José Bogas: "Reducir el coste de la electricidad y hacerla más competitiva hará que se aceleren las inversiones"
El consejero delegado de Endesa asegura que Enel no se plantea la venta de la eléctrica y recuerda que la caída de la industria española se inició en 2018 dentro de la serie 100 Opiniones para salir de la crisis.
4 junio, 2020 22:15José Bogas (Madrid, 1955) es consejero delegado de Endesa desde 2014 y el hombre fuerte del grupo Enel en España como Iberia Country Manager del conglomerado italiano. Ingeniero Industrial del ICAI, esta institución educativa le concedió el premio Javier Benjumea en 2010 en reconocimiento a su contribución a la profesión.
Bogas es un apasionado del mundo de la energía y una de las voces más escuchadas y autorizadas en uno de los sectores que está llamado a impulsar la recuperación económica.
Europa quiere acelerar el 'Green New Deal' para potenciar la recuperación. ¿Qué oportunidades se presentan para España y hacía dónde deberíamos dirigir las inversiones?
Antes de la pandemia había dos temas que en el sector energético eran claros y disruptivos: la descarbonización y la digitalización. Ambas cosas iban a cambiar por completo la cara del sector hasta el punto de que conceptos como mercados maduros, como España, desaparecían. La pandemia también es una disrupción. Ha tenido un profundo impacto sanitario y económico, con una crisis que será mayor que la de 2008. No sólo eso, es que puede hacer también que el mundo empresarial cambie por completo.
Para la recuperación económica hubo voces que pidieron centrar los recursos en relanzar la economía y no en combatir el cambio climático. Es un error. El cambio climático y la pandemia se parecen mucho: tienen consecuencias físicas, económicas, son transversales, globales, etcétera. Es momento de buscar los caminos de la recuperación acelerando la lucha contra el cambio climático.
Es el momento de buscar los caminos de la recuperación acelerando la lucha contra el cambio climático
El New Deal que venía de antes se refuerza. Tanto España como la Unión Europea piensan que esto debe ser así. Se va a dotar de recursos. En el sector eléctrico español el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) habla de 240.000 millones de inversión hasta 2040, un crecimiento en el PIB del 1,3% (17.000 millones) y de una gran creación de empleo de 250.000 puestos de trabajo. Lo acertado sería recuperarnos a través del cambio climático.
La Ley de lucha contra el Cambio Climático echará a andar en los próximos días en el Congreso. ¿Es la norma que se necesitaba en España?
La Ley que ahora debe aprobarse en sede parlamentaria sienta las bases para llevar a cabo el PNIEC. Cuando se planifica a futuro hay que echar la vista atrás 10 años para darse cuenta de cómo han cambiado la cosas. Todo plan debe tener flexibilidad y capacidad de adaptación. Al mismo tiempo, debe tener claros los objetivos y eso debe perdurar.
El plan que se ha aprobado es la mejor forma de alcanzar esos objetivos, pero seguro que en el camino encontramos nuevas tecnologías, otras que no acaban de desarrollarse... Muchas veces creemos que todo se ha acabado cuando se termina el plan y es ahí cuando todo empieza.
Usted es un firme convencido de la lucha contra el cambio climático. Se compromete, incluso, a acelerar inversiones hasta cerca de 7.500 millones de euros si se dan las condiciones necesarias...
Endesa nació con el carbón, y estamos muy orgullosos de nuestra historia. Ayudó a generar riqueza y a vertebrar España en muchas zonas. Sirvió también para generar una energía que contaminaba, pero, en aquel entonces, no se era plenamente consciente de lo que se hacía. Ahora,nuestro compromiso con la descarbonización es máximo. ¿Cómo queremos acelerar? Tenemos la flexibilidad y la fortaleza financiera para incrementar un 30% las inversiones previstas. ¿Se puede hacer? Sí, pero hay que solventar una serie de problemas.
¿Qué problemas?
Lo primero es agilizar las autorizaciones y quitar barreras burocráticas. Eliminar incertidumbres. Por ejemplo, la digitalización de la red, ¿se va a considerar en la retribución? Seguro que sí, pero hay que aclararlo. Además, hay que planificar bien la descarbonización en los mercados regulados, en las islas.
