El sector pesquero quema sus últimas balas antes de llevar a Bruselas a los tribunales por cerrar 87 zonas de pesca
Cepesca calcula que un total de 500 buques españoles se verán afectados por esta medida de forma directa.
1 agosto, 2022 02:16La cuenta atrás ya ha empezado para el sector pesquero español. En septiembre, la Comisión Europea (CE) hará oficial la prohibición de pescar en 87 zonas para proteger los ecosistemas marinos vulnerables. Un reglamento que golpea de lleno a España y para el que la Confederación Española de Pesca (Cepesca) amenaza con llevar a Bruselas al Tribunal de Justicia.
“Acudiremos a los tribunales europeos porque es una medida que podría haber salido con el consenso de todos, pero la CE no ha dado su brazo a torcer”, asegura a EL ESPAÑOL-Invertia el secretario general de Cepesca, Javier Garat.
Pero, antes de ello, Cepesca jugará sus bazas. Tratarán de convencer al comisario de Pesca, Virginijus Sinkevicius, que no estuvo presente en la pasada reunión del martes y donde la CE dejó muy claro que no pretendía cambiar su propuesta. También irán al Parlamento Europeo para hablar con los eurodiputados e insistirán con los Estados miembros.
Y aquí el sector pesquero español no está solo, ya que la medida afecta a otros tres países más: Francia, Portugal e Irlanda. De hecho, los cuatro países irán de la mano en todas las acciones judiciales que emprendan junto con Europêche, organización representante de la flota pesquera europea. Cepesca también cuenta con el apoyo de las CCAA y el Gobierno de España.
Propuesta “injusta”
Cepesca se queja de que la CE basa su propuesta en informes del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (más conocido como ICES, por sus siglas en inglés) de hace meses, ignorando “la última información disponible” sobre los ecosistemas marinos. De ahí que tachen la medida de “injusta”.
En concreto, fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación critican que “no es preceptivo tomar una decisión de este calado en el año 2022 a partir de información científica del año 2011, cuando el ICES tiene a su disposición información más reciente que no ha utilizado en su valoración”.
Asimismo, también hay malestar por la falta de estudios socioeconómicos sobre el impacto de la medida y especificaciones en las profundidades. “El reglamento habla de profundidades de entre 400 y 800 metros, pero las coordenadas de la propuesta son de 120 o 200 de profundidad”, señala Garat. Coordenadas sobre las que no tiene competencias en un reglamento de ejecución como este.
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Y, en tercer lugar, denuncian la forma en la que la CE tomó la decisión de cerrar estas 87 zonas de pesca. Hace unos meses, en el debate del Comité Consultivo que tenía que dar el visto bueno al informe relativo a la propuesta, España e Irlanda votaron en contra, nueve países se abstuvieron y dos no participaron en la votación.
Consecuencia de ello fue que el resultado de votación fue un no dictamen. “Algo nada habitual y una clara señal de falta de consenso”, denuncian fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
No obstante, la batalla está complicada y no parece que nada pueda evitar que en septiembre esta medida empiece a aplicarse. A partir de ahí al sector solo le quedaría esperar a los informes del ICES con información actualizada que la CE usará para reducir o ampliar las zonas de pesca cerradas. Todo ello hasta que los tribunales den su dictamen.
Gran impacto
Tanto Cepesca como el ministerio coinciden en el duro impacto que tendrá la medida para el sector pesquero español, especialmente en los artes de pesca del arrastre, palangre de fondo o volanta. En total, Garat cree que 500 barcos se verán afectados de forma directa por la propuesta.
Y de forma indirecta las flotas del Cantábrico Noroeste, Cádiz y Gran Sol también lo notarán, ya que, si no se puede faenar en las zonas vulnerables, los buques españoles se tendrán que mover a estas zonas.
Esta medida será un desastre para el sector y en especial para algunas pesquerías, como los palangreros de fondo del Puerto de Celeiro y de la Organización de Productores Pesqueros de Burela, al capturar en estas zonas en torno al 75% de merluza.
No sería la única especie capturada por barcos españoles en peligro. Entre las especies objetivo de la pesca de arrastre, muchas de las cuales no podrían capturarse de otra manera o en un volumen importante, se incluyen pescados como el gallo, el rape, el bacalao, la bacaladilla, el lenguado, la acedía, el salmonete, el congrio, el mendo, la rosada, la raya, la solla o el fletán negro.
También se ven afectados cefalópodos como el calamar (así como el chipirón, de menor tamaño), la pota o sepia (también conocida como jibia o choco) o las puntillitas y crustáceos como la gamba blanca, el gambón, el langostino, gamba roja, la cigala, la galera o el carabinero.