El efecto en la economía de la subida de los tipos de interés que el Banco Central Europeo (BCE) ha llevado a cabo durante quince meses provocará inevitablemente un repunte de la morosidad bancaria. Sin embargo, el aumento no será preocupante, dado que la buena marcha de la economía hasta ahora y el mantenimiento del empleo están impidiendo que las carteras se deterioren en gran medida.
La subida de los tipos ha sido rápida y contundente, de 450 puntos básicos, si bien el impacto del endurecimiento de las condiciones de financiación no se ha traducido en un elevado nivel de impagos. Y es que, aunque el traslado de la política monetaria a la economía real siempre se produce con un cierto decalaje, la morosidad se encuentra en niveles bajos desde hace meses.
La buena marcha de la economía y el empleo, al menos hasta ahora, está ayudando a que el impacto de la subida de los tipos de interés no se esté reflejando en una gran subida de la morosidad. El volumen de impagos se encuentra actualmente en el 3,6%, que es el dato correspondiente a octubre y el último disponible con la información del Banco de España.
El dato representa una subida respecto al registrado el mes anterior, pero lo cierto es que la mora se encuentra desde hace meses en niveles inferiores al 4%. Algo que en el sector bancario se achaca, principalmente, a la buena marcha del empleo.
En el caso concreto de las hipotecas, la morosidad es, incluso, inferior. El útimo dato disponible a partir de las estadísticas del Banco de España, correspondiente al cierre del tercer trimestre del año pasado, habla de un nivel de impagos del 2,56% sobre el total de hipotecas, algo superior al del trimestre anterior, pero aún en niveles mínimos.
Por debajo del 4%
De cara a este año, desde S&P Global estiman que la morosidad podría situarse, como mucho, entre el 3,5% y el 4%. Así lo prevé Luigi Motti, managing director y analytical manager de Servicios Financieros EMEA de la calificadora.
Y, en este escenario, "la de pymes es una de las carteras más vulnerables, junto con el consumo", aunque es cierto que "el consumo sobre el total de la cartera de los bancos españoles tiene un peso más contenido", mientras que "el de la cartera de hipoteca residencial es más alto", explica Motti.
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Así, las hipotecas pesan más sobre el crédito total y su morosidad es más baja que la de otro tipo de préstamos, pues está más relacionada con la evolución del desempleo y de momento no es preocupante. "Eso hace que el total de la cartera pueda tener un deterioro más contenido incluso en los escenarios de ralentización de la economía", aclara Motti.
Lo cierto es que el repunte también se producirá por efecto de la contracción del saldo total de crédito, que se ha ido reduciendo a lo largo de los años por el desapalancamiento de las familias y las empresas.
En los últimos meses, además, a este fenómeno se ha sumado la caída de la demanda de crédito, especialmente de hipotecas, que hace que el total disminuya.