Habrá un antes y un después con la crisis del coronavirus. Nada será igual cuando se levante el estado de alarma y nuestras vidas traten de volver a la normalidad. Y más dependiendo del tiempo que dure el confinamiento. Por ello, muchos de los hábitos que estamos adquiriendo se mantendrán y otros desaparecerán.
Así, dentro de más de seis meses la compra online ya se habrá consolidado durante el aislamiento y ganará peso en 2021, según las previsiones de la consultora Deloitte. Lo ganará en alimentación como ya se ha comprobado en cadenas como Dia o Carrefour, pero también en retail. De hecho, los españoles realizarán compras grandes en búsqueda de mejores precios en marcas de distribución o aprovechando los packs promocionales.
La crisis del coronavirus también llevará a innovar en los servicios de recogida y entrega sin contacto que se están produciendo ahora cuando se entrega un paquete de Amazon, por ejemplo.
Pero esta tendencia tendrá un efecto colateral. Según Deloitte los nuevos hábitos provocarán una mayor “contratación precaria-flexible para picking y entregas”, por lo que se perderá empleo de calidad. También se producirá el cierre temporal de determinadas tiendas -hipermercados o supermercados dentro de centros comerciales- y de pequeños y medianos fabricantes.
Asimismo, se alerta de la pérdida de margen generalizada muy significativa y problemas de liquidez en categorías gravemente impactadas, como el alcohol, nuevas marcas o productos gourmet.
Recesión en retail
Peor escenario tendrá la industria del retail: 2021 será un año de recesión por la pérdida de poder adquisitivo y se esperan cambios estructurales en la demanda, según Deloitte. El resto del consumo se limita durante el año a categorías específicas (ropa de casa, fitness, salud, electrónica, juguetes, hogar).
Aquí la compra online también se consolidará y ganará peso con refuerzo incluido del marketplace. No obstante, la consultora prevé que se produzca un ajuste de la oferta en el tercer y cuarto trimestre de 2020 con ventas online reducidas y sectores muy afectados como la moda y el lujo.
Asimismo, no descarta nuevos Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), el cierre de tiendas y la congelación de muchos de los proyectos estratégicos.
En cuanto al impacto financiero, a pesar de las medidas adoptadas, “se generarán pérdidas muy relevantes, provocando la desaparición de buena parte de pymes”, según el informe de la consultora.
Por último, asistiremos a cambios estructurales. Por ejemplo, las cadenas de producción serán más cortas en el caso de la moda y tal vez menos globalizadas para evitar que una crisis global -como la del cononavirus- paralice las producciones por falta de material que, por ejemplo, procede de China.