Luego hay un tema clave y es que descarbonizar no es cerrar, es electrificar la economía. Si el sector eléctrico es renovable y es el vector fundamental de consumo tendríamos la perfección, que debería alcanzarse en 2050. El problema es que en la tarifa eléctrica el 50% son impuestos, tasas, cargos, que no tienen que ver con el recibo de la luz. Por ejemplo, ahora mismo hay 7.000 millones que se cargan para la retribución de las renovables antiguas.
Seguimos pagando 7.000 millones en el recibo de la luz de las renovables antiguas
Todo esto penaliza la electricidad como vector competitivo. Se puede reducir el peso total del coste de la electricidad y hacerla más competitiva. Todo esto hará que se aceleren las inversiones.
¿Cuál ha sido la respuesta del Ministerio de Industria cuando le han planteado todo esto?
El Ministerio está de acuerdo con nosotros y nosotros con ellos. Entienden, comparten y lideran la idea de que hay que luchar contra el cambio climático. Ahora bien, hay matices. El Ministerio nos dice que lo de las renovables está bien, que tenemos que digitalizar, pero nos piden también trabajar en la electrificación y en la eficiencia energética en las ciudades. Es más microinversión, pero puede generar una mayor recuperación.
El Ministerio nos pide más microinversión, pero puede generar una mayor recuperación.
Se demuestra, por tanto, que el Plan Integrado de Energía y Clima no es el final de nada, es el principio de todo lo que hay que hacer. El compromiso de Endesa es hacerlo. Las condiciones de las que he hablado no son para nosotros, es eliminar restricciones para que esto vaya mucho más rápido.
Como empresa, la incertidumbre no ayudará a planificar las inversiones. ¿Qué opina de los mensajes del Gobierno en materia de impuestos o de normativa laboral?
Nos adentramos en un territorio inexplorado con gran incertidumbre. Yo soy ingeniero y es una ciencia más exacta que la economía, que es más bien un arte. ¿Cómo acometer esta situación post covid? Hay varias teorías dentro de la economía. En cualquier caso, parece que todo lo que sea facilitar la empresa, el emprendimiento, sería bueno. La colaboración público-privada es esencial. Que haya entendimiento para que haya empresas que se lancen a invertir y contratar. Pero hay que estar muy seguros de los pasos que se dan. A veces se dicen cosas y luego se da marcha atrás. Eso no ayuda.
El Gobierno debe estar muy seguro de los pasos que da. No ayuda decir cosas y luego dar marcha atrás
En las últimas semanas se ha acelerado el repliegue de Alcoa, la marcha de Nissan… El coste de la energía no ayuda a la política industrial, ¿qué se debe hacer?
Creo que hay muchas empresas como Alcoa, Nissan y otras que no se van por el Covid-19. Todo eso viene de antes. La industria y la economía española vienen cayendo desde octubre desde 2018 de forma lenta y progresiva. Nosotros lo notamos en el suministro eléctrico. Ahora todo se agrava. Deberíamos buscar elementos, palancas, que faciliten el emprendimiento general.
La industria y la economía española vienen cayendo desde octubre desde 2018 de forma lenta y progresiva
Nosotros cerramos el carbón, que genera una situación difícil. Por eso nace el concepto de la sostenibilidad, pero no solo climática. La empresa del futuro debe ser sostenible, inclusiva, transparente, justa, responsable. Tenemos que afrontar una transición justa. En los lugares donde cerramos una planta, tenemos la responsabilidad de reactivar la economía junto al Gobierno. Hay dos partes, una lo que hagan las Administraciones, otra lo que hagamos desde el sector privado para relanzar la economía.
Eso se podría aplicar a Nissan. ¿Qué se puede hacer para relanzar esa industria? No tengo una bola de cristal, pero una de las cosas buenas que tenemos en España es el sector del automóvil. España no puede competir en mano de obra barata, pero creo que tenemos una calidad y unos servicios alrededor del automóvil potentes.
Ustedes tienen el termómetro de la demanda eléctrica. ¿Se ha recuperado ya? ¿Cómo va a impactar en sus cuentas?
