Bruselas

Primero fue la quiebra del Silicon Valley Bank, que se atribuyó a su peculiar modelo de negocio. Los problemas se propagaron después a varios bancos regionales de Estados Unidos. Con la caída y rescate del Credit Suisse, la crisis saltó al otro lado del Atlántico. Mientras los jefes de Estado y de Gobierno de la UE discutían este viernes el impacto de las turbulencias financieras, el contagio alcanzaba de lleno al gigante alemán Deutsche Bank.

Pese a que la tormenta no amaina sino todo lo contrario, los líderes europeos minimizan el alcance de esta crisis bancaria. Y han descartado explícitamente resucitar la creación de un fondo europeo de garantía de depósitos bancarios (que en teoría es el tercer pilar incompleto de la Unión Bancaria), pese a que así lo ha vuelto a pedir este viernes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Alemania mantiene su veto inamovible a esta iniciativa desde hace una década.

El único resultado que ha salido de la Cumbre del Euro es una nueva apelación a la tranquilidad. Las entidades de la eurozona son sólidas, están bien capitalizadas y cuentan con abundantes colchones de liquidez. La UE aprendió la lección de la crisis de 2018, endureció la regulación de los bancos y ahora está mejor preparada. Este es el mensaje que han repetido como un mantra, casi palabra por palabra, los diferentes líderes y que figura también en las conclusiones escritas.

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Aún así, el propio canciller alemán, Olaf Scholz, se ha visto obligado a salir en defensa del principal banco alemán tras el duro varapalo que ha sufrido en bolsa. "¿Es Deutsche Bank el próximo Credit Suisse?", le han preguntado. "Deutsche Bank ha modernizado su modelo de negocio. Es un banco muy rentable. No hay motivo para estar preocupados", ha respondido escuetamente.

También el Banco Central Europeo (BCE), responsable último de la supervisión de los bancos de la eurozona, asegura que "el sector bancario de la zona del euro es resistente porque tiene posiciones sólidas de capital y liquidez". Las entidades europeas "son fuertes porque les hemos aplicado a todas ellas las reformas regulatorias acordadas internacionalmente tras la Crisis Financiera Global", les ha dicho a puerta cerrada Christine Lagarde a los líderes, según fuentes diplomáticas.

El canciller alemán, Olaf Scholz, durante su rueda de prensa de este viernes UE

La presidenta del BCE ha ido un paso más allá y ha repetido que saldrá al rescate de la banca con un manguerazo de liquidez si la crisis así lo exige. "La caja de herramientas del BCE está completamente equipada para proporcionar liquidez al sistema financiero de la zona del euro si es necesario", ha señalado. Una mera promesa verbal que hasta ahora ha servido para embridar la crisis financiera, pero que no está claro si será suficiente si continúa el contagio.

En la cumbre de este viernes, Pedro Sánchez ha pedido a sus homólogos la puesta en marcha del fondo europeo de garantía de depósitos (EDIS, por sus siglas en inglés) como respuesta a la actual crisis. Este instrumento "plantearía mayor confianza en los mercados y a nuestros ciudadanos y evitaría riesgo de fragmentación en Europa", ha argumentado en la rueda de prensa al final de la reunión.

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Sin embargo, la petición del presidente del Gobierno no ha sido atendida por el resto de líderes europeos. Es más, se han endurecido las conclusiones de la Cumbre del Euro para que quede claro que la resurrección del EDIS no está sobre la mesa. En su versión original, el texto hablaba de "continuar los esfuerzos para completar nuestra Unión Bancaria". Una redacción que podía interpretrarse como un aval para la garantía europea de depósitos, de la que siempre se ha dicho que es el tercer pilar de la Unión Bancaria.

Para eliminar cualquier ambigüedad, las conclusiones finales hablan de "continuar los esfuerzos para completar nuestra Unión Bancaria, en consonancia con la declaración del Eurogrupo de 16 de junio de 2022". En esta declaración, los ministros de Finanzas acordaron enterrar indefinidamente el EDIS (por el bloqueo persistente de Alemania) y apostar por reformas más modestas para reforzar el marco de gestión de crisis bancarias y los fondos nacionales de garantía de depósitos.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa de este viernes en Bruselas UE

Con el EDIS, los ahorros de los europeos hasta 100.000 euros por cuenta gozarían del mismo nivel de protección, independientemente del país en el que se encuentre su banco. El objetivo es frenar fugas masivas de depósitos como las ocurridas en España durante la crisis de 2012, o en Grecia, en 2015. Las dudas sobre la protección de los depositantes están jugando un papel central en la crisis bancaria en Estados Unidos. Berlín se opone porque no quiere pagar los platos rotos en otros Estados miembros.

No obstante, el presidente del Eurogrupo, el irlandés Paschal Donohoe, ni siquiera ha mencionado el EDIS y ha insistido en que la UE debe concentrarse en cambios de mínimos para fortalecer las herramientas de gestión de crisis bancarias y los sistemas nacionales de garantía de depósitos. Los ministros de Finanzas están a la espera de que la Comisión de Ursula von der Leyen presente propuestas en este sentido, que se han aplazado al segundo trimestre para recalibrarlas teniendo en cuenta las lecciones de la actual crisis.

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La otra gran prioridad para la UE es poner en práctica las reformas bancarias ya acordadas. En este sentido, Donohoe ha endurecido el tono contra Italia, país que sigue sin ratificar los cambios en el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) para fortalecer precisamente la Unión Bancaria. El presidente del Eurogrupo ha reclamado que la ratificación se lleve a cabo antes de 2024, pero en Roma esta cuestión se ha vuelto tóxica por el papel del MEDE en los ajustes de la era de los rescates entre 2010-2012.

La reforma en cuestión permitiría al MEDE prestar dinero al Fondo Único de Resolución (FUR) en caso de que éste se quede sin fondos para acometer una crisis bancaria. El FUR se creó en 2014 con el objetivo de que sean los bancos y no los contribuyentes los que paguen la próxima crisis financiera. Se financia con contribuciones de la propia banca y su dotación actual asciende a 66.000 millones de euros.

El presidente del Eurogrupo, Paschal Donohoe, comparece ante la prensa tras la Cumbre del Euro UE

"Por supuesto que estoy al tanto de lo que está ocurriendo en los mercados, pero no es apropiado hacer comentarios sobre ellos ya que las condiciones pueden cambiar. Pero tenemos una gran confianza en la estabilidad y la solidez de nuestros bancos", ha respondido el presidente del Eurogrupo al ser preguntado por el caso Deutsche Bank.

Por su parte, el presidente francés ha subrayado que "los cimientos de los bancos europeos son sólidos y debemos celebrar la exigencia de la reglamentación (que tenemos) sobre la materia". "Aprendimos de crisis pasadas. La zona euro es hoy la zona donde los bancos son más sólidos", sostiene Emmanuel Marcon.

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"El sistema bancario en Europa es estable y sólido. El BCE ha hecho un buen trabajo con una regulación agresiva para garantizar que no se repitan los errores del pasado", sostiene el primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis. "El sistema bancario griego también es muy estable: ha reducido la morosidad del 40% en 2018 a por debajo del 10% en 2023. Confío totalmente en la estabilidad y la solidez de los bancos griegos", ha insistido.

¿Existe el riego de una nueva crisis financiera como la de 2008? "Me parece muy improbable. Lo que hemos hecho en Europa en respuesta a lo que ocurrió entonces es diferente a lo de Estados Unidos o lo de Suiza", responde el primer ministro holandés, Mark Rutte.