La entrada de Mikhail Fridman en Dia ha supuesto todo una revolución en su estrategia, especialmente en lo que se refiere a los franquiciados. Los cambios de surtido, el aumento de precios o el desabastecimiento de productos en determinadas tiendas son algunas de las cuestiones que les han puesto en pie de guerra hasta el punto de amenazar con asociarse para tomar medidas.
“El surtido nuevo es un engaño. Se dan de alta productos que estaban de baja”, denuncian un grupo de franquiciados en Invertia. Un surtido que aún no es fijo. Las tiendas empezaron el 24 de febrero con la liquidación de algunos productos y se prevé que para mayo esté cerrado.
Además, los afectados desvelan la subida del precio a más de 2.500 referencias, la falta de stock de determinados productos y la caída en ventas de sus tiendas. Todo esto provoca situaciones “caóticas”, según los afectados.
Por su parte, Dia reconoce algunos problemas. “Estos cambios pueden suponer ciertos ajustes en la tienda, a nivel comercial o en almacenes. Por lo que entendemos que en algunos momentos, en una red de 4.000 establecimientos, podamos tener algún desajuste”, afirman a este medio desde la cadena.
De hecho, todos estos problemas han llevado a un grupo de franquiciados a amenazar a la distribuidora con agruparse para denunciar este tipo de situaciones.
Proceso de cambio
Actualmente, Dia está centrada en la estabilidad del negocio y en seguir promoviendo y apoyando la recuperación de ventas. La forma de apoyar la recuperación se hará a través de diversas iniciativas en diferentes ámbitos, como en el área comercial, operaciones o logística.
“Estamos en un proceso de cambio que engloba a toda la compañía e implica a todas las áreas. Nos llevará algún tiempo. Nos estamos centrando en fijar los básicos de nuestro modelo, especialmente poniendo el foco en lo operativo, es decir, en todos los procesos que afectan de la tienda hasta el almacén”, aseguran fuentes de la cadena de distribución.
Cierto es que el plan de rescate de Fridman contemplaba desde un principio cambios en el modelo de negocio. Entre ellos, destaca la racionalización del surtido y la apuesta por la marca blanca y los productos frescos.
Una política que busca levantar los maltrechos resultados de la compañía. Las ventas netas de Dia alcanzaron, entre enero y septiembre, los 5.083 millones de euros, lo que supone un descenso del 7,4%, mientras que el resultado bruto de explotación ajustado (Ebitda) se situó en 95,2 millones de euros, un 48,9% menos.
Y la situación parece que no vaya a mejorar mucho más. Esta semana publican el cierre del año y las previsiones no son muy halagüeñas.
Menos franquicias
El peso de este formato en la compañía siempre ha sido alto; pero la política ha cambiado. A 30 de septiembre de 2019, Dia contaba con 4.318 tiendas. Más de la mitad de estas son franquicias. Concretamente, un total de 1.794. En el tercer trimestre, Dia cerró 84 franquicias; aunque su principal estrategia no consiste solo en echar el cierre a estos supermercados.
Con la toma de control de Fridman (que posee el 75% de la compañía), la cadena se ha centrado en la transferencia de franquicias a tiendas propias. Así, traspasó 196 franquicias netas a establecimientos en propiedad.
“Este cambio se debe a la nueva política de la sociedad de buscar franquiciados altamente cualificados que puedan ofrecer a nuestros clientes una mejor experiencia de compra. Esta continuará durante 2019, lo cual se verá reflejado en importantes cifras de trasferencia de tiendas franquiciadas a tiendas propias en el segundo semestre de 2019”, según mostraban los resultados de junio a septiembre de 2019.
No obstante, la firma de alimentación se ha quitado de en medio su marca de franquicias de pueblo Cada Dia. Desde el pasado septiembre y de forma paulatina, no se renovarán los contratos de esta enseña a medida que alcancen su fecha de vencimiento. De esta forma, este año desaparecerá esta marca definitivamente.