Adiós al plástico en el ‘súper’: llega la norma que extenderá la venta a granel de alimentos y reducirá las botellas
Los restaurantes y bares deberán ofrecer la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita.
31 diciembre, 2022 20:34El Gobierno quiere seguir poniendo coto al plástico. Por ello, el pasado martes el Consejo de Ministros aprobó el real decreto de Envases y Residuos de Envases. Esta norma impacta de lleno en las cadenas de supermercados y comercios ya que tendrán que fomentar la venta de alimentos a granel y reducir los plásticos.
En concreto, los comercios minoristas de alimentación deberán presentar a granel aquellas frutas y verduras frescas que se comercializan enteras. Esta obligación no se aplica a las frutas y hortalizas envasadas en lotes de 1,5 kilogramos o más, ni a las que se envasen bajo una variedad protegida o registrada o cuenten con una indicación de calidad diferenciada o de agricultura ecológica.
Para esto, los comercios dispondrán de un plazo de seis meses para su adaptación en el caso de las frutas y hortalizas no exceptuadas.
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Además, el fomento de la venta a granel dependerá del tamaño de los locales. Así, los comercios minoristas de alimentación cuya superficie sea igual o mayor a 400 metros cuadrados destinarán al menos el 20 % de su área de ventas a la oferta de productos presentados sin embalaje primario. Bien sea a través del formato 'suelto' o mediante envases reutilizables.
No obstante, la venta a granel no es algo nuevo, pero sí una tendencia que la Covid frenó por cuestiones de seguridad alimentaria e higiene. Aun así, es fácil ver en los establecimientos que ofrecen una enorme variedad de productos que pueden venderse así: frutos secos, harinas, legumbres, frutas, etc.
Este tipo de venta permite adquirir los productos sin ningún tipo de envasado ni empaquetado. Así, un consumidor puede elegir libremente la cantidad exacta que desea del producto, ajustando también el precio.
El real decreto va más allá al determinar que cualquier comercio que venda a granel alimentos y bebidas deberá aceptar el uso de recipientes reutilizables (bolsas, tuppers o botellas) por parte de los consumidores. Sólo podrán ser rechazados por el comerciante si están “manifiestamente sucios o no son adecuados”.
Esto mismo ya lo podemos ver actualmente en grandes cadenas como Carrefour. Si el usuario lleva su propio tupper a la sección de frescos (charcutería, pescadería, carnicería, frutas y verduras) acumula 15 céntimos en su tarjeta de socio del Club Carrefour.
En cuanto a los objetivos cuantitativos de reducción, coinciden con los establecidos en la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular y marca un objetivo para 2030 de reducción del 20% para las botellas de plástico de un solo uso respecto a los niveles de 2022.
Hostelería y festivales
Tampoco se libran de esta norma los bares y restaurantes, que en 2023 también tendrán que hacer frente a la ley de Prevención de Pérdidas y Desperdicio Alimentario. Los establecimientos del sector de la hostelería y restauración deberán ofrecer siempre a los consumidores, clientes o usuarios de sus servicios, la posibilidad de consumo de agua no envasada de manera gratuita (medida que ya aprobó el Gobierno) y complementaria a la oferta del mismo establecimiento.
Los promotores de eventos festivos, culturales o deportivos, desde el 1 de julio de 2023, implantarán alternativas a la venta y la distribución de bebidas en envases y vasos de un solo uso, garantizando además el acceso a agua potable no envasada.
Si los promotores optan por la distribución de bebidas en vasos reutilizables, deberán cumplir los requisitos de la norma europea de envases y embalajes.
En caso de que el organizador del festival o evento cobrase en concepto de depósito una cantidad por cada vaso reutilizable con el fin de garantizar su recuperación, deberá garantizar la devolución del depósito una vez el vaso sea retornado por el consumidor.
Normativa
El real decreto es una revisión integral de la normativa española en esta materia alineada con los objetivos de la Unión Europea y que permitirá avanzar en la implantación de la economía circular y alcanzar los nuevos objetivos de reciclado de envases para 2025 y 2030. Del mismo modo, este paquete normativo forma parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia.
Además, esta se suma a la entrada en vigor el 1 de enero del impuesto sobre envases de plástico no reutilizables. Este impuesto -incluido en la Ley de Residuos y Suelos Contaminados para una Economía Circular- afecta a todos los operadores que fabriquen, adquieran o importen envases de plástico no reutilizables, productos plásticos semielaborados y cierres. Y más concretamente, impacta de lleno al sector del gran consumo, la hostelería, el textil, la ferretería y los bienes tecnológicos.
Eso quiere decir que afecta a todas las cajas, envases, cintas de embalaje y films, material de retractilado que contengan plástico no reutilizable. El impuesto supondrá un pago de 0,45 euros por cada kilogramo de plástico.
El sector del gran consumo cifra en 690 millones de euros el impacto directo que tendrá. A ello hay que sumar los efectos de la responsabilidad ampliada del productor, que puede suponer otra carga de unos 1.150 millones de euros. Por ello, las principales patronales pidieron que se aplazara un año por lo menos. Sin embargo, no lo han conseguido.