Será del 23 al 25 de mayo cuando el Salón de la Construcción (Construmat) de la Fira de Barcelona se vuelva a vestir de largo. Y lo hace cuando el sector vive un momento transformador, con los fondos Next Generation como trampolín del mismo, pero con piedras en el camino, como el incremento del precio de las materias primas o la falta de mano de obra.
“El sector está envejecido, pero genera muchos puestos de trabajo que no se cubren. Se trata de una situación que hay que cambiar”, afirma Xavier Vilajoana, presidente de Construmat, en una entrevista con EL ESPAÑOL-Invertia. Porque, entre otras razones, sobre la mesa están los fondos Next Generation que, para la rehabilitación residencial, cuentan con una partida de 3.240 millones de euros.
“No tenemos mano de obra para ejecutar los fondos Next Generation. Además, hay poco conocimiento por parte de los ciudadanos sobre cómo llegar a ellos. Hay que consumirlos antes de 2026 por lo que hay que darse bastante prisa si no queremos perderlos”, subraya Vilajoana.
Jugador clave
Para que los fondos acaben fluyendo, hay un jugador que en la partida se antoja clave: los administradores de fincas. Entre otras razones, porque el 80% del parque de viviendas en España es propiedad horizontal. “Son los primeros que deben saber qué hacer con estos fondos europeos”, remarca el presidente de Construmat.
Asimismo, estos fondos son muy capilares. Se pretende que lleguen a las pequeñas obras y a un parque de vivienda que está muy envejecido y, por lo tanto, es poco eficiente energéticamente hablando. “Los trámites no son imposibles de cumplir por los ciudadanos pero hay que llevar a cabo un trabajo pedagógico de información muy complicado. Cada ciudadano, cada propietario, es un mundo”, incide.
[Agilizar el acceso a los fondos europeos, la gran demanda del sector de la construcción]
Y más en tiempos de crisis, como los actuales, en los que la inflación está atacando la línea de flotación económica de las familias. Dicho de otra forma, llevar a cabo obras, aunque tengan beneficios fiscales, suponen un desembolso que les cuesta realizar.
Unas obras cuyos presupuestos se han visto incrementados por la subida del precio de los materiales. Un ascenso que viene ocurriendo durante los dos últimos años y que la guerra en Ucrania no ha hecho otra cosa que acentuar. Así, de media, dicho incremento se ha situado alrededor del 30%.
Se suavizan los costes
La pregunta que surge es si ese incremento de precios se va a mantener durante 2023. “El coste de las materias primas se está suavizando, pero no vemos que a corto plazo baje demasiado”, predice Xavier Vilajoana.
Eso sí, habrá un ‘componente’ que será clave en que los precios se mantengan y desciendan ligeramente: China. “La disminución de la demanda interna ha bajado, por lo que necesita vender los excedentes. Esto está suavizando el aumento de los costes”, sostiene el presidente de Construmat.
Aunque hay alguna materia prima, como el hierro, que se caracteriza por su alta fluctuación. “En el caso de la cerámica, con el tope al precio del gas, esperamos que ayude a amortiguar la subida”, añade.
Uno de los focos de Construmat será la sostenibilidad, a la par que la digitalización y la industrialización. “Los materiales sostenibles no han subido más que los tradicionales. Hoy en día no se concibe hacer promociones con calificaciones energéticas por debajo de B. Hace unos años la gente no estaba dispuesta a pagar más por una vivienda eficiente, pero hoy se ha dado la vuelta a la tortilla”, apunta su presidente.
Construmat reunirá en Barcelona a 150 expositores y 250 marcas, que mostrarán los materiales, las herramientas, las técnicas y los servicios adaptados a las últimas normativas medioambientales. Entre los participantes, Cosentino, Roca, Cementos Molins o Alsina, entre otros.