Renunciar a un contrato con Mercadona no es una decisión fácil. En el caso de Bimbo, ha sido una obligación impuesta por Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para poder comprar la fábrica de pan envasado del Grupo Siro situada en Paterna (Valencia).
De esta forma, Bimbo no podrá desarrollar su estrategia centrada en el pan con la ventas de sus productos en Mercadona. Pero no renuncia a su plan. La compañía de bollería ha demostrado que hay vida más allá de Mercadona e insiste en desarrollar su negocio de panificación por otro lado. Así, acaba de adjudicarse dos licitaciones públicas de Paradores.
La primera, a través de su filial Bimbo Donuts Iberia, es para el suministro de pan de molde en los Paradores de Península, Ceuta y Melilla durante un año por valor de 105.000 euros. Y la segunda, que gestionará la filial Bimbo Donuts Canarias, es para el suministro de pan de molde en los Paradores de Canarias por valor de 4.447 euros.
Cierto es que se trata de dos contratos menores en comparación con el de la empresa de Juan Roig, pero estos encajan a la perfección con la misión de Bimbo para 2020, consistente en “transformar la industria de la panificación y expandir nuestro liderazgo global para servir mejor a los consumidores”, según se desprende de la auditoria de sus cuentas de 2018 depositadas en el Registro Mercantil.
Los dos contratos con Paradores también ponen fin a una especie de maldición que arrastra con la estrategia del pan de molde.
La maldición del pan de molde
La decisión de comprar la fábrica de Paterna escondía la jugada maestra de quedarse con la posición de privilegio de ser proveedor de la marca de pan molde Hacendado de Mercadona. Sin embargo, por segunda vez Competencia tiró parte de su plan por los suelos.
La primera fue en 2015, cuando Bimbo compró Panrico por 190 millones de euros. La operación no se hizo efectiva hasta el año siguiente y una vez que Bimbo aceptó vender la división de pan molde de Panrico como condición de la CNMC. Así, se vendió a Adam Foods (propietaria de Cuétara) las marcas de la división de pan.
Con la compra de Panrico, Bimbo añadió a su portafolio marcas tan reconocidas como Bollycao, Donettes, Donuts, Eidetesa y La Bella Easo. En este caso, Bimbo se vio obligada a centrarse en estas marcas. La jugada no salió muy bien ya que no evitó que el grupo mexicano, a través de Bimbo Donuts Iberia, cerrase el pasado año un ERE para 290 trabajadores.
Y con la fábrica de Paterna y las condiciones de la CNMC, a Bimbo no le queda más remedio que centrar su negocio en la venta de galletas, tal y como hacía Cerealto Siro Foods, matriz de Galletas Siro y la empresa a la que ha comprado la fábrica.
Las condiciones de Competencia
De regreso a las condiciones impuestas por Competencia, el acuerdo contempla la eliminación de cualquier relación, ya sea contractual o de facto, entre la producción de Bimbo con la marca blanca de Mercadona que se pueda dar desde la fábrica de Paterna.
Además, se establece un periodo durante el cual Mercadona y Bimbo no podrán mantener negociaciones sobre productos de panificación, más allá de los acuerdos previos a la compra de la fábrica de Paterna. Tampoco se contempla la posibilidad de introducir novedades en productos de panificación de marca blanca de Mercadona.
Por último, Mercadona no podrá designar a Bimbo como fabricante prioritario en productos adicionales de panificación con marca blanca de la cadena de supermercados en ningún nuevo contrato de suministro.