La Comisión de Ursula von der Leyen y el Banco Central Europeo (BCE) vuelven a amonestar al Gobierno de Pedro Sánchez por el impuesto a la banca, que el ministerio de Hacienda pretende ahora hacer permanente. Este tributo afecta negativamente a la rentabilidad de las entidades españolas y limita su posibilidad de general capital orgánicamente, lo que es particularmente problemático porque la capitalización de los bancos españoles es más baja que la media europea.
"La rentabilidad del sector bancario se mantuvo sólida en 2022 y en la primera mitad de 2023, ya que el impacto favorable de la subida de los tipos de interés en los ingresos netos por intereses más que compensó el aumento de las provisiones para insolvencias en 2023", destaca el informe de vigilancia que realizan los 'hombres de negro' de Bruselas cada semestre desde el rescate bancario de 2012.
"No obstante, la rentabilidad de los bancos que operan principalmente en España se ha visto afectada negativamente por la tasa bancaria temporal introducida en 2022, que las entidades han pagado en 2023 en función de los resultados financieros del año anterior", prosiguen los inspectores. En concreto, el ministerio de Hacienda ha recaudado alrededor de 1.200 millones, lo que ha reducido el rendimiento sobre el capital de los bancos en alrededor de 0,5 puntos porcentuales.
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"En conjunto, la capitalización de los bancos españoles continua siendo sólida, pero inferior a la de sus pares de la UE. Teniendo en cuenta que la elevada inflación y el aumento de los tipos de interés pondrá presión sobre la capacidad de pago de la deuda de algunos prestatarios, la capitalización de los bancos españolas continúa requiriendo una vigilancia estrecha", dice el informe.
"Más reciente, el impuesto temporal a la banca ha pasado factura a los beneficios de los bancos en sus operaciones en España, limitando así el potencial para la generación orgánica de capital", resaltan los 'hombres de negro'.
Por lo demás, el informe destaca la "resiliencia" del sector bancario español pese las tensiones geopolíticas y la incertidumbre, el aumento de la inflación y el endurecimiento de las condiciones financieras para los prestatarios.
No obstante, la contracción de la actividad crediticia que comenzó en diciembre de 2022 cobró fuerza durante los primeros ocho meses de 2023, con un endurecimiento de los estándares de concesión de préstamos y una menor demanda en España.
Pese a ello, la tasa de morosidad bajó al 3,5% a finales de 2022 (desde el 4,3% registrado un año antes) y se ha mantenido sin cambios durante la primera mitad de 2023. "Aún así, el endurecimiento de la política monetaria y el aumento de la inflación pueden empezar a tener un impacto negativo en la capacidad de pago de la deuda por parte de los prestatarios", avisan los inspectores de la Comisión y del BCE.
La liquidez y la rentabilidad del sector bancario "continúa siendo favorable". Tras la devolución de la mayor parte de la financiación TLTRO prestada por el Banco Central Europeo (BCE), la posición de liquidez de los bancos sigue siendo "tranquilizadora". El informe señala no obstante que la transmisión de la subida de tipos a una mayor remuneración de los depósitos "ha sido bastante débil hasta el otoño".
Finalmente, el informe de los 'hombres de negro' se hace eco de la mala situación de la Sareb, el 'banco malo' que gestiona los activos tóxicos inmobiliarios de la crisis española. "A finales de 2022, el patrimonio negativo de la Sareb se ha deteriorado todavía más, debido a ajustes de valoración negativa de 11.600 millones, las pérdidas registradas en 2022 y los recursos propios negativos", señala el informe.