La gamba roja y la merluza de pincho, en peligro: España plantará cara a ecologistas y UE en una reunión decisiva
Nuestro país trata de cambiar la propuesta que pretende cerrar 87 zonas para proteger los ecosistemas marinos vulnerables de la pesca de arrastre.
25 julio, 2022 02:09El martes 26 de julio es una fecha marcada en rojo en el calendario por el sector pesquero español. Ese día se debate el futuro de una parte de esta industria, amenazado por la propuesta de la Comisión Europea de cerrar 87 zonas para proteger los ecosistemas marinos vulnerables que ponen en el punto de mira a la pesca de arrastre y podrían hacer que en España acabasen faltando algunas especies en la dieta del consumidor.
A la reunión acudirán los gobiernos de los países afectados (Francia, España, Portugal e Irlanda), las ONG y los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM) y representantes de la CE. Reunión para la que el secretario general de Confederación Española de Pesca (Cepesca), Javier Garat, se muestra optimista y espera que la Comisión Europea realice algún cambio.
El sector solicita disponer de toda la información científica y de un análisis profundo de impacto socioeconómico. De hecho, España presentará datos sobre el impacto financiero que puede tener esta medida para la flota y todo el tejido económico. Datos que se prepararon esta semana pasada, además de la estrategia a seguir con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
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¿Qué consecuencias podría traer esto? A juicio de Javier Garat, sería un "desastre" para el sector y en especial para algunas pesquerías, como los palangreros de fondo del Puerto de Celeiro y de la Organización de Productores Pesqueros de Burela, al capturar en estas zonas en torno al 75% de merluza.
No sería la única especie capturada por barcos españoles en peligro. Entre las especies objetivo de la pesca de arrastre, muchas de las cuales no podrían capturarse de otra manera o en un volumen importante, se incluyen pescados como el gallo, el rape, el bacalao, la bacaladilla, el lenguado, la acedía, el salmonete, el congrio, el mendo, la rosada, la raya, la solla o el fletán negro.
También se ven afectados cefalópodos como el calamar (así como el chipirón, de menor tamaño), la pota o sepia (también conocida como jibia o choco) o las puntillitas; y crustáceos como la gamba blanca, el gambón, el langostino, la cigala, la galera o el carabinero.
Además, el presidente de la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA, en inglés), Iván López, alerta de que si no se puede faenar en estas zonas vulnerables los buques españoles se tendrán que moverse a otras zonas donde podría "haber conflictos". López es el que más escéptico se muestra ante la reunión en la que se juega mucho el sector.
Pesca de arrastre
El origen de esta situación está en la pesca de arrastre, un arte que consiste básicamente en un gran saco de malla con forma de embudo, dividido en dos mitades. El tamaño de la malla va decreciendo desde la boca de la red hasta el copo, que es por donde se cierra el embudo para acumular las capturas. De cada una de las alas de la red salen unos cables y unas "puertas" o divergentes, que mantienen la boca de la red abierta mientras es remolcada por el barco pesquero.
El sector pesquero defiende esta práctica, mientras los ecologistas las denuncian y alegan que destruye el fondo marino. De hecho, ante la percepción negativa hacia este arte en el contexto del Plan de Acción que la Comisión Europea planea desarrollar para proteger aún más los recursos pesqueros y los ecosistemas marinos en el marco de la Estrategia europea de Biodiversidad 2030, los pescadores crearon en 2022 la Alianza Europea de Pesca de Fondo (EBFA).
Dicha alianza une a organizaciones pesqueras de 14 países de la UE que representan a más de 22.000 pescadores y 8.000 embarcaciones -900 de ellas españolas- para defender la viabilidad sostenible del arte de arrastre, que desempeña un papel fundamental para garantizar la seguridad alimentaria tanto a pequeña como a gran escala.
Esos barcos arrastreros de la UE aportan anualmente más de un millón de toneladas de pescado sano y sostenible, y generan casi el 40% de los ingresos totales del sector, contribuyendo a la riqueza, el empleo y el tejido industrial de muchas comunidades costeras y periféricas de Europa, según datos extraídos del 'Informe del Sector Pesquero Español 2022'.
En el caso de España, las capturas realizadas con el arte de arrastre están en torno a las 300.000 toneladas de las 800.000 toneladas que se capturan anualmente. En la actualidad, la flota española cuenta con 887 buques de arrastre –779 de ellos barcos de bajura–, lo que representa el 10% del conjunto de la flota pesquera de nuestro país.
Los barcos de arrastre que desarrollan su actividad en aguas españolas operan en el Mediterráneo (578), Golfo de Cádiz (127) y Cantábrico noroeste (65). Además, hay 117 barcos arrastreros españoles faenando lejos de nuestras costas, tanto en aguas comunitarias como en aguas internacionales y de terceros países.