La filial de Pepe Jeans en España registró en el ejercicio 2020 unas pérdidas de 13,5 millones de euros (frente a beneficios de 7,5 millones de euros en 2019) debido a un incremento en gastos de explotación por el proceso de transformación llevado a cabo por su matriz, los efectos de la Covid en el último trimestre y el impacto por provisión de deterioro de las participaciones, registrado en las presentes cuentas anuales por valor de 9,7 millones de euros.
Así se desprende de sus cuentas anuales depositadas recientemente en el Registro Mercantil donde también se revela una caída de un 10% de su facturación, hasta los 178 millones de euros.
Todo ello hizo que la filial en España llegase a una situación límite viéndose obligada a revisar y cambiar su plan de negocio, así como a refinanciar su deuda para mantener la viabilidad del grupo.
Así, durante la pandemia, el grupo desarrolló un nuevo plan de negocios teniendo en cuenta la situación provocada por la Covid-19, y un conjunto de medidas y acciones de transformación para mitigar los impactos de dicha pandemia. Entre sus planes, destaca el impulso de los canales de venta online como uno de los principales motores para crecer. Algo muy común entre todas las empresas del sector textil.
Además, para el próximo ejercicio, el esfuerzo del equipo gestor del grupo continuará centrándose en aumentar la presencia en el canal tradicional. Aquí destaca los 78 puntos de venta propios que tiene, de los cuales 30 son tiendas, 15 son outlets y 33 son corners que tiene en El Corte Inglés.
De hecho, un año más se mantiene esta cifra de espacios en los grandes almacenes a pesar de que otras firmas han ido cerrándolos. Cifra que, además, es mayor a la de establecimientos propios.
Asimismo, continuará potenciando los ingresos del contrato de agencia que la sociedad tiene con Tommy Hilfiger y Calvin Klein para la venta en exclusiva de estas marcas.
También pretende "continuar incrementando la eficiencia operativa a través de mejoras organizativas y de procesos, y en reducir los costes para continuar afrontando la incertidumbre de los mercados en los próximos ejercicios", según se desprende de sus cuentas cerradas el 31 de marzo de 2020.
España es un mercado clave para la compañía. Por ello, el grupo textil decidió centralizar los equipos para todas las marcas en las sedes de Barcelona y Madrid, y acometer cierres en otros mercados como EEUU.
Refinanciación de deuda
Este plan se podrá llevar a cabo gracias a la refinanciación de su deuda. En concreto, la compañía redefinió las condiciones de su crédito sindicado, de 230 millones de euros; a lo que se sumó la ampliación de 30 millones de euros de los accionistas de la compañía, M1, LCatterton, y el Management del Grupo.
Asimismo, el grupo pidió 46,6 millones de euros más a través de un crédito ICO con extensión a 5 años de los contratos de financiación de capital circulante. Este último crédito fue solicitado el 14 de julio de 2020, justo por esas fechas, se produjo el cambio de nombre de la compañía a All We Wear Group (AWWG).