El Ministerio de Sanidad ha decidido finalmente que Madrid siga en Fase 0, aunque se queda en una fase intermedia de transición hacia la Fase 1 con "algunas mejoras". Un estado en el que se flexibilizan algunas restricciones, pero no se permiten todas las actividades incluidas en el segundo escalón de la desescalada hacia la 'nueva normalidad'.
Desde el punto de vista económico la medida ha sido recibida con muchas dudas y cierto desazón. Las flexibilizaciones que se incorporan en la fase prácticamente no realizan ningún guiño a la actividad económica y el hecho de no poder pasar de fase una semana más frena totalmente cualquier plan de desescalada del resto de sectores.
En el caso de Madrid ya son 15 días con la actividad paralizada desde que comenzara la desescalada, frente a otras zonas que este lunes 18 de mayo ya entrarán en Fase 2, en la que se puede realizar la apertura interior de locales al 50% de su aforo y se está cerca de poder abrir los centros comerciales. En el caso de Madrid habría que esperar al menos hasta finales de junio para que esto se produzca.
Respecto a las flexibilizaciones de la Fase 0 en la que seguirá en Madrid, los grandes favorecidos son los pequeños comercios -de menos de 400 metros cuadrados de superficie- que ya podrán abrir al público con mayor libertad, sin cita previa como hasta ahora, aunque controlando el aforo y la circulación de sus clientes.
La realidad de estos establecimientos en Madrid es que durante la Fase 0 no se ha producido una apertura masiva. Buena parte de los dueños de estos establecimientos considera que no les está siendo rentable ponerse en funcionamiento porque deben pagar alquiler, volver a contratar personal y gastar en insumos sin que la afluencia sea masiva.
Bares y restaurantes
De esta manera, en ciertos sectores se cree que éste puede ser un espaldarazo para que se decidan a abrir sus puertas. En cualquier caso, la eliminación de sus restricciones devuelve al sector a la "nueva normalidad", aunque muchos dudan de que la afluencia de clientes sea importante, considerando que se mantienen las restricciones de movilidad de la Fase 0 en la Comunidad de Madrid.
En la otra cara de la moneda encontramos a los bares y a la restauración en general. Estos establecimientos seguirán sin poder abrir en la Comunidad de Madrid, lo que sigue retrasando la lenta desescalada del sector, uno de los más perjudicados por la crisis.
En Fase 1, donde ya se encuentra instalada cerca del 70% de la población española, se pueden abrir los bares al 50% de su capacidad y aforo y se pueden desplegar las terrazas con la suficiente distancia de seguridad. Algo que seguirán sin ver una semana más en Madrid.
Los hoteles deberán seguir cerrados al menos una semana más, ya que se vuelve a postergar la "apertura de hoteles y alojamientos comunes excluyendo zonas comunes". Aquí el daño es aún mayor porque buena parte de sus competidores de otras comunidades autónomas ya están abiertos y recibiendo reservas para el verano, algo que no pueden hacer los hoteles madrileños en momentos en que muchos españoles comienzan a decidir sus destinos para las vacaciones de verano.
En términos generales estamos hablando de un nuevo retraso para la actividad comercial en toda la Comunidad de Madrid. Si no se pasa a la Fase 1, la llegada de la Fase 2 y la Fase 3 se retrasa en al menos dos semanas.
Freno a todo el comercio
Si se mantiene el calendario y Madrid comienza a cumplir con los criterios, la comunidad pasaría a la siguiente etapa como pronto el 25 de mayo y, si todo evoluciona favorablemente, el 10 de junio accedería a la Fase 2. Esto es ir en el mejor de los casos con dos semanas de retraso respecto a casi la mitad del territorio, con todas las consecuencias que esto pueda tener para el sector comercial.
Ya no serán solo los bares, será todo el comercio en general. El caso más destacable es el de los centros comerciales, que retrasan su apertura en Madrid hasta no antes de finales de junio, 15 días más tarde que buena parte del sector en toda España.
Los comerciantes -y el propio gobierno regional- advierten que el tejido productivo del sector en la Comunidad de Madrid representa una buena parte de todos los empleos en España y que la paralización de la actividad impide que se reactive la economía de la región.