Trump elige a una ingeniería vasca para desarrollar energía de las olas en Oregón
Se llama IDOM y tiene un proyecto piloto en marcha, MARMOK-A-5, una plataforma semisumergida en el Cantábrico con dos turbinas de 15 kW.
3 julio, 2020 02:21Noticias relacionadas
Hace tan solo quince días que la empresa vasca de ingeniería IDOM ha comenzado a trabajar para el Departamento de Energía de EEUU para desarrollar la hermana mayor del primer dispositivo de baja potencia (30kW) que existe en el mundo para generar electricidad de las olas del mar.
"Somos la única empresa no estadounidense que participa en el banco de ensayos que ha puesto en marcha el gobierno norteamericano frente a las costas de Oregón, en el Pacífico", explica a este diario Patxi Etxaniz, responsable de Energías Marinas de IDOM, y uno de los creadores de esta plataforma.
Hace cuatro años consiguieron que un prototipo de baja potencia de captador de energía de las olas (WEC), al que llaman MARMOK-A-5, se convirtiera en el primer WEC conectado a la red eléctrica en España y de los primeros dispositivos conectados a red en el mundo.
El prototipo existente es un dispositivo flotante, con 2 turbinas de 15 kW, con una longitud de 42 m., 5 m. de diámetro y un peso aproximado de 80 toneladas, que se instaló en la plataforma de energías marinas BIMEP, frente a la costa vasca.
Sumando sus dos etapas de funcionamiento, primero pudo hacerse realidad gracias a una subvención del EVE (Ente Vasco de la Energía), de 2,5 millones de euros, y después a otra europea, del proyecto Ópera, de un millón más.
"Queríamos hacer un dispositivo completo para la energía de las olas pero nos encontramos con muchas dificultades; la primera de ellas es que las operaciones son muy caras, o requieren barcos muy grandes, que no hay en España, o la utilización de muchos buzos".
"Otra de las lecciones que hemos aprendido es que los materiales en el fondo del mar sufren mucho y se rompen, lo que provocan muchos problemas, eso sin contar con la vida marina que se adhiere a las estructuras, como los mejillones, o la falta de capacidad de los astilleros para ajustarse a nuestras necesidades", añade Etxaniz.
"En EEUU todo es muy diferente. Están haciendo algo parecido a BIMEP en País Vasco o a PLOCAN en Canarias, pero a lo grande, miran a largo plazo y cuentan con financiación".
El proyecto
El objetivo es construir un dispositivo mucho más grande, con una capacidad de las turbinas que se multiplique por 10, de 150 kW cada una, y que sea posible su comercialización, es decir, que pueda competir en el mercado con otras tecnologías renovables.
"Tenemos año y medio para hacer el diseño, pero hemos conseguido que la materia gris se quede en Bilbao, es decir, que trabajaremos desde aquí, y lo que se pretende es que tenga eficiencia económica".
Por el momento, Etxaniz, en su momento CEO de Oceanotec, la creadora del proyecto y posteriormente adquirida por IDOM, tiene claro que "las dificultades a las que nos enfrentamos son muchas, trabajar en mar abierto es duro pero con MARMOK-A-5 conseguimos dos récords: que fuera la plataforma undimotriz que aguantara las olas más grandes, de 14 metros, y que estuviera semisumergida tres inviernos seguidos en las aguas abiertas".
A la energía de las olas todavía le queda unos años para cruzar 'El Valle de la Muerte', la curva de aprendizaje que toda tecnología debe recorrer hasta que sea económicamente rentable.
Sin embargo, hay un gran potencial en todo el mundo. "Podríamos desarrollar energía de las olas y competir en generación con la eólica marina en todo el frente Atlántico, Portugal, Galicia, costa francesa, Reino Unido e Irlanda, o en la costa chilena, es un mercado enorme para nosotros, porque tiene una red muy dispersa, al ser un país muy alargado".
"Por ejemplo, a día de hoy, con los costes actuales, ya somos capaces de competir con un motor diésel en Chile", asegura el experto.
También tienen mucho potencial undimotriz Sudáfrica, Australia y Nueva Zelanda. "Estas son las grandes zonas, pero hay muchos puntos a lo largo de toda la geografía donde se podría aprovechar ese movimiento. Allí donde hay olas, y cuanto más altas mejor, hay posibilidades".
Pero no solo. "Hay islas del Pacífico que por su tamaño o su disposición, no cubrirían sus necesidades energéticas con solar fotovoltaica, o que por depender del turismo de playa, no podrían desarrollar eólica marina, en estos casos, surge un nicho de mercado muy interesante para la energía de las olas", concluye.