"Estamos en un momento crucial. Un momento que puede ser histórico". Son palabras de Federico Ávila, presidente de Lantania, cuando en una entrevista concedida a Invertia se le pregunta sobre los deberes que le pondría a Raquel Sánchez, ministra de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.
"Lo que le pediría, sin duda alguna, es que aprovechemos los fondos Next Generation. Porque las infraestructuras son un claro motor de la economía, generan empleo y está demostrada su capacidad para generar un efecto multiplicador de una forma rápida", concreta.
Un sector que emplea al 10% de los trabajadores, además de ser el que tiene una mayor actividad inducida. "Cada euro invertido en infraestructuras genera una actividad mayor que ningún otro sector", añade. Lantania ha presentado tres proyectos a dichos fondos. Dos en el entorno del Ministerio de Industria, relacionados con proyectos de desalación y de eficiencia energética. Y otro, en el Ministerio de Transporte, en este caso, para una mejora en el apeadero de su fábrica de traviesas en Zaragoza.
"Todavía hay falta de definición en cuanto a las iniciativas privadas", se lamenta. Cierto que hay una parte muy clara recogida en los presupuestos generales del Estado. Pero luego está toda la parte privada. Los conocidos como proyectos tractores. "Al final vamos a ver cómo se trasladan a la realidad", indica.
Por lo que respecta a las previsiones económicas, y tras los casi 120 millones de euros de facturación en 2020 y un Ebitda de 10 millones, 2021 ha arrancado bien. Han superado los 100 millones en el primer semestre, frente a los casi 50 millones del mismo periodo del año pasado. "Todo apunta a que vamos a acabar el año por encima de los 200 millones de euros. Una tendencia similar sucederá con el Ebitda. Ahora estamos en una cartera superior a los 450 millones de euros y prevemos acabar el año rebasando los 500 millones", pronostica Federico Ávila.
Nuevos mercados
Fue en 2019 cuando Lantania hizo un plan de desarrollo internacional que dividió en tres fases. La primera tenía como protagonista a países como Suecia, el corredor Báltico (Estonia, Letonia y Lituania) y algunos mercados de los Balcanes, como Bulgaria. La segunda, Latinoamérica (Colombia, Perú y Chile). Y la tercera, Estados Unidos y Canadá.
En esa primera fase ya lograron la adjudicación de un tramo de 25 kilómetros para modernizar una línea ferroviaria en Bulgaria con un socio local. Este año ha llegado la segunda adjudicación en el mismo país. "Estamos muy activos en Suecia. Hemos presentado cinco licitaciones y hemos estado cerca. Confiamos en tener éxito muy pronto", desea el presidente de Lantania.
También están siguiendo muy de cerca el denominado Corredor Báltico, es decir, la alta velocidad que conecta los tres países antes citados con fondos de la UE. Y Estados Unidos. "Ya hemos constituido una filial y espero tener buenas noticias en los próximos meses. Estamos muy avanzados en algunos procesos de adjudicación", reconoce Federico Ávila. Por eso, y a pesar del recorte previsto por la Administración Biden, siguen teniendo el "firme objetivo" de tener presencia allí.
Donde las noticias no son tan halagüeñas es en Latinoamérica. "La planificación estratégica es un ejercicio tremendamente sano, pero no es la Biblia. Por eso, las estrategias están para incumplirlas. Tienes que ser suficientemente ágil, flexible, para adaptarte a las distintas oportunidades, a la evolución del mercado, y poder redefinir tus objetivos", remarca.
En el primer semestre de 2019, Colombia, Chile y Perú eran mercados apetecibles. "Igual ahora, dos años después, nos hubiésemos replanteado la estrategia en algunos de esos países", confiesa Federico Ávila.
Durante el pasado año, Lantania cerró tres operaciones: Soil Tratamiento de Aguas Industriales, Deisa IWS, y Traviesas y Prefabricados de Aragón. "Analizamos nuevas oportunidades dentro y fuera de España en el sector del agua y la energía. La que tenemos más avanzada es en el sector civil y ferroviario en España", indica.
Materias primas
Al igual que le sucede a sus competidores, Lantania se está viendo afectada por el incremento del precio de las materias primas. También por otro hecho significativo: los jóvenes no quieren trabajan en el sector. "Tenemos que hacer un ejercicio de autocrítica y replantearnos por qué no somos atractivos", se impone Federico Ávila. Los menores de 25 años representan menos del 10%… y bajando.
Sin olvidar el tema laboral. "En el borrador de la nueva ley se habla de eliminar el contrato fijo de obra. Si sale adelante, no sé cómo se van a gestionar las obras. Espero que los agentes sociales sean capaces de reconducir ese tema en concreto", anhela.
Lantania es un recién llegado a un mundo donde siete constructoras españolas están entre las cien más grandes del mundo. Una hormiga que se mueve entre elefantes. "Luchamos contra estos gigantes intentando aprovechar las ventajas que nos da el tamaño. Es decir, mayor cercanía al cliente, flexibilidad y agilidad", relata su presidente.
Además, el sector tiene como característica que diferentes empresas trabajen codo con codo en determinados momentos. Así, Lantania está ejecutando obras con Dragados y Vías (ambas del Grupo ACS) o Sacyr. "Es cierto que es complicado llegar a este tipo de acuerdos porque hay una diferencia de tamaño muy considerable. Para nosotros tiene más sentido ir con otra empresa que, digamos, habla el mismo idioma y tiene las mismas inquietudes, que no cuando hay esa descompensación tan grande", concluye Federico Ávila.
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