El juzgado de lo Mercantil Número 5 de Barcelona ha fallado a favor de Vorwerk & Co. Interholding Gmbh, productor de la archiconocida Thermomix, y en contra de Lidl, la cadena de supermercados alemana, por "una violación de los derechos de exclusiva que se derivan de la patente española" de la primera respecto de su robot de cocina.
El Juzgado concluye que la máquina comercializada por Lidl "reproduce todas y cada una de las características" de la patente de Vorwerk, por lo que infringido la Ley de Patentes.
De esta forma, el magistrado Florencio Molina condena a Lidl a "cesar en la importación, almacenamiento, ofrecimiento y/o comercialización de la máquina Monsieur Cuisine Connect", a "indemnizar a la demandante Vorwerk por los daños y perjuicios causados" y "al pago de las costas procesales".
Además, Lidl deberá "retirar del mercado todos los ejemplares de la máquina objeto de la acción que se encuentren en su poder y en el de sus distribuidores, así como todos los documentos comerciales, material publicitario y promocional u otros documentos en los que se reproduzca ese producto, incluido internet, procediéndose a su destrucción a su costa". Asimismo deberá correr con el pago de las costas procesales.
Contra esta sentencia, que no es firme, cabe recurso de apelanción en los próximos 20 días ante el mismo juzgado de lo Mercantil.
Lidl se defiende
Por su parte, Lidl argumentó que su producto no infringe los derechos de patente de Thermomix, y pidió al Juzgado anular la patente porque consideraba que hay "falta de novedad" respecto a máquinas similares comercializadas antes que esta, algo que el juez ha desestimado.
Tanto la Thermomix de Vorwerk como el Monsieur Cuisine de Lidl tienen funcionalidades parecidas. El problema está en que el de Lidl es casi tres veces más barato (entre 200 y 300 euros) que la Thermomix. De hecho, cada vez que la cadena alemana lo pone a la venta se agota en cuestión de minutos. Un superventas que, como es lógico, daña a la facturación del distribuidor de Thermomix.
Vorwerk ha demandado a la empresa alemana en varios países por vulneración de patentes. Una guerra judicial que en España permitía a Lidl vender su producto sin problemas. Hasta ahora.