Del 1 de enero al 15 de marzo, antes del confinamiento, la demanda bajó un 2 o 2,1%, más o menos. La primera semana de confinamiento cayó un 8%, luego desde el 15 de marzo hasta finales de mayo, la caída media fue del 20%. En los últimos datos, la caída ya es del 14-15%. Con las fases de desconfinamiento, la demanda está evolucionando lentamente. Nos preocupan las pymes porque les cuesta arrancar mucho. Incluso la industria está mejorando, los servicios también.
La demanda de la industria y los servicios está mejorando, pero nos preocupan las pymes porque les está costando arrancar mucho
Y de cara al segundo semestre del año, ¿qué esperan?
Esperamos una normalización a partir de agosto, aunque no total por el turismo. En septiembre iríamos retomando los niveles de otros años. Si esto es así, la energía eléctrica acabará cayendo en 2020 un 6 ó un 7% que se corresponde con una caída del PIB del 10%. No sé si soy optimista. En el primer trimestre no nos ha afectado, en el segundo sí. Pero el impacto a final de año depende muchísimo de la recuperación. Si es lo que manejamos, sufriremos un impacto pero lo vamos a gestionar sin ningún problema. Aunque estamos en un territorio inexplorado, tenemos todas las palancas para cumplir.
¿Comparte con el Gobierno la idea de que será posible una recuperación con forma de V asimétrica?
Desearía una V tremenda, pero va a ser un poquito más lento. Va a depender de muchas cosas. Primero de la confianza de la gente. Va a costar que se recupere la demanda porque hay muchísima gente que lo está pasando mal e incluso aquel que lo está medio superando está a la espera de que no haya un repunte.
Desearía una V tremenda, pero va a ser un poquito más lento. Va a depender de muchas cosas
También son importantes las políticas económicas. Desde Europa va a haber un apoyo muy importante, será con condiciones, veremos cuáles. Desearía que la recuperación fuese rápida, pero creo que va a ser más lenta y espero que no cometamos ninguna equivocación que nos haga ir más lentos aún de lo que podría ser.
¿Es el momento de pensar en el vehículo eléctrico, en baterías?
El momento, seguro que es. Luego hay que ver cómo hacemos la transformación.
Hay que pensar en ella y debe surgir de una colaboración público-privada. Las empresas deben dar un paso adelante y que los gobiernos faciliten ese desarrollo, una fiscalidad y unas condiciones laborales que -con el respeto a todos- permitan llevarlo adelante.
La empresa tiene que ser sostenible, que quiere decir inclusiva, que no puede dejar a la gente atrás. La responsabilidad tiene que existir por parte de todos. No del Gobierno por un lado y las empresas por otro. Aquí tenemos que ir de la mano.
La empresa no puede dejar a nadie atrás. Aquí tiene que ir de la mano del Gobierno
Tras la pandemia, ¿existe el riesgo de que el coche eléctrico sufra un parón? No olvidemos que mucha gente se decantará por volver a comprarse uno ‘fósil’ para evitar el transporte público.
El eléctrico no dará un paso atrás, pero es cierto que el coche fósil goza de buena salud. Todavía queda mucho camino para que el coche eléctrico sea una realidad. En concreto, hacen falta tres cosas. La primera, el coste. Esto está relacionado con la autonomía del coche, porque el 40% del precio de un vehículo eléctrico es la batería. En los últimos años, la autonomía de las baterías ha avanzado de forma tremenda. Se está muy cerca de que se pueda dividir por dos el coste de la batería. En 2022, el coste de un coche eléctrico podría bajar un 20%. No son cosas futuribles, es algo que estamos tocando con los dedos.
El eléctrico no dará un paso atrás, pero que el coche fósil goza de buena salud, es cierto
El tercer punto que hay que superar es la ansiedad de la gente por contar con puntos de recarga suficientes. Nosotros tenemos un plan potente de puntos de recarga, la ley de cambio climático obliga a que las gasolineras tengan un punto de recarga rápido. Todo eso hará que se acelere la penetración del vehículo eléctrico. No habrá retroceso, pero será algo gradual y el coche fósil durará mucho tiempo. Fue Teresa Ribera la que dijo aquello de que en 2040 no habrá estos coches en el mercado. Pues a lo mejor se equivocó y es en 2030.
