El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha asegurado que, a pesar del actual entorno económico por la crisis del coronavirus, la retribución para sus accionistas será tambén una "prioridad" en el próximo plan estratégico del grupo, que se presentará a finales de este año o en el primer trimestre de 2021, manteniendo, eso sí, la solidez financiera de la compañía.
En una conferencia con analistas para presentar los resultados del primer trimestre, Imaz afirmó que para la elaboración de la que será nueva 'hoja de ruta' de la compañía, que estaba previsto que se hubiera presentado este mismo 5 de mayo pero tuvo que ser pospuesta tras el estallido de la crisis sanitaria y su impacto, habrá que "estudiar y analizar todas las métricas", aunque subrayó que la remuneración a los accionistas será "una prioridad".
Además, destacó que grupo no dudaría en recortar la producción en caso de que fuese necesario para presevar el efectivo de la compañía o garantizar la retribucción al accionista.
El ejecutivo de la energética valoró que el grupo está "resistiendo" este "difícil escenario" y no quiso aventurarse a dar previsiones a futuro del grupo en este contexto, ya que "lo que vemos y experimentamos es realmente difícil y no sabemos cómo va a evolucionar", añadió al respecto.
Los resultados
Repsol obtuvo en el primer trimestre de este año un resultado neto ajustado de 447 millones de euros, lo que representa un descenso del 27,7% respecto a los 618 millones del mismo periodo del ejercicio pasado, lastrado por un entorno marcado por la fuerte caída de los precios del crudo y del gas y el desplome en la demanda por la pandemia del coronavirus, informó la compañía.
La energética ha señalado en un comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que su modelo de negocio integrado "junto con su flexibilidad y resiliencia, fueron fundamentales para que sus negocios lograsen un sólido resultado en este escenario tan adverso".
En concreto, el trimestre estuvo marcado por una cotización media de los crudos Brent y Texas americano con caídas del 21% y 17%, respectivamente, respecto al mismo periodo del ejercicio pasado. Así, al cierre del trimestre, el Brent cotizaba por debajo de 20 dólares por barril. En el caso del gas, los descensos fueron todavía más bruscos, con caídas que oscilaron entre el 36%, en el caso del Henry Hub, y el 56% en el del Algonquín.
Esta volatilidad y caída de las materias primas internacionales redujo de manera extraordinaria la valoración de los inventarios del grupo, con un impacto negativo de 790 millones de euros, llevando a unas pérdidas netas de 487 millones de euros.
Remuneración accionistas
Pese al contexto adverso, el grupo presidido por Antonio Brufau ha reafirmado su compromiso de remuneración total a los accionistas para este 2020 asumido en su plan estratégico de alcanzar la cota del euro por acción.
Así, está previsto que en el próximo mes de julio se abonen 0,55 euros por acción, bajo la fórmula de 'scrip dividend', en sustitución del dividendo complementario, que será sometido a sus accionistas en la junta general del próximo viernes, alcanzando así ese objetivo de retribución. Se mantiene también durante 2020 la reducción de capital mediante amortización de acciones propias, dirigida a compensar el efecto dilutivo de los 'scrip dividend'.
Impacto del Covid-19
El pasado 11 de marzo de 2020 la Organización Mundial de la Salud elevó la situación de emergencia de salud pública ocasionada por el virus SARS-CoV-2 (comúnmente conocido como coronavirus o Covid-19) a pandemia internacional. La rápida evolución de los hechos, a escala internacional, ha dado lugar a una crisis sanitaria, social y económica sin precedentes.
Incluso en estas difíciles circunstancias, Repsol ha conseguido mantener la operación segura de sus negocios, la mayoría de los cuales son considerados actividades esenciales o estratégicas en los países donde está presente. No obstante, "el descenso global de la actividad y el deterioro de las condiciones económicas como consecuencia de la pandemia, han afectado a la rentabilidad de los principales negocios de la compañía", aseguran en el comunicado.
Por otra parte, resulta difícil predecir en qué medida y durante cuánto tiempo afectarán en el futuro los impactos de la pandemia a los negocios de Repsol. La menor demanda global de crudo, gas y productos petrolíferos como consecuencia de la reducción de la actividad económica y, en particular, de las limitaciones a la movilidad, pueden afectar negativamente a los precios y al nivel de producción y ventas de nuestros negocios; el deterioro de las condiciones financieras globales puede afectar al coste de financiación, a la liquidez disponible o a la solvencia de nuestros clientes y socios en operaciones conjuntas, etcétera. La evolución de la pandemia, las medidas de control que apliquen las autoridades sanitarias y las políticas que se adopten para mitigar los impactos sociales y económicos de la crisis condicionarán el alcance y duración tanto de la crisis como de la recuperación posterior.
Estas incertidumbres, unidas a la volatilidad existente en mercados relevantes para el sector Oil&Gas, nos impiden en estos momentos hacer previsiones sólidas y razonables sobre el impacto futuro de la crisis sobre nuestros negocios, así como realizar estimaciones precisas sobre su valoración.