El fondo norteamericano Platinum Equity ha comprado a China Tianying la que fuera cabecera del área de medioambiente de ACS: Urbaser. Y lo ha hecho por unos 3.500 millones de euros. Todo un ‘negocio redondo’ ya que cuando el grupo presidido por Florentino Pérez vendió la compañía a los chinos, en diciembre de 2016, el montante de la operación fue de entre 1.164 y 1.393 millones de euros.
Que Platinum Equity haya puesto los ojos en Urbaser, y esté dispuesta a pagar tal cantidad de dinero, se debe a una serie de parámetros. Y van más allá de que tenga presencia en casi una treintena de países de Europa, América, África y Asia; una plantilla superior a los 50.000 empleados; y una cifra de negocio de 2.137 millones en 2019 (las previsiones de 2020 apuntan a los 2.300 millones).
Uno de esos parámetros son las ventas, que no paran de subir. Si, en 2017, el resultado neto fue de 40,2 millones de euros (más 82,8% respecto al año anterior), en 2018 llegó a los 50,1 millones (un 24,5% más). En 2019, y según los datos enviados al Registro Mercantil, la cifra volvió a aumentar hasta los 53,1 millones (5,9%).
La salud de Urbaser
Los beneficios de la antigua filial de servicios de limpieza viaria, y recogida y tratamiento de residuos de ACS, por tanto, no han dejado de crecer. Las ventas también se han mantenido en un plano positivo. El primer año bajo el mandato del grupo chino crecieron hasta los 731,5 millones de euros. Al año siguiente, aumentaron hasta los 751,2 millones de euros. Y, en 2019, descendieron ligeramente hasta los 740 millones de euros (-1,5%).
Hay más datos sintomáticos que muestran que Urbaser tiene una buena salud. Uno de ellos es el que hace referencia a su activo corriente. Se trata del activo que puede convertirse en dinero en menos de doce meses.
Si en 2017 era de 549 millones de euros, al año siguiente bajó hasta los 560 millones. Pero es que, en 2019, pegó un salto del 16%, hasta los 650 millones de euros. Se trata del dinero que tiene en el banco, hasta existencias e inversiones financieras.
Otro epígrafe relevante para el fondo norteamericano Platinum Equity es el de activo no corriente, o aquellos bienes y derechos adquiridos para que permanezcan más de un año. En este caso, Urbaser pasó de tener 1.284,9 millones en 2017, a 1.377,2 millones en 2019.
La deuda
En el otro lado de la balanza, la deuda. A corto plazo, en 2017, fue de 76,7 millones de euros. Al año siguiente, subió hasta los 91,1 millones (un 18,7% más). Y, en 2019, superó los 173,1 millones (un 90% superior).
Si se miran los datos de la deuda a largo plazo, en 2017 fue de 710,7 millones de euros; un año después logró reducirla ligeramente: 709,1 millones (-0,23%). Y, en 2019, dio un salto del 9,1%, para situarse en 773,8 millones.
Además, el fondo norteamericano tendrá que dar solución a los 199 millones de euros que Urbaser mantiene en el inmovilizado relacionados con una planta de residuos que tiene en la localidad británica de Essex. Una planta que todavía “no ha sido recepcionada”, según dice la compañía en su memoria de 2019.
Cuando ACS vendió Urbaser a la empresa China Tianying lo hizo para intentar rotar activos que consideraba maduros, a la par que reducir deuda (por aquel entonces era de unos 2.250 millones de euros), e invertir en nuevos proyectos. Proyectos que tuvieron nombre propio: Abertis.
Con la operación, la plusvalía estimada por ACS fue de entre 325 y 560 millones de euros. También redujo la deuda en un 28%, para situarla en 1.164 millones. Una vez se cierre la operación en el segundo trimestre del año, José María López Piñol continuará al frente de Urbaser como consejero delegado.