El 3 de septiembre está marcado en rojo en el calendario de los gestores y accionistas de Abengoa y de su filial Abenewco. Esta es la nueva fecha para que la compañía tenga que responder ante sus acreedores y la enésima prórroga para dar tiempo de que la SEPI pueda poner en marcha el rescate de 249 millones de euros solicitado en marzo.
El rescate de la SEPI es clave en la recapitalización de la compañía ya que es una de las condiciones fundamentales para poner en marcha el plan planteado por el fondo Terramar, la única compañía que hasta el momento ha presentado una oferta en firme por la sociedad que agrupa a los activos más importantes de Abengoa.
Sin embargo, las fuentes cercanas a este proceso consultadas por Invertia indican que la SEPI recela de la oferta de Terramar, incluso tras las mejoras planteadas hace unas semanas. Las dudas siguen siendo las mismas: la empresa pública quiere garantías de que su inversión tenga retorno y que Abenewco tenga viabilidad en el mediano plazo.
De esta manera, y según estas mismas fuentes, la SEPI es reticente a dar el plácet a un rescate que involucre a Terramar. Por otro lado, sin el rescate de la entidad pública la operación del fondo no se podrá llevar a cabo, lo que aboca a Abenewco a un concurso de acreedores, si es que no se presenta una nueva oferta antes de que finalice el mes de agosto.
El pasado 26 de julio TerraMar actualizó su oferta vinculante para inyectar 200 millones de euros para el rescate de Abenewco 1. En ella se comprometió a adelantar una financiación de 60 millones de euros -35 millones de euros en primer lugar y 25 millones de euros en una segunda fase- si se logra el visto bueno de los acreedores financieros al acuerdo de reestructuración.
Oferta de Terramar
Además, dispondría de un avance de una línea de avales por un importe inicial de 60 millones de euros con la garantía de CESCE, en dos fases -40 millones de euros disponibles en el momento inicial y 20 millones adicionales en la segunda fase-.
En la segunda fase de la operación, se completarían los consentimientos de los acreedores para poder ejecutar el acuerdo de reestructuración y, de cumplirse las condiciones previstas en el mismo, se habilitará el acceso al segundo tramo de financiación interina y avales.
La fase tercera culminaría el cierre de la operación, una vez que se obtuviera la concesión por el Consejo de Ministros de la ayuda con cargo al Fondo de Apoyo a la Solvencia de Empresas Estratégicas de la SEPI por 249 millones de euros para Abenewco 1, a la que está vinculada la operación y se realizaría en unidad de acto.
De esta manera, sin SEPI no hay acuerdo y en la entidad creen que no están las garantías suficientes de que el dinero se recupere. Como ya indicó este diario, después de los últimos varapalos en la entidad pública, se pide que las futuras compañías rescatadas sean solventes en el medio y largo plazo y que, de no serlo, se garantice la entrada de un inversor externo antes del rescate y con un plan de viabilidad para apuntalar sus cuentas.
La sociedad pública prefiere ser prudente y "extremadamente" meticulosa con los rescates y conceder ayudas solo a las compañías que cumplan todos los requisitos, lo que implica que muchas de las que han solicitado el rescate podrían ver rechazadas sus solicitudes, pese a las eventuales presiones políticas que se podrían sufrir.
Nuevo plazo
El rescate es entendido por la SEPI como una ayuda puntual que contribuya a salir a flote por la pandemia y que no se convierta en un fondo para mantener la supervivencia de una empresa zombi de manera artificial.
En este sentido, las fuentes consultadas indican que la SEPI apurará hasta finales de mes el plazo y así esperar a que se pueda presentar alguna oferta alternativa que mejore las condiciones. De hecho, como la autorización debe pasar por el Consejo de Ministros, no se producirá ninguna novedad al menos hasta las últimas semana de agosto.
En cualquier caso, y como también ha contado Invertia, la posibilidad de que Abenewco entre en concurso de acreedores, al igual que su matriz, no asusta a la SEPI. Guardando las distancias, no quieren que se repita lo que pasó en Plus Ultra o Duro Felguera, por lo que no se descarta forzar una nueva prórroga de los acreedores más allá del 3 de septiembre, para dar más tiempo a posibles nuevos interesados.
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