El conflicto lo desató la plataforma alemana Campact. A través de una campaña de Internet, exigió a las cadenas de supermercados del país (Aldi, Lidl, Edeka…) que dejarán de vender fresas procedentes de España. El objetivo no era otro que no contribuir a la desecación del Parque Nacional de Doñana. Y Aldi ha recogido el guante.
Así, la enseña alemana se ha comprometido a “trabajar sólo con aquellos productores que, en caso de estar ubicados en zonas catalogadas como de riesgo hídrico, demuestran hacer un uso razonable y sostenible del agua de regadío”.
Aldi defiende su postura alegando que son conscientes del “impacto y responsabilidad en toda la cadena de valor en relación con el medioambiente y las personas”. De ahí que, de forma periódica, “evaluamos posibles riesgos en materia medioambiental a lo largo de la cadena de suministro”.
Por eso, y en un comunicado en esta ocasión de su filial en España, Aldi ha afirmado que la mayor parte de las fresas que ofrece en los lineales de sus supermercados son de Huelva. Es más, recalca “la exigente calidad del producto nacional”.
A la par, la cadena de supermercados ha reiterado que mantiene un “fuerte compromiso” con el sector agrario español. Y recalca que apoya todas las medidas que gestionen la gestión del agua y el suelo de Doñana “a largo plazo”.
Recogida de firmas
De momento, la iniciativa de Campact ha sumado más de 140.000 firmas para que las cadenas de supermercados retiren las fresas procedentes de España de su surtido. “Es la única forma de presionar a la Junta de Andalucía y salvar el parque nacional”, resaltan desde la plataforma alemana.
Según su entender, diferentes empresas agrícolas bombean ilegalmente agua de Doñana, agua que riega los campos de fresas que acaban en el mercado alemán.
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En la nota de prensa de Aldi España, la firma resalta que todos sus productos frescos, incluidas las fresas, “están sujetos a requisitos de certificación obligatorios que se determinan en función del país de origen”. Y trabajarán con productores que saben hacer un uso “razonable y sostenible” del agua de regadío, tal como indicó su matriz alemana.
Conviene recordar que el grupo Aldi Nord elaboró en 2022 un plan relacionado con el uso del agua. En dicho análisis, se llegó a la conclusión de que Andalucía era una zona de riesgo hídrico. Por eso, las fresas deben estar certificadas por el ‘Programa sostenible para el riesgo y uso de aguas subterráneas’ u otro similar.
Enfrentamiento Gobierno y Junta
El origen de esta controversia se remonta al proyecto de ley impulsado por PP y Vox para ampliar los regadíos de Doñana. Todo ello se tradujo en un enfrentamiento entre el Gobierno y la Junta de Andalucía justo antes de las elecciones municipales y autonómicas celebradas el pasado 28 de mayo.
Fruto de esta situación, el sector de la fresa vive el boicot iniciado en Alemania ya reseñado y que pone en peligro un negocio que exportó por valor de 1.300 millones de euros en 2022. La fresa da empleo a unos 100.000 trabajadores.
Incluso una delegación de parlamentarios alemanes planeó viajar hasta Andalucía para conocer de primera mano la situación del regadío en el sector de la fresa. Finalmente, y para no interferir en las elecciones generales del próximo 23 de julio, han desistido de hacerlo. Aunque no descartan hacerlo en el futuro.