ACS, Acciona, FCC, Ferrovial, OHL y Sacyr. Las constructoras miraban con buenos ojos el plan que la administración Biden tenía para poner al día sus infraestructuras. No en vano, la idea inicial hablaba de una cifra cercana a los dos billones de euros para los próximos tres lustros. La buena noticia es que, el plan, se ha aprobado; la mala, que se ha quedado en 953.000 millones de euros.
Un plan necesario porque Estados Unidos se estaba quedando rezagada. Así, el porcentaje de inversiones públicas en infraestructuras había caído del 2,7% al 0,7% del PIB. China, su gran rival en el mundo, gasta tres veces más.
“Después de semanas de intensas negociaciones, los políticos estadounidenses acordaron un plan para mejorar la deteriorada infraestructura del país. El plan está muy por debajo de la propuesta inicial del presidente Biden y, por lo tanto, tiene un impacto económico mucho más limitado. Aún así, las oportunidades de crecimiento siguen siendo amplias”, afirma Cartens Menke, Head Next Generation Research de Julius Baer.
Palabras que hacen ver el vaso medio lleno a las constructoras españolas. Conviene recordar que quien más intereses tiene en Estados Unidos es ACS. La compañía presidida por Florentino Pérez tuvo unos ingresos, en 2020, de 15.746 millones de euros procedentes de Estados Unidos. Es decir, el 45,1% del total.
Tras ACS, es Ferrovial quien tiene más negocio en las tierras del Tío Sam. En concreto, 2.340 millones de euros (un 36,9% del total). Más alejada en cuanto a ingresos está OHL (1.189 millones). Sin embargo, es su principal cliente, ya que supone el 42% de sus ingresos. Sacyr está introduciéndose. Ya suma 318 millones (el 7% del total).
FCC, por su parte, ingresó 85 millones (el 1,4% del total). Mientras que Acciona alcanzó los 637 millones, aunque esta cantidad también incluye a Canadá. Es el 9,8% del total de sus ingresos.
Un país más moderno
Los intereses de las empresas españolas continúan latentes. En Estados Unidos valoran su experiencia, tecnología y saber hacer. El campo sigue siendo el mismo: modernización de puentes, autopistas, infraestructuras ferroviarias y aeroportuarias, también aquellas relacionadas con el agua… “Del dinero acordado, aproximadamente la mitad estará relacionado con proyectos existentes”, añade Cartens Menke.
Recapitulemos. La propuesta incluye 109.000 millones de dólares (91.140 millones de euros) para carreteras, puentes y grandes proyectos; 73.000 millones de dólares (61.040 millones de euros) para infraestructuras eléctricas; 66.000 millones de dólares (55.190 millones de euros) para ferrocarriles de pasajeros y de mercancías; 65.000 millones de dólares (54.350 millones de euros) para el acceso a la banda ancha; 49.000 millones de dólares (40.970 millones de euros) para el transporte público; y 25.000 millones de dólares (20.900 millones de euros) para aeropuertos.
La idea original contemplaba 621.000 millones de dólares (519.270 millones de euros) para carreteras, puentes, puertos y aeropuertos; otros 165.000 millones de dólares (137.970 millones de euros) para el transporte público, sobre todo el ferroviario; 400.000 millones de dólares (334.470 millones de euros) para lo que se vino a denominar como ‘infraestructura humana’, o 'de cuidados'; 174.000 millones de dólares (145.500 millones de euros) para vehículos eléctricos; y 180.000 millones de dólares (150.510 millones de euros) para inversiones en Investigación y Desarrollo.
La ‘ola azul’ demócrata quiere hacer un país más moderno. Las infraestructuras son la columna vertebral de la movilidad, del agua, de la energía… Invertir en soluciones contra el cambio climático, modernizar la infraestructura eléctrica (algunos de los incendios más devastadores de los últimos años en el país se han ocasionado por su deterioro), y el impulso a las nuevas energías para descarbonizar Estados Unidos son ejes prioritarios para Joe Biden.
Suma y sigue
Mientras el plan arranca, las constructoras españolas siguen ganando posiciones en Estados Unidos. ACS, por ejemplo, ha conseguido este año la construcción de un hospital en Washington (320 millones), la renovación del aeropuerto de Dallas (100 millones), y obras de saneamiento de agua y transporte en California (100 millones).
Ferrovial, por su parte, está presente en seis grandes autopistas del país. Tres cuartas partes de los ingresos por autopistas tuvieron como origen Estados Unidos (Canadá, con la 407 ETR, es su otra gran apuesta). Este año se hizo con un tramo de una autopista en Georgia por 192 millones de euros, y la construcción y mantenimiento de otra vía en Texas: 1.237 millones.
Por lo que respecta a Sacyr, cuya presencia en el país se remonta a 2018, este año ha logrado su primer proyecto concesional. Se trata de los servicios de la Universidad de Idaho durante medio siglo. Los ingresos estimados son de 1.200 millones de euros. Mientras que OHL sigue viendo con buenos ojos un mercado que le sonríe desde el año 2006. En junio, por ejemplo, consiguió un contrato para reconstruir y ampliar una autopista en Chicago por 92,5 millones de euros. FCC, por último, está centrada el área de Medio Ambiente.