Las constructoras son las grandes protagonistas de esta semana en la bolsa española. Después de haberse marcado un arranque anual marcadamente alcista, llega el momento de ver si hay material en sus resultados de 2018 para extender la remontada. De momento, cuentan con la bendición de los analistas. Aunque como en toda regla, aquí hay una excepción: mejor ni acercarse a OHL.
La expansión internacional del negocio de las constructoras españolas y su diversificación hacia otras áreas como la energía y la gestión de aguas se convierten en el valor más destacado por los analistas que siguen de cerca el negocio y la evolución en bolsa del sector. Sin embargo, el frenazo que podría conllevar una economía global menos boyante para el desarrollo de nuevas obras se convierte en la preocupación que los expertos esperan resolver con las previsiones que las compañías vayan dejando entrever en las próximas jornadas.
Estas dudas están condensadas en un reciente informe de Crédito y Caución, una de las ramas aseguradoras del grupo Catalana Occidente, bajo el título ‘Los cimientos inestables de la construcción’. Sus analistas dibujan “un pobre desempeño” con un incremento de apenas un 3% del negocio en este año para un sector que cuenta con “un fuerte carácter cíclico vinculado al crecimiento económico de cada país”. Aviso a navegantes en tiempos de miedo a la recesión aderezados con una “fuerte competencia” y unos “estrechos márgenes”.
EL PESO DEL NEGOCIO INTERNACIONAL
La expansión que esperan procederá, dicen, del “rebote del mercado inmobiliario” y no tanto en la construcción pública y la ingeniería civil que nutre las cuentas de los grandes grupos, que son los que cotizan en la bolsa. En este sentido, advierten de que esta actividad “se mantendrá baja debido al compromiso con la reducción del déficit fiscal” de los estados. Una afirmación a la que, sin embargo, Ángel Pérez Llamazares, analista del sector en Renta 4 Banco, quita peso debido a la fuerte diversificación geográfica que han conseguido ya las constructoras españolas para sus ingresos, partida en la que España se queda por debajo del 50% en los últimos ejercicios.
La aseguradora advierte de que las que tengan negocios en Reino Unido, como es el caso de Ferrovial, deberán lidiar con “la escasez de trabajadores cualificados” por la limitación de la libre circulación de personas, así como con el previsible incremento de cargas en frontera, ya que “más del 60% de los materiales de construcción se importan de la Unión Europea”. Sin embargo, su potencial alcista según el consenso que recoge Thomson Reuters es del 8% y de los analistas que la siguen 20 aconsejan comprar y solo cuatro, mantener.
Para los analistas de Bankinter, la clave en Ferrovial está en “conocer el perímetro definitivo y el precio de la operación” de venta de ciertos negocios de su área británica de servicios, marcada como una de las líneas estratégicas de su reestructuración. Para los del Sabadell, es la favorita del grupo por motivos como “un menor riesgo ante subidas de tipos” por el menor endeudamiento de su balance.
Otra que ha subido con fuerza desde que empezó el año y forma parte del Ibex 35 es ACS. Para el experto de Renta 4, su principal garantía de continuidad está en su apuesta por EEUU y Australia, donde “está consiguiendo proyectos con buenos márgenes y se está colocando como jugador preferente de cara a futuras adjudicaciones”. Más allá de esperar cómo se cierra el encaje de Abertis, la reciente venta de Hispasat hace pensar al mercado que la reestructuración se ha cerrado y que los dividendos que percibirá de su nueva filial ayudarán a mejorar su solidez financiera. Tanto es así que Bankinter la considera “contratista preferente ante el plan de infraestructuras que se pretende acometer en los próximos años en EEUU para la renovación de la deficitaria red de carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos del país”.
Sin abandonar el selectivo de la bolsa española, Acciona parece haber agotado su potencial de consenso tras el 14% que ya ha remontado desde que empezó el año. Los analistas están a la espera de ver cómo terminan encajando sus últimos movimientos, entre los que destacan la venta de termosolares y Trasnmediterránea o su intención de plantar cara al monopolio de Renfe en trenes de alta velocidad en España. Pérez Llamazares considera que en la lucha abierta con la Generalitat de Cataluña por la privatización de ATLL tiene su gran talón de Aquiles, mientras que en sus últimos contratos en Dubái y sus “atractivos márgenes” en agua y servicios es donde encuentra más potencial. Por encima del propio negocio constructor.
