Hacer de la necesidad virtud. La prohibición de la asistencia de público a los eventos deportivos de masas ha sido un golpe importante para el funcionamiento y las arcas de los clubes de fútbol de La Liga. Desde el pasado mes de marzo los ingresos por entradas han desaparecido y gran parte del montante de los abonos han sido devueltos a los aficionados.
Una circunstancia que, si no cambia mucho la situación sanitaria, parece se va a repetir durante gran parte de la temporada 2020-2021. Ante este contexto, un buen número de clubes de primera división han decidido pisar el acelerador en los planes que tenían para renovar sus estadios.
Real Madrid, Osasuna, Levante, Valladolid, Eibar y Real Sociedad han puesto en marcha una serie de obras de diferente calado durante estos meses para poner a sus terrenos de juego en posición de maximizar los ingresos una vez los aficionados puedan volver a pisarlos. Unas actuaciones que van desde remodelaciones casi integrales como las de el Santiago Bernabéu o El Sadar a cuestiones más operativas como las de Ipurua o de Los Cármenes.
Para encontrar una oleada de renovaciones de esta importancia hay que remontarse hasta 1982. En el verano de ese año, España celebró el Mundial de Fútbol, un evento que aprovecharon gran parte de los clubes españoles para modernizar sus campos. Hoy, casi 40 años después, los clubes de La Liga vuelven a buscar colocarse a la vanguardia arquitectónica deportiva.
El nuevo Bernabéu
Cuando la directiva del Real Madrid puso en marcha el concurso para renovar su feudo, desde las compañías constructoras que participaron en el proceso siempre se señaló a una especificación del contrato como el mayor reto: las obras debían realizarse sin que el estadio perdiera un asiento durante todo el proceso. La forma de abordar este condicionante fue clave en la selección de FCC como empresa encargada para encabezar un proyecto valorado en 470 millones de euros y dirigido a marcar un antes y un después en lo que a recintos deportivos se refiere.
La ausencia de público, sumada a la decisión del club de jugar sus partidos en la Ciudad Deportiva, ha cambiado de raíz el proyecto. Tras unas primeros días de parón, después de declararse el estado de alarma, los operarios han pisado el acelerador. Cada semana que pasa los cambios son más evidentes y, todo parece indicar que los plazos se recortarán sustancialmente para terminar antes del mes de agosto de 2022, objetivo que marcó el Real Madrid en la adjudicación de las obras.
El nuevo muro rojillo
La renovación de estadios no es patrimonio exclusivo de los grandes clubes. Los equipos más modestos también quieren contar con instalaciones que les permitan mejorar la experiencia de los asistentes y aumentar sus ingresos. Ese el plan detrás de la renovación de El Sadar, estadio del Club Atlético Osasuna.
El proyecto ampliará la capacidad de la instalación de 17.286 expectadores a 23.500. Al aumento del aforo se suma la remodelación integral de toda la planta baja para dotarla de 2.000 metros cuadrados nuevos para locales comerciales con salida directa a la calle. Dos cambios significativos que multiplicarán las capacidades de conseguir ingresos al club tras una inversión que rondará los 19 millones de euros que pretende estar lista durante el próximo mes de octubre.
Un Ciudad de Valencia para el futuro
El décimo mes del año también es la fecha elegida por el Levante Club de Fútbol para estrenar la primera fase de la profunda remodelación de su estadio. Un proyecto que tiene bastantes similitudes con el de Osasuna, ya que las obras iniciales tienen un presupuesto de 17 millones de euros y tendrán como elemento estrella la nueva cubierta que protegerá todo el estadio.
Pero la apuesta no termina ahí. El objetivo del club es dotar a la instalación de unas capacidades de última generación en materia de iluminación y videomarcadores. El proyecto ampliará en 1.600 asientos la capacidad del estadio, lo que hará que se superen los 26.000 espectadores. Además, el club va a apostar por dotarse de importantes espacios y palcos privados dirigidos a la realización de eventos empresariales.
Exteriores, anexos y accesos
Además de las grandes remodelaciones, otro grupo de equipos ha aprovechado los pasados meses para terminar de pulir otras obras. Es el caso del Eibar, que viene realizando una reforma gradual de Ipurua que ha alargado en cinco años. Durante este verano se ha centrado en la puesta en marcha de un anexo al estadio tras sellar la tribuna Oeste del estadio.
Un proyecto similar es el acometido por el Real Club Valladolid. En el caso del club pucelano, y coincidiendo con la llegada de Ronaldo Nazario a la presidencia, las obras de este verano se han centrado en la mejora de los accesos de aficionados, directivos y jugadores. Un proyecto que comenzó con la retirada del foso del estadio la temporada pasada y que terminará recubriendo todas las gradas.
Tras la espectacular renovación que culminó el pasado año del estadio de Anoeta, la Real Sociedad ha aprovechado los últimos meses para afinar los detalles definitivos del recinto. Unas actuaciones en las que los accesos han sido los grandes protagonistas con la puerta 0, la institucional, en el centro. Con la culminación de estos detalles se dará por terminado uno de los proyectos más completos realizado por un club de La Liga.
Así las cosas, lo que en principio parecía un gran inconveniente ha sido utilizado por una serie de clubes para invertir en el futuro. A pesar de que la vuelta del público a los estadios todavía tiene un calendario incierto, lo que si es seguro es que, cuando vuelvan, los aficionados encontrarán una nueva generación de recintos repletos de mejoras.