La Agencia Internacional de Energía ha realizado una importante renovación para reforzar la implementación del hidrógeno a nivel global y las colaboraciones internacionales. No solo apuesta por el hidrógeno verde, sino también por los que se producen a partir de combustibles fósiles o la captura de CO2.
El nuevo Plan de Trabajo Estratégico (2020-2025) establece objetivos muy ambiciosos para aprovechar al máximo el actual impulso internacional del hidrógeno, centrándose en el papel de este vector energético como facilitador de un sistema de energía inteligente, sostenible y descarbonizado. Además, pensado para implementar junto a tecnologías con bajas emisiones de carbono para el transporte, la industria, la construcción y las redes energéticas.
Ese plan lo desarrollará con el Programa de Colaboración Tecnológica del Hidrógeno (HTCP), una plataforma donde participan grupos independientes e internacionales de expertos para que gobiernos e industrias de todo el mundo puedan lleva a cabo programas y proyectos de esta tecnología.
Objetivos para los próximos cinco años
El principal es posicionar al hidrógeno y a esta plataforma como una herramienta clave para la colaboración internacional en materias de I+D+i de hidrógeno dentro de la Secretaría de la AIE, la comunidad energética en general, y cooperará estrechamente con "Hydrogen Initiative" de la AIE.
Para ello, centrará todos sus esfuerzos en acelerar la utilización generalizada del hidrógeno en todos los campos posibles: producción eléctrica, almacenamiento, generación distribuida, movilidad, calefacción, para el sector industrial y los sectores de la minería, agricultura y recursos naturales, mientras se protege el medio ambiente, se mejora la seguridad energética y se transforman los sistemas mundiales de energía y la gestión de la red. En definitiva, convertir al hidrógeno en el principal recurso global energético.
Un mercado internacional de hidrógeno
Las posibilidades de este combustible son enormes, aunque todavía tiene que recorrer el camino hasta ser económicamente rentable. Habrá, pues, que analizar las cadenas de valor de exportación de hidrógeno y explorar el papel de la financiación.
Sin embargo, a la Agencia no le queda duda que tendrá un papel como facilitador de un sistema de energía inteligente y sostenible basado en energías renovables: como transmisor de energía, como medio de almacenamiento, como intermediario para combustibles electrónicos y productos químicos, e incluso para abastecer de energía a las ciudades inteligentes.
El HTCP también quiere convertirse en uno de los lobbies más influyentes a nivel internacional para que se reconozcan las potencialidades de esta tecnología.
De hecho, su objetivo es que aumente la demanda global de hidrógeno y energía para gas, mientras se presta especial atención a las economías de alto crecimiento además de apoyar el desarrollo de una cadena de suministro y la creación de un mercado de hidrógeno.
Más I+D+i
Para ello, contribuirá a la realización de proyectos e instalaciones de hidrógeno en todos los ámbitos, seguirá buscando fórmulas para mejorar la electrólisis y la investigación del sistema de celdas de combustible y ampliará la cooperación externa en técnicas de captura de CO2 y de hidrógeno renovable.
Esto quiere decir que sus investigaciones se centrarán en la electrólisis renovable, la división foto-electroquímica del agua o la división solar termoquímica del agua, pero también buscarán nuevos modelos para la conversión biológica del hidrógeno en energía y productos químicos, además del almacenamiento avanzado de hidrógeno (sólidos, líquidosy portadores de energía).
Las oportunidades que se presentan son enormes, y la AIE tiene claro que el hidrógeno va a ser protagonista en sectores tan relevantes como la industria.
Así, en los próximos cinco años trabajará en encontrar oportunidades para el hidrógeno como integrador y facilitador de red inteligente, así como un intermediario para la producción de combustible eléctrico y productos químicos: hidrógeno a X o como fuente de producción de metano y electrofuel, ademas de acelerar su uso en el transporte y las aplicaciones de celdas de combustible como energía estacionaria.
El Plan Estratégico también destaca la necesidad de examinar cómo se puede almacenar la energía renovable y canalizar a través la red de gas natural.
Eso sería posible con el P2H (Power to Hydrogen) o el P2X (Power to X). En el primer caso, se refiere a las posibilidades de generar hidrógeno y en el segundo, dependiendo de la tecnología elegida, se refiere al producto final que se consiga, que puede ser hidrógeno puro, gas sintético o combustibles a base de hidrógeno líquido.
Todo ello requiere de una regulación internacional que determine cuáles son las necesidades y las obligaciones que se deben seguir para su desarrollo.