El sector de la fresa cierra filas para proteger una reputación de 1.300 millones de la polémica de Doñana

Desde que el miércoles arrancara el debate de la norma en la cámara andaluza, los productores y comercializadores de fresa de Huelva, que concentran el 98% de la producción nacional, son un bloque compacto. Más aún de lo que es habitual entre estos agricultores, acostumbrados a verse aludidos en las noticias junto a imágenes del sobreexplotado acuífero de Doñana.

"Todos vamos a una", reiteran desde el sector a este periódico. La estrategia es unión y discreción, aunque con aclaraciones tajantes para "combatir la desinformación". "En el Parque de Doñana no se cultiva nada. La finca más cercana está a 35 kilómetros del espacio natural", remarcan.

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Es el primer punto que subrayan. El segundo es que las cerca de 800 hectáreas que podrán recalificarse como suelo agrícola no serán consideradas así de golpe -se estudiará caso a caso por agricultor- ni tendrán agua inmediata.

Además, la totalidad de esas hectáreas equivalen apenas al 6% de la actual superficie plantada de fresas y frutos rojos, que asciende a 11.802 hectáreas. Sin acceso a agua en caso de ser reconocidas, dado que deberá autorizarlo la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir y preferentemente a través de aguas superficiales ahora no disponibles, no se teme impacto alguno en la producción inmediata.

Pero cuestión diferente es el efecto que pueda tener el cruce de acusaciones entre el Gobierno y la Junta de Andalucía y que derive en cambios sobre la percepción de los cultivos, sobre todo a nivel internacional.

Huelva no solo es el epicentro español de la fresa, también es la principal productora europea, con un 30%. Exporta alrededor del 80% de su producción, principalmente a mercados europeos, especialmente a Alemania. También a Reino Unido. 

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La pasada campaña, con una producción de 270.000 toneladas de fresas, casi 50.000 toneladas de frambuesas, 59.100 toneladas de arándano y 2.000 toneladas de mora, logró batir récords hasta llegar a los 1.300 millones en exportaciones. Una senda que quieren continuar y proteger de toda polémica.

Sobre todo siendo plenamente conscientes de que en Europa observan con atención lo que sucede en el Parlamento andaluz.

"Las empresas productoras de la provincia de Huelva, no sólo las del Condado, mantienen una estrecha relación con las compañías compradoras de frutos rojos" internacionales, esgrimen. Les conocen desde hace años y realizan visitas periódicas en las que se intercambia información sobre el proceso de producción.

Compradores tanto nacionales como internacionales que "conocen de primera mano que el sector de los frutos rojos de Andalucía es puntero en certificaciones y que cumple con las más exigentes del mercado".

Eso incluye "la conformidad legal de las fuentes de agua utilizadas en los procesos de producción, el impacto en las cuencas o la protección de las fuentes de agua".

"La gran mayoría de los agricultores tiene agua en superficie, todos sus permisos. Si alguien vende en Europa lo contrario está haciendo un daño irreparable", sostiene el secretario general de UPA en Huelva, Manuel Piedra. 

Preocupación

A Piedra le preocupa que se traslade la imagen de que la fresa que llega a las estanterías de Berlín se riega con agua ilegal. "Un alemán no tiene por qué saber dónde esta Lepe, por ejemplo, que no tiene absolutamente nada que ver con Doñana", insiste.

Sólo el mercado alemán supuso en 2022 unas exportaciones por valor de 417 millones de euros. Es el 32% del total que vende fuera de España. El siguiente principal comprador es Reino Unido, con 223 millones, el 17,3%. 

Pero del empujón vivido el año pasado fueron especialmente responsables Francia y Países Bajos, a los que se exportó por valor de 154 y 141 millones de euros, respectivamente. Fueron ascensos del 19% y 37% con respecto al año anterior. Y todo pese a una campaña que, debido a la sequía, redujo un 4% la producción de fresa.