LA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA LLEGA (TARDE)
Desde la consultora Oliver Wyman apuntan hacia otro reto clave para el sector en los próximos meses y años más allá de la debilidad de la economía: “La revolución en marcha” de su digitalización. Con cierto retraso frente a otros sectores, consideran que este proceso de cambio “producirá un entorno competitivo más complejo, pero, al mismo tiempo, más dinámico”. En este punto tiene un papel clave la implantación de herramientas BIM (Building Information Modeling), cuyo objetivo es servir como eje central de los proyectos de obra y edificación para impulsar mejoras en toda la cadena de valor del trabajo y así conseguir ahorros de entre el 15% y el 20%.
"Un componente clave para el éxito de las empresas del sector será su digitalización, especialmente las herramientas BIM"
Este sistema se antoja para los expertos de la consultora un tren a no perder de vista en un contexto en el que “la eficiencia en costes y la diferenciación puede ser una gran oportunidad o una amenaza”. Las expectativas cambiantes de los clientes, un marco legislativo favorable, la creciente preocupación por el medio ambiente, el lanzamiento de grandes proyectos de infraestructuras a nivel mundial y el escrupuloso escrutinio de cualquier sobrecoste se han convertido en palancas hacia este vuelco que Alejandro Gaffner, socio de la consultora, define como “un componente clave para el éxito en los próximos años”.
Una de las compañías que más ha acelerado en esta materia en los últimos tiempos es Sacyr. A pesar de la eterna lucha intestina de sus accionistas, la compañía ha logrado recuperar velocidad de crucero en contratación de proyectos y -a la espera de cifras definitivas este jueves 28 de febrero- se prevé una cartera de adjudicaciones por valor de 2.824 millones de euros, focalizada en Latinoamérica, con un 41% del total. Además, este ha sido el año de entrada de la compañía en el prometedor mercado estadounidense.
El consenso de Thomson Reuters indica compra para la presidida por Manuel Manrique y, además, le otorga un potencial bursátil del 24% desde su actual cotización. “Está barata”, afirman sin rodeos en el Sabadell. Las claves estarán en los márgenes, que en las economías sudamericanas suelen ser más estrechos que en otros mercados, como EEUU, donde a lo largo de 2018 ha cerrado proyectos por 347 millones de euros, según cálculos de Bankinter.
DUDAS EN FCC Y CORDÓN SANITARIO A OHL
Algo a la zaga en la conquista de mercado exterior se ha quedado FCC, a pesar del vuelco que ha provocado en la compañía el desembarco de Carlos Slim como primer accionista. El experto de Renta 4 considera que “no es el mejor momento para entrar” a la espera de que se resuelvan dudas como si este año será el del regreso del dividendo para sus accionistas. Será la primera en despejar incógnitas, pues publica cifras anuales al cierre de sesión el miércoles 27 de febrero, un día antes que sus compañeras de sector.
Los analistas del Sabadell aconsejan estar atentos a cualquier pista sobre el destino final de Aqualia, su filial de gestión de aguas, en un contexto de mayor actividad de fusiones y adquisiciones que bien podrían “acelerar su expansión internacional”. Por si acaso, el consenso de mercado se decanta más por la venta (3) que por la compra (2) y el potencial alcista está prácticamente agotado hasta los 12,9 euros en los que está su precio objetivo.
"No es el mejor momento para entrar en FCC, hay que estar atentos a cualquier pista sobre el destino final de Aqualia y el regreso del dividendo"
A pesar de estas cautelas, nada comparable a OHL. Es la oveja negra del sector para los expertos. En Bankinter es la única con recomendación de venta y sin plaza en su cartera modelo ampliada sobre bolsa española, donde sí están presentes el resto de las analizadas. El mercado coincide en que los fundamentales siguen sin presentar la solidez y visibilidad que justifique compras. Pérez Llamazares lo concreta en que prevé que se sigan produciendo “pérdidas a nivel operativo por nuevas provisiones” que impliquen que “también en 2019 se seguirá quemando caja”.
En cualquier caso, los analistas coinciden en que unos resultados mejor de lo esperado para OHL podrían suponer un respiro a corto plazo que permita engordar el rebote del 20% que la compañía se ha apuntado en dos meses después de haberse desplomado a lo largo de 2018. Sin embargo, un cambio de guion necesitaría de “varios trimestres consecutivos” de generación de caja fuerte neta y llegada de proyectos que resarzan a la compañía de sus últimas obras fallidas, especialmente en México.