La décima subida de tipos que el Banco Central Europeo (BCE) acometió el pasado jueves tendrá un efecto sobre el negocio de las entidades españolas, que durante los últimos meses han registrado beneficios récord por el cambio en la política monetaria. Unas ganancias que continuarán a pesar del deterioro de la economía, aunque los bancos deberán enfrentarse a una presión mayor por remunerar los depósitos.
El instituto emisor del euro decidió la pasada semana subir los tipos de interés por décima vez en poco más de un año, hasta situar el tipo general en el 4,5% -su nivel más alto desde 2001-, la facilidad marginal de crédito (lo que pagan los bancos por la financiación a un día) en el 4,75% y la facilidad de depósito en el 4%, su nivel más alto desde el lanzamiento del euro, en 1999.
Un incremento del precio del dinero sin precedentes por su rapidez y su intensidad, que ha tenido un impacto beneficioso en las cuentas de resultados de los bancos. Especialmente de los españoles, que tienen una gran exposición a las hipotecas de las familias. Y hay que recordar que la gran mayoría de las hipotecas vivas -que aún no se han terminado de devolver- son variables -más del 70% del total-.
Por tanto, gran parte de las carteras hipotecarias de los bancos españoles se han revalorizado al alza en el último año, engrosando sus márgenes de intereses. De hecho, lo llevan haciendo algo más, desde enero de 2022, cuando el Euríbor a doce meses -el índice que se utiliza como referencia para la actualización de las cuotas hipotecarias- cambió su tendencia y comenzó a subir.
Desde entonces lo ha hecho durante 20 meses seguidos, tras lo cual experimentó una caída el pasado agosto, mes en el que no hubo reunión de tipos del BCE. Por el momento, la media mensual provisional de septiembre (4,1%) augura una nueva subida, aunque por debajo del dato de julio.
Beneficios récord
En el caso de los bancos españoles, la subida de los tipos de interés se ha dejado notar y mucho en sus cuentas de resultados de 2023 tras años de operar en un contexto de baja rentabilidad creado por los tipos de interés negativos.
Algunas entidades, como Santander, han registrado beneficios récord en el primer semestre del año y el resto ha aumentado sus ganancias considerablemente. En ese periodo, las seis mayores entidades del país (Santander, BBVA, CaixaBank, Sabadell, Unicaja Banco y Bankinter) obtuvieron un beneficio conjunto superior a 12.000 millones de euros, es decir, una cifra un 20% superior a la registrada en las mismas fechas del año anterior.
Estos beneficios serán más abultados este año -no así el que viene-, en el que los bancos están repreciando al alza su cartera hipotecaria y en el que están pudiendo aplicar unos tipos de interés más elevados a sus préstamos. Y todo a pesar del deterioro que la subida de los tipos de interés está generando en la economía, que está desincentivando a las familias para pedir préstamos, especialmente hipotecas.
"El incremento [de los tipos de interés] sigue siendo positivo para el crédito de los bancos de la zona del euro, cuya facturación se beneficia de mayores ingresos por los intereses", afirman los expertos de Moody's en un reciente informe sobre la reciente subida de tipos.
Mayor presión con los depósitos
Sin embargo, desde la agencia calificadora advierten de que "se espera que el entorno operativo de los bancos se deteriore en 2024, lo que afectará los préstamos bancarios", al tiempo que "la mayoría de los bancos se verá sometida a una mayor presión para aumentar los intereses de los depósitos".
Y es que los bancos, especialmente los españoles, van a ver cómo el coste de sus depósitos se incrementará según vayan accediendo a pagar intereses por ellos, algo que por el momento no ocurre en los grandes bancos, con la excepción de CaixaBank, que acaba de lanzar un depósito a plazo.
Las entidades han trasladado el incremento de los tipos de interés a los préstamos (la TAE de las nuevas hipotecas está en máximos desde 2009), pero no a los depósitos, al menos en términos generales. Es por eso que en el momento en el que lo hagan masivamente, su rentabilidad se verá recortada.
El cambio de escenario tras el giro de la política monetaria ha hecho que los depósitos a la vista de los clientes de la zona euro hayan caído un 7% en junio en comparación con el mismo mes del año pasado, mientras que los depósitos a plazo han aumentado un 49%.
"Si continúa la caída de los depósitos a la vista, los bancos se verán presionados a aumentar los intereses que ofrecen, erosionando parte del beneficio por los tipos de interés más altos", explican desde Moody's.
Con todo, el aumento de los beneficios de los bancos continuará en los próximos meses. La décima subida de los tipos de interés podría ser la última de este ciclo, según ha dejado entrever el propio BCE y da por sentado el mercado, aunque en todo caso los tipos se mantendrán en el nivel actual, como mínimo, durante los próximos meses.
De hecho, desde Moody's apuntan que la decisión del BCE "no excluye nuevos aumentos si la inflación persistiera". Algo que continuará beneficiando al negocio de los bancos, a pesar de que tenga un impacto sobre la economía y, por tanto, sobre las decisiones financieras de los clientes de las entidades.