Tras su cierre temporal por la pandemia, el Museo del Jamón regresa a la Gran Vía de Madrid. Y lo hace con un espacio de más de 700 metros cuadrados, en el que se ha invertido más de un millón de euros en su reforma para mantener renovar el concepto pero manteniendo la esencia.
“El Museo cuenta con una de las ofertas más versátiles de la ciudad, en la que todo el mundo puede encontrar lo que busca. Con ese espíritu vuelven a reabrir las puertas de este nuevo restaurante, cuya reforma no deja indiferente”, señala la empresa en un comunicado.
El nuevo Museo de Gran Vía cuenta con tres espacios diferenciados. En primer lugar, una zona de barra. En segundo, una zona de restauración en la que poder pedir los platos más reconocibles de la gastronomía, con el jamón como producto protagonista indiscutible. Y a esto se suma otro de los sellos de la casa que no puede faltar en ninguno de sus espacios: una zona de charcutería abierta hasta las 23 horas, con su charcutero cortando el producto a cuchillo.
“Volvemos con la vista puesta en el madrileño autóctono, el que llenó desde nuestros comienzos las barras, auténtica red social de esta ciudad. Nos renovamos sin perder nuestra esencia y haciendo foco en una propuesta de valor”, afirma Luis Alfonso Muñoz, tercera generación de esta empresa familiar.
Tras la pandemia, El Museo del Jamón prevé recuperar las cifras de facturación
de 2019. Actualmente venden más de 32.000 jamones, 300.000 kilogramos de
jamón al año, entre lo que se consume en los establecimientos y charcutería
Historia
Fundado en 1978, El Museo del Jamón es una empresa familiar, Marcelo Muñoz e Hijos SA, que, en la actualidad, está encabezada por la tercera generación. La idea de convertir su espacio en Museo, y crear así el primer restaurante temático dedicado a esta joya de nuestra gastronomía, caló pronto entre los madrileños y se ha mantenido en el tiempo, convirtiendo a sus establecimientos en un emblema de la ciudad.
Con la reapertura de Gran Vía son ya siete los Museos del Jamón que los descendientes de Francisco Muñoz Heras tienen en Madrid. Ellos son la tercera generación de un negocio que comenzó su abuelo, Marcelo Muñoz, siguieron su padre, y su tío, Luis, y que, ellos por un lado, y sus primos por otro -con otros dos establecimientos-, continúan a día de hoy.
Seis de esos establecimientos aparecen bajo el nombre de Museo del Jamón y están situados en lugares tan reconocibles como la Carrera de San Jerónimo, la Calle Mayor, la Plaza Mayor, el Paseo del Prado, la Avenida de Córdoba y ahora, la Gran Vía. A ellos se une otro más con un concepto diferenciado pero la misma apuesta por la calidad. Lleva el nombre de Delicias del Museo, está situado en Poeta Joan Maragall y es un hub en el que probar las novedades que luego se implementan en el resto de los espacios.
Además de los restaurantes, tienen dos tiendas en las que sirven sus productos, una en San Fermín y la otra en el Mercado de Torrijos. Y a ello suman su propio obrador de pan y un almacén de jamones y embutidos en la ciudad, desde el que parten los productos que luego pueden degustarse en sus establecimientos.