a los dirigentes de la UE que resuciten el fallido fondo común de garantía de depósitos bancarios (EDIS, por sus siglas en inglés), el tercer pilar de la Unión Bancaria. Una iniciativa que está bloqueada desde hace ya una década por la oposición de Alemania

"El sector bancario europeo sigue fragmentado en líneas nacionales. No hay razón para que Europa mantenga la Unión Bancaria apoyada únicamente en dos pilares. La asignación adecuada de capital y riesgos requiere como base un fondo común de garantía de depósitos. El marco de gestión de crisis debe reforzarse para reducir la fragmentación y las divergencias", ha dicho Campa en una comparecencia este martes en el comité de Asuntos Económicos de la Eurocámara.

[La UE entierra su enésima hoja de ruta para crear un fondo común de garantía de depósitos bancarios]

Con el EDIS, los ahorros de los europeos hasta 100.000 euros por cuenta gozarían del mismo nivel de protección, independientemente del país en el que se encuentre su banco. El objetivo es frenar fugas masivas de depósitos como las ocurridas en España durante la crisis de 2012, o en Grecia, en 2015. Sin embargo, el Eurogrupo decidió enterrar indefinidamente el proyecto el año pasado por la imposibilidad de avanzar en una hoja de ruta común. 

El presidente de la Autoridad Bancaria Europea ha reclamado además completar la Unión de Mercados de Capital. "Ambas iniciativas merecen pasar de la ambición política a la realidad para adaptar nuestra economía a tiempos más volátiles y atender las necesidades de financiación de algunos sectores económicos", ha dicho.

En todo caso, Campa sostiene que la crisis actual no puede equipararse a la de 2008. "Estamos convencidos de que más de una década de trabajo nos ha puesto en mejor posición: los bancos de la UE tienen mejores posiciones de capital y liquidez", ha asegurado. El marco regulatorio común "ha añadido una capa de resiliencia" y la supervisión a escala europea "permite una mejor gestión de riesgos".

También el responsable de supervisión del Banco Central Europeo (BCE), Andrea Enria, ha repetido este martes que las entidades comunitarias están en buena forma para resistir al nuevo entorno de elevada inflación y altos tipos de interés. Enria ha insistido además en que el BCE respetará los derechos de los bonistas y no seguirá el ejemplo de Suiza en el rescate de Credit Suisse.

Como parte de la operación, el regulador suizo Finma ha aplicado a los titulares de deuda del banco una quita por valor de 17.000 millones de dólares, reduciendo a cero el valor de los bonos contingentes convertibles, también conocidos como CoCos o Capital de Nivel 1 Adicional (AT1, en inglés). Eso significa que los bonistas de Credit Suisse han perdido más que los accionistas, lo que ha puesto en duda el orden de quitas en caso de quiebra bancaria.

Enria ha dicho que la UE aplicará el orden previsto en la legislación europea, según el cual son los accionistas los primeros en absorber las pérdidas, seguidos de bonistas y grandes depositantes. Y eso es así tanto en los rescates con dinero público como en las soluciones privadas.

"Este enfoque se ha aplicado consistentemente en casos anteriores y continuará guiando las acciones de la Junta Única de Resolución y la supervisión bancaria europea en todas las intervenciones de crisis", ha zanjado el responsable de supervisión del BCE.