Tratar de regular los precios de los alimentos está dividiendo al Gobierno en dos. La idea de la vicepresidenta segunda del Gobierno y la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha llevado este viernes a un nuevo encontronazo entre el ministro de Consumo, Alberto Garzón, y el de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas.
El primero en hablar esta mañana ha sido Luis Planas, que se ha mostrado muy claro con la limitación de precios. “Evidentemente, nadie tiene en su mano, ni desde un punto de vista del sentido común, ni desde un punto de vista de la ley, la posibilidad de fijar precios o indicarle precios a la distribución”, ha dicho.
“Es una cuestión que tiene que hacerse de acuerdo con las reglas del funcionamiento de la sociedad de nuestro mercado y de las reglas de la propia Unión Europea", ha afirmado Planas en declaraciones a Aragón TV.
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Cierto es que ha pedido responsabilidad “a todos los eslabones de la cadena alimentaria, en especial a la distribución, para en la medida de sus posibilidades y sin renunciar a su margen de rentabilidad limitar el incremento de los precios”.
Horas más tarde, ha sido el turno de Garzón que ha vuelto a repetir lo mismo que dijo ayer tras la reunión con Carrefour: “Cuando hablamos del bolsillo de las clases trabajadoras eso es competencia de todo el Gobierno”.
“Que ayer una gran distribuidora (Carrefour) pusiera en marcha una propuesta para congelar los precios de 30 productos básicos significa que es posible; que puedan empezar a hacer estas medidas a iniciativa del Gobierno es muy positivo”, ha insistido.
Se trata de un debate que no ha dejado de levantar polémica en el Gobierno. Tanto que la ministra de Defensa, Margarita Robles, atacó a Yolanda Díaz al asegurar que no es la voz autorizada en el seno del Gobierno, que para ello "tenemos un ministro de Agricultura estupendo, prudente y sensato". En este sentido, criticó la iniciativa de Yolanda Díaz por "querer patrimonializar que está con los más vulnerables".
Macrogranjas
El choque entre Garzón y Planas no es nuevo. A principios de año, en una entrevista al diario británico 'The Guardian', Garzón acusó a las "megagranjas" españolas de "exportar carne de mala calidad", que procedía de "animales maltratados". También volvió a defender la reducción del consumo de carne, como ya hizo el verano pasado en diversos foros.
Como era más que evidente la lluvia de críticas no se hizo esperar, ya sea desde la oposición política o dentro del propio Gobierno; pero también desde las patronales y asociaciones del sector cárnico. Una larga lista de reproches que encabezó Planas, quien tuvo que salir a defender al sector.
“Nuestra calidad de nuestra carne es magnífica”, defendió. Y añadió: “Es de primer nivel europeo. Cumple todos los requisitos. Y, desde luego, el otro día el comisario lo dijo alto y claro en Madrid por si había alguien que no se había enterado (en alusión al ministro Garzón)”.