Sacyr obtuvo un beneficio después de impuestos de 31 millones de euros en el primer trimestre del año, lo que representa un incremento del 51% respecto al mismo periodo del año anterior, gracias al impulso que ha generado en su negocio la estrategia de inversión de activos concesionales.
Según figura en su cuenta de resultados, los ingresos en este periodo ascendieron a 1.293 millones de euros, un 8% superior, al mismo tiempo que el resultado bruto de explotación (Ebitda) fue de 320 millones de euros, un 32% más.
El margen Ebitda, que muestra la rentabilidad de la empresa, se situó en el 24,8%, lo que supone 4,5 puntos más que hace un año, con todas sus divisiones (Concesiones, Ingeniería e Infraestructuras y Servicios) contribuyendo de forma positiva a este crecimiento, tras la entrada en operación de varios tramos de autopistas y la evolución favorable del negocio.
De hecho, el 85% del Ebitda lo aportan los activos concesionales, lo que para la empresa "se traduce en un modelo de negocio predecible y estable". Asimismo, la cartera de ingresos internacional supone el 85% del total.
Actualmente, la compañía cuenta con 69 activos de este tipo, de los que 57 ya están en operación y 12 se encuentran en fase de construcción. Entre los últimos puestos en operación destacan la autopista Pedemontana-Veneta (Italia), Ferrocarril Central (Uruguay), Rutas 2 y 7 (Paraguay) y Pamplona-Cúcuta (Colombia).
Su cartera de proyectos ascendió a 58.863 millones de euros, un 8% más que en diciembre de 2022, tras conseguir nuevas adjudicaciones. El 81% de la cartera corresponde a la división de Concesiones, el 12% a Ingeniería e Infraestructuras y el 7% restante a Servicios.
La primera de estas divisiones creció un 20% en ingresos y un 53% en Ebitda, la de Ingeniería cayó un 7% en facturación aunque consiguió aumentar un 4% su Ebitda, y la de Servicios se impulsó un 20% en ingresos y un 13% en resultado operativo.
Deuda neta
En el plano financiero, la deuda neta con recurso era a cierre del pasado mes de marzo de 644 millones de euros, un 18% superior a la del cierre de 2022, debido a las inversiones realizadas, si bien cayó un 19% respecto a marzo del año pasado.
La compañía ha trasladado una vez más su objetivo de reducir esta deuda neta con recurso a cero, para lo cual ya ha puesto a la venta sus filiales de Servicios, así como la rotación de activos no estratégicos en concesiones.
De forma paralela, la deuda neta total del grupo creció un 5%, hasta los 7.870 millones de euros por ese mismo efecto inversor.