Días de vino (nunca mejor dicho) y rosas para Gonzalo Entrecanales. El hijo de José Manuel Entrecanales (presidente de Acciona) y María Carrión (fotógrafa, restauradora y presidenta de la ONG Músicos en Acción) ha asumido esta semana las funciones de director ejecutivo de la bodega familiar (Entrecanales Domecq e Hijos). Desde el pasado mes de junio, era presidente de la misma. Tres meses antes, contraía matrimonio con Mónica Oliart Rein.
Segundo de cuatro hermanos (José es el mayor, y más pequeños son Clotilde y Gerardo), su carrera profesional se ha desarrollado en la banca de inversión Lazard, en sus sedes de Nueva York y Londres. También pasó por Acciona Agua, McKinsey e IH International Advisor (en los dos últimos casos en la capital británica). Y es miembro de la Fundación José Manuel Entrecanales y de la Fundación Álvaro Entrecanales. Ambas se centran en la inclusión social de personas con Síndrome de Down.
Licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad Carlos III (habla francés e inglés), José comparte con su hermano el hecho de haber estudiado secundaria en el prestigioso Eton College. La prestigiosa escuela que se vanagloria de haber visto pasar por sus aulas a una veintena de primeros ministros británicos como Boris Johnson o David Cameron, los príncipes Guillermo y Harry (los hijos de Carlos y Diana de Gales), actores como Hugh Laurie (House), escritores como George Orwell (Rebelión en la Granja) o científicos como Robert Boyle.
Conversar con un vino
“Hay un vino para cada momento. Depende de la ocasión, la compañía o el lugar. Es más, el maridaje perfecto lo hace la persona que te acompaña en ese momento”, resalta en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL-Invertia al preguntarle sus vinos predilectos.
Por eso, una de sus frases favoritas, y que refleja ese sentimiento a la perfección, es la que siempre le dice un amigo chileno: ‘charlemos un vino’. Porque, para Gonzalo Entrecanales, “la conversación tomando un vino puede hacer que la experiencia sea cada vez completamente diferente”.
Dicho esto, reconoce que le gusta probar vinos de todo tipo. Y recuerda dos experiencias con sus propios caldos. “El primero, en una reunión familiar en Santander, en la que disfrutamos de un rodaballo al horno con El Aeronauta, nuestro Godello 100% sobre lías”, apunta.
El segundo hace referencia a un momento clave en el devenir de las bodegas: cuando decidieron dar el paso de comprarlas a principios de este año. “Ese día brindamos con una botella de Cosme Palacio 1894 Tinto. Uno de los vinos más icónicos de nuestra bodega de Rioja, elaborado con uvas tempranillo de nuestro viñedo de más de 80 años, que rinde culto al estilo innovador y pionero del saber hacer de esta bodega”.
Fortalecer estrategias
Metidos en materia sobre sus planes de futuro para las bodegas radicadas en las DO Rioja, Ribera del Duero, Rueda y Valdeorras (más de 400 hectáreas), tiene claro que “trabajamos para fortalecer alianzas estratégicas con grupos internacionales”. Una fórmula que les funciona, ya que en España mantiene una con Domaines Barons de Rothschild-Lafite. “Ir de la mano de proyectos con tanta historia y respeto internacional esperamos que nos permita darnos a conocer con mayor profundidad”.
Historia a la que no es ajena Entrecanales Domecq e Hijos, ya que sus orígenes se remontan a más de 125 años. Eso sí, su nombre, hasta este año, era el de Bodegas Palacio 1894. Tercera generación en el negocio, fue su abuelo José María Entrecanales quien apostó por el mundo vitivinícola.
Presentes en más de 40 países, la apuesta internacional sigue siendo clave para su desarrollo. “Estoy convencido de que aún hay mucho camino por recorrer así que seguiremos potenciando la internacionalización con nuestra principales marcas Cosme Palacio, Glorioso, Secreto, Viña Mayor o El Aeronauta”, confiesa.
Por tanto, consolidar sus marcas, tanto a nivel nacional e internacional, será uno de sus mantras. “Tenemos grandes vinos en distintas categorías y segmentos y, por ello, nuestra intención es seguir apostando por la calidad y la excelencia en el desarrollo y cuidado de todos ellos”, remarca.
De ahí que uno de sus mayores retos sea el de ser capaces de llegar al consumidor final, sea afín o no al sector, “para que entienda lo que hacemos en cada una de nuestras bodegas, la historia de las mismas y los atributos de cada vino”, indica.
Ahí la digitalización va a desempeñar un papel clave. Y lo será tanto en las áreas de viticultura y elaboración como en su modelo de relación con clientes y consumidores. Su otro gran reto será el cambio climático. “Por ello aplicamos la sostenibilidad como guía para todas nuestras acciones. Especialmente en el trabajo de los viñedos desde una viticultura regenerativa”, concluye.