¿Veremos las calles totalmente electrificadas? En un país como España, donde los coches aparcan en las calles, ¿tiene que electrificarse la acera para que la gente se anime a tener un coche eléctrico?
Cuando se empezó con el vehículo eléctrico, la primera idea era que había que electrificar, poner muchos puntos de recarga en la ciudad. Luego nos dimos cuenta que no hace falta tanto. Depende de la autonomía, pero tenemos un plan dentro de Endesa y la utilización de nuestros empleados en kilometraje diario medio es de unos 35 km. En cuanto haya autonomía para 300 km, que estamos muy cerca en vehículos pequeños, no hace falta enchufar todos los días. En cuanto haya puntos de recarga en grandes centros de venta, las gasolineras y algunos por la calle, será suficiente.
Los archipiélagos españoles se están viendo muy afectados. Endesa tiene un papel importante allí y la descarbonización es problemática, ¿se contempla algo para acelerar ese proceso?
Las islas afrontan un problema futuro porque el turismo pesa mucho y habrá que ver cómo reacciona. Pero la pandemia les ha afectado muy poco desde el punto de vista sanitario, algo que tendrán que explotar al menos como imagen. Dicho esto, las islas tienen una problemática muy clara porque no puedes hacer grandes centrales. Hay grupos pequeños, de gasoil, fueloil... En Baleares ya se puede llevar gas natural porque hay un tubo y se están empezando a introducir energías renovables. Tenemos un plan desarrollado que vamos a tratar de ejecutar.
Pero las islas son negocios regulados en la parte de generación, tienen que autorizar la inversión y hay unos procedimientos. Había una restricción pendiente desde 2013 por parte de Bruselas y que se va a resolver muy rápido eliminando una incertidumbre tremenda. Tenemos un plan muy potente de transformación de las islas que hasta ahora no podíamos ejecutar porque no sabíamos lo que Bruselas iba a hacer.
Tenemos un plan potente para las islas que podremos activar cuando Bruselas elimine una restricción pendiente desde 2013
¿Ese plan sería con dinero público?
Sería a través de concurso. Nosotros invertiremos. Se invierte y de una forma regulada, tienes un pago que permite recuperar la inversión que se autorice. Luego hay fondos, como los FEDER, que siguen existiendo, pero no hay una partida especial para las islas.
¿Qué papel va a jugar el autoconsumo en las islas?
El autoconsumo está bien para unas determinadas circunstancias pero no lo veo en general. Es más barato porque la tarifa eléctrica incluye unos cargos que, con las placas, no se pagan. Hay muchas circunstancias en las que sí conviene ponerlo, la más evidente es una casa perdida en el monte. Pero cuando instalamos placas explicamos al cliente que si se añaden algún día los mismos cargos, será más caro y luego cada uno decide. Es cierto que hay gente que dice: me da igual pagar más pero quiero que sea limpio.
El autoconsumo está bien para unas determinadas circunstancias pero no lo veo en general
¿Cómo podríamos hacer más competitiva la tarifa?
Quitando todo o parte de sus cargos, tasas... que representan el 50% de la tarifa. Hay que ver la estructura. Hay cosas en la tarifa eléctrica que no se explican. Hemos hablado con el Gobierno y tienen intención de cambiar la estructura de la tarifa, junto con la CNMC para adaptarla y hacerla más flexible en determinados casos, como el de la recarga del vehículo eléctrico.
Vuelve a ser un chascarrillo financiero el rumor de que Enel va a vender Endesa...
La dueña es Enel, pero a mí me parece que no es así. Esto lo venimos escuchando desde hace muchísimo tiempo y no ha ocurrido, eso una evidencia. Enel no tiene ninguna intención de vender Endesa. Está encantada con cómo va, lo que aporta... Es un rumor que aparece y desaparece, pero creo que no tiene ningún fundamento. Igual lo alimenta alguien o no.
Enel no tiene ninguna intención de vender Endesa. Está encantada con cómo va y con lo que aporta
También en el sector hay expectativas de movimientos corporativos en energías renovables...
Es un negocio que se ha democratizado. No solamente las grandes empresas incumbentes estamos en él, también las medianas, pequeñas y muy pequeñas se lanzan a este tipo de inversiones. El Covid-19 ha sido un parón, los precios de la energía han caído por el descenso de la demanda, pero sobre todo por una reducción de las commodities que ya venía de antes con el desplome del Brent, del gas... Esto va a poner en dificultad a muchas pequeñas empresas de renovables y creo que sí, va a haber operaciones de adquisición por esas dificultades en las que van a entrar.
Para trabajar en la recuperación, en Italia se ha formado un comité con Vittorio Colao, aquí tenemos una comisión en el Congreso con Patxi López pero con poca representación del sector privado...
La colaboración público-privada me parece importantísima, más que cualquier comité de sabios. Cualquier comité tiene que ser un facilitador. Sería un error que haya un grupo de sabios que sea como el de sanitarios, que no sabemos ni quién lo forma, ni qué hacen… pero si lo que se va a hacer es facilitar que esa colaboración público-privada se materialice, pues bien.
La colaboración público-privada que me parece más importante que el comité de sabios
Nada es blanco total o negro total, lo importante es cómo se utiliza. No soy crítico, lo seré si esta comisión no trabaja como tiene que trabajar. Por muy políticos que sean. Hablar a Unidas Podemos de ciertas cosas parece un contrasentido. Pero si hay unos que defienden cuestiones sociales desde un punto de vista distinto, luego se consulta con la parte privada y se saca una cosa buena, pues me parecerá bien.
Durante la pandemia, muchas empresas se han volcado con donaciones… ¿Esta crisis va a marcar un antes y un después en responsabilidad social?
La responsabilidad social ha ido tomando cada vez más peso y tomará más. Vivimos en una sociedad donde el compromiso es muy importante. Desde Endesa, la sostenibilidad atañe al clima, y el cambio es muy grande. Endesa era una empresa carbonera y en 2022, con los planes y cierres que haremos, será la empresa verticalmente integrada que menos emite en la Península. Esto es un milagro. Hay que tomar la decisión de hacerlo y no es fácil en una empresa en la que estamos orgullosos de nuestro pasado del carbón, que ha permitido vivir a mucha gente.
En 2022, con los planes y cierres que haremos, Endesa será la empresa verticalmente integrada que menos emite en la Península
El siguiente punto es que hay que tratar de buscar cómo mitigar el impacto y cómo reactivar la economía. Eso lo estamos haciendo en los emplazamientos que cerramos. Cuando llegó la pandemia pensamos que como empresa responsable y sostenible teníamos la obligación de contribuir. Creamos un fondo de 25 millones que hemos dedicado a material sanitario, a suministros a hospitales y hoteles medicalizados, a donaciones dirigidas a comunidades autónomas o bancos de alimentos… Esto es apreciado por el ciudadano que cada vez busca más a aquellas empresas que realmente tengan ese compromiso.
¿Cómo ha sido la gestión en estos meses de confinamiento?
Muy bien. He tratado de tener una cierta disciplina para hacer algo de deporte, después me sentaba a trabajar y no había horas. Pero ha sido mucho mejor de lo que esperaba. En cualquier caso, las personas somos seres sociales y necesitamos el contacto. También las organizaciones.
En el futuro, el 100% de teletrabajo no es posible, pero sí utilizarlo para mejorar la conciliación porque la evidencia es que se ha podido trabajar muy bien. Además, he visto a la gente muy motivada y creo que la razón es que cuando uno cree que tiene el control de las cosas y toma decisiones, se motiva. En la oficina, te dan las cosas hechas, y en casa, tienes que hacerlo todo. Estoy muy satisfecho de cómo la gente ha trabajado.
El teletrabajo viene para quedarse, pero ¿por ley o regulado por las empresas?
Regulado por cada una de las empresas. No se puede obligar a que las empresas tengan un porcentaje de la gente teletrabajando. Que la empresa ofrezca esto a los empleados formará parte de la imagen global de responsabilidad social corporativa, de un compromiso con una serie de valores.